Capítulo 15 - Interrupciones y ataques de pánico

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Jeon Jungkook POV

"Mmmmm. doctor Jeon." Escuché un suave ronroneo en mi oído, despertándome de un profundo sueño. Mis ojos se abrieron y bajé la vista para ver un pelo castaño desparramado por mi brazo. Jimin estaba acurrucado a mi lado, su cabeza en mi hombro con su pequeña mano descansando en mi pecho. Moví la almohada cuidadosamente mientras miraba al reloj en la mesilla de noche.

Todavía era pronto, pero podía oír los movimientos en la casa mientras Taehyung hacía el desayuno para los niños. Pensé en si debería o no levantarme y ayudarlo. Sin embargo, tener a Jimin en mis brazos, cálido y cómodo, no hacía nada para persuadirme de que me levantara. Aparté el pelo que había caído por su frente para poder tener una mejor vista de él. Su compasión hablaba a voces sobre su carácter. No creo haber conocido nunca a nadie como él. La forma en que se comportó con Somin en el desayuno el otro día fue suficiente para que supiera que valía la pena mantenerlo cerca. El nunca haría nada para herir a mis niños. Ellos eran mi prioridad y podía ver a Jimin y Mingyu encajando perfectamente.

"Travieso," suspiró Jimin en mi oído. Sonreí, preguntándome con qué estaría soñando. Un pequeño gemido salió de sus labios abiertos y pensé que tal vez se estaba pasando el efecto de su medicina para el dolor. Su mano probablemente iba a dolerle mucho cuando se levantara, ya que la tenía debajo de él.

"No me he caído. El suelo se ha levantado y me ha mordido," susurró Jimin suavemente, acercándose más a mí y haciéndome reír levemente por su tontería. Sonreí, recordando su reacción a la medicina que le había dado.

Jimin no duró ni quince minutos antes de desmayarse. Durmió durante la cena, una guerra de gomas entre Min Ho y Mingyu y la lección de piano. Consideré dejarlo dormir en el sofá, pero el cuero no es el tejido más cómodo para dormir. Taehyung me dio lata para que lo llevara a mi habitación, pero no quería tomar esa decisión por él. No fue hasta que Taehyung dijo que lo subiría el mismo que cedí y lo llevé a mi habitación.

Una vez que Jimin estaba tumbado cuidadosamente en la cama, Taehyung empezó a sacarle los zapatos. Me di la vuelta, diciendo cualquier excusa en la que podía pensar para salir de la habitación mientras Taehyung le quitaba la ropa. No es que no quisiera quedarme en la habitación, quería. Es que no quería que Jimin sintiera que me había aprovechado de la situación. Taehyung salió cuando cambió a Jimin con una de sus pijamas así que sentí que era seguro entrar otra vez.

Agonicé con la decisión de meterme en la cama con él. Me senté al final de la cama discutiendo conmigo mismo sobre si a él le importaría o no. Había muchos factores que considerar. ¿Qué pasaba con los niños? ¿Qué pensarían? ¿Qué pensaría Jimin? No fue hasta que Taehyung se iba a la cama que asomó su cabeza, diciéndome que parara de analizar la situación y me metiera en la cama. El me conocía muy bien. Confiaba en Taehyung más que en mí mismo así que tomé su consejo y me deslicé al lado de Jimin, teniendo cuidado de no despertarlo. Sin embargo, dudaba que algo menor a un terremoto de ocho grados lo hubiera despertado.

"Estribos y estetoscopios," murmuró Jimin. Él estaba teniendo el sueño más extraño. Lo sentí empezar a moverse y bajé la vista, esperando a tener un vistazo de sus cálidos ojos marrones cuando despertara. Sus dedos se movieron en mi pecho y luego se deslizaron hasta mi estómago, parando justo sobre mi ombligo. Froté sus hombros suavemente, esperando que empezara a despertarse.

El rio mientras su manó bajaba más. Aguanté el aliento mientras su mano se arrastraba sobre el elástico de mis pantalones de franela y paró. Dejé salir el aire que estaba aguantando, bajando la vista a su cara, sus ojos estaban cerrados y tenía una pequeña sonrisa jugando en sus labios. El me sorprendió cuando su mano se dejó caer y rozó mi longitud. Gemí un poco demasiado alto y sus ojos se abrieron. Su mano se movió y pude sentirme a mí mismo creciendo con su toque.

Llegaste a mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora