Six

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Fargan estaba bastante confundido. 

No lo malinterpreten, hace ya algunos meses que había llegado a Karmaland y finalmente había logrado descifrar como funcionaba aquél pueblo que casi parecía un mundo aparte. 

Había aprendido muchas cosas sobre sus nuevos compañeros a los que ya incluso podía llamar amigos:

Luego de horas de convivencia con Willy -y siendo que era una de las personas con las que más pasaba tiempo- había descubierto que era realmente bueno y apasionado con su trabajo. La mayor parte del día la dedicaba a su huerto, ganado, a la pesca y a realizar entregas por todo el pueblo. También que, por el bien de la tranquilidad, los aldeanos no conocían la maldición de Willy para evitar que rechazaran sus alimentos y se limitaba a ofrecer como excusa que no era nada aficionado del contacto físico. Lo cual no era del todo mentira. 
Había descubierto una cosilla más, pero de eso se hablará un poco más tarde. 

Había tenido también la mala fortuna de haber contemplado en carne propia un arranque de histeria por parte de Vegetta. Sabía que cualquier cosa era capaz de alterar los nervios del chico, pero no fue consiente de hasta que punto hasta que vio uno de sus arranques en primera fila y que de no ser por Willy, que parecía uno de los pocos que podía calmarlo, lo habría tenido que encerrar por alterar el orden público hasta que se tranquilizara. 

De Luzu había descubierto que, a pesar de ser una persona muy amable la mayor parte del tiempo, tenía un pequeño desorden bipolar. Días parecía normal, días cargaba con una melancolía que le cubría casi como una nube gris sobre su cabeza, y días te advertía que mantuvieras tu distancia con tan solo una mirada. Cuando su ira estaba más despierta sus ojos adoptaban un color rojo rubí que te hacía temblar de solo mirarlos. 

Auron, tal y como le había dicho el comisario, había regresado a los pocos días de haberse ido. Según lo que le contó después, una mañana despertó en medio de una zona que anteriormente había sido boscosa, pero que luego de su estancia ahora estaba reducida a cenizas. Le contó que no recordaba nada de lo que hacía al adoptar aquella forma monstruosa y que solo era capaz de volver a Karmaland por el camino de cenizas que dejaba a su paso. 

A Lolito había decidido dejarlo tranquilo, no indagar en sus movidas ni mucho menos en su maldición. Sin embargo, había sido el mismo alcalde el que había tomado la iniciativa de acercarse de manera amistosa y Fargan había descubierto que, cuando no estaba siendo arrogante y altanero, en realidad era una buena persona. 

Había tenido la fortuna de volver a ver a Mangel en más de una ocasión. El muchacho, tal y como le había dicho Rub, era bastante reservado en exteriores, pero en un ambiente de confianza como lo era estar con el híbrido de oso parecía más relajado y se desenvolvía de una buena manera. Además de eso, había notado que era prácticamente incapaz de comer frente a cualquier otra persona. 

Rubius por su parte era un caso especial. Había días en los que simplemente no lo veía porque no salía de su cueva -como él mismo hacía llamar a su casa-, la pereza le podía durante la mayor parte del día, aunque de repente tenía descargas de productividad en las que demostraba su verdadero ingenio. Además, eventualmente había descubierto una cosilla que no todos sabían en el pueblo.
La razón de que Rub estuviese cansado o durmiendo la mayor parte del tiempo se debía a que pertenecía a una sociedad clandestina que se hacía llamar "la hermandad obscura" y solo se movían durante la noche. 
Fargan los había descubierto tras un atentado, Alex le había dejado la tarea de investigar el caso y terminó descubriendo la identidad de los 2 integrantes. Rubius y Willy. Los criminales le dieron la opción de entrar a su sociedad y habían sido tan persuasivos que al final aceptó. 

Y para la cereza del pastel. Su más grande enigma. Alexby. 

De Alexby solo había aprendido detalles. Empezando por aprender a leer el lenguaje corporal y las entrelíneas de sus palabras a falta de expresiones faciales. Ahora se podía decir experto de interpretar al comisario tanto como hiciese falta. 

Maldición //FARGEXBY//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora