Capítulo 29 - Una última noche

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Jeon Jungkook POV

El fin de semana que Jimin se fue con Mingyu fueron los dos días más duros que había soportado en mucho tiempo. Pasé el resto de la tarde evitando a mi hija a toda costa. Estaba enfadado por su estallido y no confiaba en mí mismo para no decir algo que le hiciera daño. Si no tienes nada agradable que decir, entonces no digas nada. Cada vez que veía la bolsa de libros que Jimin había traído, sentía la sangre hervir de nuevo. Sabía que cuando Somin se ponía así, no había manera de hablar con ella, así que lo dejé pasar; ella sentiría remordimientos por sus actos bastante pronto.

El sábado fue un día largo, interminable ya que trabajé turnos seguidos. En cada descanso, intentaba llamar a Jimin, pero siempre saltaba al contestador. Después de dejar bastantes mensajes, estaba empezando a sentir que tal vez el último drama de los Jeon iba a ser demasiado para él y que iba a darse cuenta de que no valía la pena. Qué no valíamos la pena.

Me sentí un poco aliviado cuando llegué a casa y había un mensaje de el en el contestador. La voz de Jimin sonaba apagada, casi triste. Me encontré a mí mismo reproduciendo su mensaje varias veces, intentando convencerme a mí mismo de que las cosas estaban bien. Cuanto más lo escuchaba, más temor sentía. Eventualmente borré el mensaje, no queriendo torturarme a mí mismo con los 'y si'.

Tras una noche sin descanso, fui despertado por Min Ho metiéndose bajo las mantas y encendiendo la televisión. La familiaridad de nuestro ritual de los domingos por la mañana fue empañada cuando Somin no vino a pasar tiempo con nosotros. Decidí que no había manera de evitar la confrontación que sabía que tenía que pasar. Cuando Min Ho tuvo lleno su tiempo de dibujos con papá, fui a su puerta y llamé ligeramente antes de abrirla lentamente.

Somin estaba sentada en su escritorio, escribiendo furiosamente en un trozo de papel e ignorando completamente mi presencia.

"¿Somin?" Su lápiz paró, lo dejó lentamente en el escritorio y luego se volvió a mí.

"Tenemos que hablar sobre la otra noche," dije. Somin bajó la vista a su regazo pero no antes de que pudiera ver el arrepentimiento en sus ojos. Sentí la esperanza de que hubiera visto el error en su comportamiento y este conflicto acabara rápidamente.

"Lo que le hiciste a Mingyu estuvo mal," susurré. Somin no levantó la cabeza, pero asintió lentamente. "¿Qué vas a hacer para arreglar esto?" La cabeza de Somin se levantó y sus ojos se encontraron con los míos. Me sorprendí al ver la rebeldía que había visto el viernes por la noche de vuelta en sus ojos y cualquier remordimiento que hubiera ahí hace un momento había desaparecido completamente.

"Te preocupas más por él que por mí." Sacudí la cabeza por su acusación. "Eso no es verdad." Busqué formas de hacerle entender que solo porque ella estaba sufriendo, no podía arremeter contra quien quisiera. "Mingyu y Jimin no merecen tu duro trato." Somin me miró furiosa cruzando sus brazos sobre su pecho y dejó salir un largo suspiro.

"Somin, debes disculparte y luego..."

"¡No lo haré!" Somin se levantó de su silla y golpeó el pie en el suelo en agitación.

"¡Mingyu metió esa cosa asquerosa en la casa y la soltó en mi habitación! ¡Tú no lo obligaste a pedirme perdón! ¡No me importa si es el hijo de tu novio! ¡No me gusta y no voy a disculparme!"

Mi sangre hervía y tuve que contar hasta diez antes de decir algo de lo que no pudiera retractarme. No era como si Mingyu no hubiera hecho nada que Min Ho no le hubiera hecho diez veces más. Era tan malditamente terca a veces.

"Si así es como lo ves entonces puedes quedarte en tu habitación hasta que estés lista para comportarte como una señorita." Cerré silenciosamente la puerta detrás de mí y me incliné contra la pared del pasillo. Pude oírla llorar de frustración y luego lanzarse a su cama, donde sus gritos ahogados por la almohada podían oírse a través de la puerta. Sacudí la cabeza irritado y luego volví a mi habitación. ¿Qué puedo hacer para que vea que Jimin y Mingyu no son malos? Cuando entré en mi habitación la gran bolsa blanca de la librería que estaba en la esquina captó mi atención.

Llegaste a mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora