Nine

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Para la sorpresa de Alex, haberle contado sobre su maldición a Fargan no había hecho más que ayudar a estrechar más su relación. 

Tanto aldeanos como guardianes se sorprendían cada vez que escuchaban a aquél chico bajito y amargado riendo a carcajadas y siguiendo las tonterías de un hibrido de búho. 

Empezó a ser obvio. Tan obvio que despertó la preocupación de todos sus compañeros y amigos que sabían acerca de la maldición. 

Todos en el pueblo tenían claro que Fargan era especial para Alexby, todos parecían haberse dado cuenta excepto el mismísimo Fargan. 

Por su parte, Alex no había estado más feliz y más destrozado a la vez en muchísimo tiempo. Y es que la compañía del moreno le llenaba de vitalidad, sin embargo, aquella parte de él que quería más le torturaba. 

Quería más de Fargan, más de sus sonrisas, de sus coqueteos, de su tacto. Quería todo de él, pero no tenía ni la mitad. 

A veces sentía que realmente podía tenerlo. En los momentos en los que Fargan se ponía más tonto, cuando lo adulaba, le sonreía, lo hacía sentir tan especial que casi pensaba que le coqueteaba. 

Luego lo veía por el pueblo haciendo eso mismo con Willy y eso le generaba una mezcolanza en el estómago. Una decepción mesclada con rabia, tristeza e impotencia. 

Amaba estar con Fargan, pero le dolía. 

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- ¿Poción de amor? - Luzu lo miró incrédulo ante la petición. Alex asintió - Pero... ¿Qué tu maldición no era...? - no era necesario terminar la oración.

Alexby resopló. 

- Creo que eres perfectamente consiente del porque te lo pido - Luzu guardó silencio por varios segundos. Lo sabía, o más bien lo suponía, pero ahora que Alex se lo aclaraba era un poco difícil de procesar.

- ¿Me estás tomando el pelo? - Alex rodó los ojos.

- ¿Tengo cara de querer tomarte el pelo? - la respuesta era obvia.

- En realidad no puedo... Ya sabes... Ver tu cara - Luzu trató de aligerar el ambiente, pero la tensión aún estaba presente, así que solo suspiró - No te haré la poción -

- ¿No puedes? - se decepcionó.

- No, si que puedo - era una de las limitaciones de su bendición, pero uno de los plus que le había otorgado su maldición - Pero ¿Estás seguro de querer un amor falso? ¿Hecho por una poción que a saber cuánto va a durar? - cuestionó - ¿Podrás vivir sabiendo que esa persona en realidad no te ama, sino que lo obligaste a amarte? - Alex no sabía cómo, pero Luzu era capaz de captar sus ojos aún sin poder verlos.

- ¡Joder! Tú y tu maldita moralidad - reclamó cruzándose de brazos con un puchero que aunque Luzu no pudo ver, si percibió. - Entonces hazme una poción de desamor - rogó - bórrame la memoria, sácame el corazón. Lo que quieras, lo que se te haga más fácil - su desesperación era tangible.

- Ay, Alex - Luzu negó con la cabeza - Ojalá fuera así de sencillo - le ofreció una sonrisa tristona - ¿Acaso crees que si existiera una manera de arrancar los sentimientos de la manera en que me lo pides no lo hubiese hecho conmigo mismo desde hace tiempo? - preguntó con parsimonia.

- No se que hacer - se llevó las manos a la cara. Por un momento había mantenido erróneamente una esperanza.

- Bueno, dices que tu maldición no funcionará con él - asintió - ¿Y por qué no lo intentas de otra manera? - el menor levantó el rostro hacia Luzu nuevamente.

Maldición //FARGEXBY//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora