Thirty- Two

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-Willy - el peliblanco giró en cuanto escuchó su nombre. 

- Alex, ¿Qué tal? - Willy estaba terminando sus entregas del día. No solía toparse con el comisario muy seguido, pero siempre estaba feliz de verle. 

- No muy bien, la verdad - respondió sin mucho ánimo. 

- ¿Qué sucede? - Willy se olvidó de lo que estaba haciendo y centró toda su atención en Alex. 

- Bueno... Yo... - el menor apartó la mirada - Es sobre mi maldición - Willy lo miraba con expresión preocupada, era consiente, así que decidió seguir hablando - Creo que... - sentía una fuerte presión en el pecho al decir aquello, pero no sabía si era su dolor o la planta creciendo en su interior - Creo que cambié de opinión - el mayor se cruzó de brazos y levantó la ceja. 

- ¿Sobre qué? - tenía una idea, pero quería confirmarlo.

- Sobre la cura - aclaró - Quiero someterme a esa cirugía - Willy asintió suavemente. 

- ¿Estas seguro? La ultima vez que hablamos de eso estabas completamente seguro de que no querías - le recordó. 

- Te dije que cambié de opinión - repitió.

- Dijiste que no querías perderte la oportunidad de sentir - Alex frunció los labios, aunque claro que el otro ni se enteró - Que preferías morir antes que volver a vivir sin sentir nada - Alex negó con la cabeza. 

- ¡Pues ya no! - levantó la voz - Ya no pienso eso, ¿De acuerdo? - Willy suspiró. 

- Alex, escucha. En el momento en que me dijiste eso no lo comprendí, solo podía pensar en lo estúpido que eras por preferir una muerte lenta y dolorosa - su voz se tornó más seria y eso obligó al menor a tomar total atención - Pero, cuando el miedo se despejó de mi cabeza y me permitió pensar, me puse en tu lugar y creo que tenías razón - 

- ¿De qué estas hablando? - lo cuestionó.

- Hablo de que la sola idea de vivir sin amor me causa escalofríos - Willy se cruzó de brazos - Y tal vez no se lo que se siente vivir sin la capacidad de amar, pero si se lo que es vivir sin poder expresar amor de manera física - Alex se quedó en blanco, nunca, en todo el tiempo en el que llevaba conociendo a Willy, se le había ocurrido algo que era tan obvio - Yo jamás tendré la oportunidad de tocar a la persona que amo, de besarla, abrazarla o siquiera tomar su mano directamente - sus mejillas se tiñeron de rojo y se vio obligado a apartar la mirada.

- Willy... - el mencionado lo ignoró.

- Tu no podías amar, pero tu maldición te dio una oportunidad. Un poco cruel, pero a final de cuentas una oportunidad - volvió a levantar la cabeza - ¿Estas seguro de que la quieres desaprovechar? - los ojos de Alex se cristalizaron.

- No la desaproveché - se apuró a responder - Lo intenté, ¿De acuerdo? - no dejó que se le quebrara la voz - Por un momento pensé que, si jugaba bien mis cartas, lograría que se enamorara de mí, pero no pasó - se abrazó a sí mismo - Con un poco más de tiempo tal vez lo habría logrado, pero ahora ya es tarde - 

- ¿Cómo? - 

- Yo... Me le confesé - admitió - Iba a rechazarme, estoy seguro, lo leí en su expresión - o eso es lo que el pensaba - No voy a aguantar su rechazo, Willy, lo se - negó varias veces - Mi último ataque casi me mata, esta vez no será un casi solamente - apretó sus manos - Y se que dije que prefería morir, pero ahora que veo la muerte tan cercana yo... - dudó un segundo, pero necesitaba decirlo - Tengo miedo... - miró a Willy a los ojos, aunque éste no pudiera verle del todo - No quiero morir - Willy sintió su corazón romperse. 

No estaba al corriente de los sentimientos de Fargan ni de nada en realidad, así que se limitó a suspirar. 

- Si es lo que quieres así será - le dijo - Hablaré con Luzu y te sacaremos eso lo antes posible - aseguró. Alex sonrió. 

- Gracias - exhaló, aliviado.

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.

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3 días después de la confesión de Alex, Fargan no era capaz de salir de su nido. 

Había estado pensando, reflexionando e indagando en sus propios sentimientos. 

En el primer día había llegado a la conclusión de que definitivamente no amaba a Dulce, solo había estado bajo su peligrosa maldición más de la cuenta, o al menos el tiempo suficiente para confundir sus emociones. Ahora tenía claro que ese cariño no era real, lo sabía ahora que no estaba cerca. 

El segundo día había empezado a cuestionarse sus sentimientos por Alex, pensar lo que sentía cuando estaba cerca de él. No era algo que pudiera tomarse a la ligera, sabía que esto era importante para el menor porque, de alguna forma, estaba relacionado con su maldición.

Necesitaba saber con exactitud cual debía ser su respuesta, y ésta le llegó más fácil de lo que se imaginaba. 

Resulta que, habiendo descartado los "sentimientos" por Dulce, la solución estaba ahí, tan clara como el agua. 

Adoraba a Alex: su risa, su enojo, su cara, cada parte de él le parecía encantadora. Se preocupaba por él cuando estaba en peligro y la idea de que algo le pasara lo mataba. 

De Dulce no sabía nada, no se había dignado en contarle ni su maldición. Pero de Alex lo sabía todo, y lo que aún no sabía estaba seguro de que con el tiempo y conocerse un poco mejor lo lograría. 

Lo había resuelto casi enseguida, pero se había tomado más tiempo para asegurarse de que Alex no le había mentido y que en realidad estuviera bajo su maldición también. 

El tercer día se dio cuenta de que no podía ser así, Alex no podía tenerle maldecido porque lo que sentía por él no había sido inmediato. 

Sus sentimientos por Alex habían evolucionado, no habían salido de la nada. Tenía razones, buenas razones para quererlo. No era algo esporádico. 

Ahora estaba reuniendo el valor para salir de su nido y enfrentarse a esos sentimientos de frente. Quería darle una respuesta a Alex, quería decirle que quería explorar esas emociones a su lado. 

Pero aún no sabía cómo hacerlo. Alex se había ido muy consternado aquél día y parecía tener incluso miedo, cosa que no se acababa de explicar, pero que temía. 

No sabía si Alex estaba molesto, decepcionado o lo que fuera. Lo único que sabía es que si no se lo decía pronto le explotaría el pecho. 

Pasó gran parte del día pensando en ello, pero mientras más lo pensaba más difícil se le hacía, probablemente escribir un discurso de lo más cursi no sería lo más apropiado, conociendo a Alexby. 

Finalmente llegó a la conclusión de que probablemente lo mejor sería dejar de pensarlo, simplemente encararlo y dejar que su corazón hablara por él. 

Estaba decidido, hablaría con Alex a la mañana siguiente. 









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Se lo que me van a decir :/ Esperaron demasiado para un capítulo tan corto, pero quiero dejar lo mejor para el final uwu

Próximo capítulo, final.

Nos leemos el lunes sin falta, mis amores -3- 


Maldición //FARGEXBY//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora