Llegaste a mi vida

Capítulo 27 - Rabietas

Park Jimin POV

Me quedé tumbado en la cama mirando fijamente al techo durante lo que parecieron horas. Dándome la vuelta, miré al reloj. 2:42. ¡Genial! Han pasado horas. Golpeé mi cabeza contra la almohada en frustración, lancé mi brazo sobre mis ojos e intenté ahogar el aluvión de preguntas que invadía mi mente.

Desde el momento en que Jungkook me dio un beso de despedida, sentí una incómoda sensación de temor. Las cosas no parecían mejorar con Somin y su terca negación de salir a la cubierta me provocó dos reacciones diferentes. La primera fue pánico porque Mingyu se sintiera herido por sus palabras y acciones. Gracias a Dios, él no había oído la explicación de Min Ho de porqué Somin no había salido a ver las ballenas. Cuando mi instinto protector se hizo a un lado porque mi hijo era completamente ajeno, sentí tristeza. Estaba triste por Somin, pero especialmente por las luchas que Jungkook estaba teniendo ahora.

No había manera de eludir el hecho de que enfrentábamos un gran obstáculo en nuestra relación. Jungkook y Taehyung parecían pensar que eventualmente le gustaría a Somin y se animaría, pero cuanto más cerca estaba de ella, más me preocupaba porque ese nunca fuera el caso.

Jungkook había insinuado en varias ocasiones que debería haber llevado las cosas de otra manera cuando Nayeon murió, pero me preocupaba que su elusión del dolor también hubiera seguido con sus hijos. Me pregunté si en realidad alguna vez habían tenido un tiempo para llorar a su madre. Por lo que él había dicho, era más fácil no pensar las cosas demasiado. ¿No se daba cuenta de que los niños necesitaban hablar sobre su pérdida? A diferencia de los adultos, ellos no pueden poner todas sus emociones en pequeñas cajitas para abrirlas más tarde cuando estén listos para lidiar con ello.

Gemí y rodé sobre mi estómago, dándole puñetazos a la almohada e intentando dejar salir la silenciosa frustración que estaba apareciendo. Podía ver que Jungkook estaba completamente perdido sobre qué hacer con Somin. Cierta parte de mí estaba silenciosamente agradecida porque él no fuera tan perfecto como parecía. Verle luchar como padre me hizo sentir ligeramente mejor por mis habilidades inferiores. El cielo sabe que todos cometemos errores, solo esperaba que sus errores no fueran a volver para mordernos a los dos.

Enterré mi nariz más en la almohada. ¿Qué era lo que podía hacer para que Somin me aceptara? Mi cabeza fue a cosas divertidas y me pregunté si a ella le gustaba el acuario o tal vez los museos. ¿Qué estás pensando, Jimin? Esas son cosas que tú disfrutas. Tienes que encontrar algo que le guste a ella.

Taehyung la lleva de compras y parece que le gusta, sin embargo ella ya tiene un compañero de compras en Taehyung y me temía que yo carecía de la habilidad para hacer que fuera nada más que una tortura. Mi mente continuó pensando en cosas que a las pequeñas chicas les gustaría pero ninguna parecía un gesto lo suficientemente grande como para ayudarla con el obstáculo y convencerla de que no quería reemplazar a su madre.

Suspiré fuertemente y rodé para encender la lámpara que estaba al lado de la cama. Cogí el libro que estaba leyendo actualmente, coloqué las almohadas detrás de mi cabeza y me preparé para una noche de insomnio. Leer siempre me calmaba y me ayudaba a dormir. Había sido mi escape cuando mi vida se había puesto patas arriba. Golpeé mi mano contra mi cabeza en un momento de iluminación. A Somin le gusta leer. La había visto con innumerables libros durante los últimos meses. Tal vez podía apelar a su lado devorador de libros. Tal vez podíamos encontrar algo en común en algo que los dos amábamos hacer. Sentí una pequeña sensación de esperanza pasar por mí mientras intentaba encontrar un libro en el que tal vez estuviera interesada. No estaba muy puesto en las preferencias para leer de una joven chica, así que me dije a mí mismo que me encargaría de ello por la mañana.

Sintiendo que tenía algún tipo de plan, sentí mis párpados caer, así que apagué la luz y me hundí en la inconsciencia.

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