Fourteen

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Alex tiró de la palanca del excusado, eliminando el amargo rastro de pétalos ensangrentados que había dejado en él. 

Enjuagó su boca rigurosamente antes de salir del cuarto de baño tratando de tambalearse lo menos posible. 

- Querido - una suave y conocida voz lo llamó - ¿Podemos hablar? - pidió Alexa. Alexby no respondió verbalmente, asintió con la cabeza mientras caminaba a paso lento hasta el sofá para tumbarse en este. 

- ¿Qué pasa? - preguntó tras un cansado suspiro. 

- Yo... Bueno, creo que... - Alex frunció el ceño, odiaba que la muchacha titubeara tanto para decirle algunas cosas - Quizá deberías descansar más - terminó diciendo - Desde que volviste al trabajo pareces haber empeorado y estoy preocupada - esperó una respuesta por parte del otro, pero al no obtenerla continúo hablando - Quizá lo mejor sería que te quedaras. Así yo podría cuidarte, al menos hasta que estés mejor - sugirió. Había autentica preocupación en su voz. 

- No te preocupes por mí - respondió Alex luego de unos segundos - Estaré bien - Alexa tenía razón. 

La enfermedad estaba empeorando. Alexby pensaba que quizá podía frenarla un poco con la compañía de la doncella, pero pasar tiempo cerca de Fargan lo hacía ponerse cada día más mal. 

Aún así, no podía alejarse de él. Era como una droga, lo dañaba, pero no encontraba la manera de apartarse. 

Era adicto a su voz, a sus bromas estúpidas, a su risa, a sus brillantes ojos, a su aroma, a sus imponentes alas, a su fuerza desmedida, a la seriedad con la que se tomaba sus labores cuando era necesario, a su alborotado cabello.

Era adicto a Fargan, simplemente. 

- Estoy muy preocupada - confesó mientras le colocaba el dorso de la mano en la frente, temiendo que tuviese fiebre por el matiz que sus mejillas habían adoptado. 

- Ya te lo dije, estoy... - pero antes de que pudiesen continuar su conversación el sonido del timbre los interrumpió. 

- Yo abro - Alexa se levantó del sofá.

- No, Alexa, espera - rogó casi en pánico. Su casco estaba en la habitación. 

Se levantó como pudo, tomando un cojín del sofá y cubriendo su rostro con este mientras se dirigía a la habitación con prisa. Llevaba la mitad del salón recorrido cuando la puerta se abrió. 

- Bienvenidos - saludó Alexa con una dulce y cordial voz a los invitados. 

- Hola - respondió Vegetta de la misma manera - ¿Alexby se encuentra? - 

- Si, él esta... - Alexa giró hacia el sofá donde Alex se encontraba - Estaba aquí hace un segundo - añadió con confusión.

- ¿Podemos pasar? - esta vez fue Willy quien habló. 

- Claro, adelante - se hizo a un lado para darles paso. Ambos guerreros se adentraron en la vivienda - Iré a buscar a Alex - advirtió antes de ir rumbo a la habitación - ¿Alex? - preguntó asomándose por la puerta - Te buscan - 

- Ahora voy - le respondió mientras se terminaba de colocar el casco. 

- Creí que lo usabas solo cuando estabas fuera - 

- Lo uso cuando estoy con otras personas - respondió - No abras la puerta si no lo llevo puesto - advirtió con cierta molestia y la evadió para salir a donde lo esperaban sus amigos - Que sorpresa - saludó.

- Alex - habló Vegetta - Tenemos algo que hablar contigo - le dijo con una sonrisa.

- Es algo importante - añadió Willy lanzándole una discreta mirada a la muchacha parada a pocos metros de ellos. 

- Claro - entendió de inmediato - Alexa - la llamó volteándose para mirarla - ¿Podrías entrar a la habitación? Es una conversación privada -  La joven dudó, pero al darse cuenta de que los tres hombres la miraban atentos se limitó a asentir con la cabeza y adentró en el cuarto cerrando la puerta tras de sí. 

- Bien - dijo Willy soltando un suspiro agotado. 

- ¿Qué sucede? - preguntó Alexby con total intriga. 

- Verás - empezó Vegetta - Desde que me enteré de tu enfermedad me he informado al respecto - 

- Por supuesto que si - añadió Alex con ironía.

- Y encontré algo que podría interesarte - ignoró el comentario. 

- Existe una cura - Alexby abrió los ojos con sorpresa ante las palabras de Willy. 

- ¿Lo dices enserio? - preguntó con ilusión. Ambos asintieron. 

- Se trata de una cirugía - aclaró Vegetta - Al sacar la planta de tu interior la enfermedad desaparecerá - 

- No encontramos datos precisos sobre el procedimiento, pero hablamos con Luzu y, a sabiendas de que una vez te la arranquemos estarás bien, está desarrollando una manera para sacarla sin ponerte en peligro - Willy completó la idea. 

- Eso suena peligroso - desde la palabra "cirugía" Alex comenzó a dudar. 

- El hanaki lo es más - le recordó Willy. 

- Además, estamos hablando de Luzu - añadió el otro - Él se encargará de que no te pase nada - aseguró. 

- Entonces, ¿Me están diciendo que si dejo que Luzu me extirpe la planta, no voy a morir? - resumió las palabras de sus compañeros y su corazón latió con fuerza al verlos asentir - ¿Así de fácil? - 

- Bueno... - la sonrisa de Vegetta se desvaneció momentáneamente - tiene un pequeño efecto secundario, pero no es nada - 

- ¿Efecto secundario? - volvió a dudar. 

- Bueno... - empezó a hablar Willy - Parece que una vez se extraiga la planta ya no sentirás nada por... Bueno, por nadie - Alex se quedó mudo, mudo y tenso por un largo rato.

- ¿Qué? - un susurro agudo fue lo más que pudo decir. 

- Pero eso no es problema, ¿Verdad? - Vegetta volvió a sonreír - De todas maneras ya estas acostumbrado a no sentir nada, ¿No es cierto? - el salón se quedó en un tenso silencio nuevamente - Vale, eso sonaba menos cruel en mi cabeza - añadió luego de examinar sus palabras.  

- Eh... Yo... - Alex no sabía como sentirse en ese momento. 

- Mira, lo importante aquí es salvar tu vida - agregó Willy - ¿No crees que el sacrificio lo vale? - ambos lo miraron en espera de una mínima reacción. 

- Si - terminó diciendo - Ambos tienen razón - afirmó en voz bajita, no por nada sino que aún no lograba procesar las palabras de sus compañeros.

- Perfecto - Vegetta dio un único aplauso antes de ponerse de pie - Trataré de presionar a Luzu para que tenga todo listo lo ates posible - frotó sus manos juntas y se dirigió a la puerta. Willy lo imitó y Alex los acompañó a la salida, aún un poco conmocionado. 

- Hey - Willy posó su mano sobre el hombro de Alex al pasar a su lado, por instinto el menor dio un pequeño salto, pero al no sentir ningún daño se relajó - Se que da un poco de miedo, pero estarás bien - le ofreció una sonrisa tranquilizadora - Eso es lo que importa - 

- Claro - Alex forzó una sonrisa inútilmente - Nos vemos - cerró la puerta una vez que sus amigos se fueron. 

Apenas se dio la media vuelta colapsó sobre el suelo en un nuevo ataque de tos. 









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Capítulo puntual >:D

Mis vacaciones se terminaron :c pero no se preocupen, encontraré el tiempo para escribir, lo prometo. 

Además, tengo tantas cosas que quiero escribir que creo que me va a explotar la cabeza sino lo hago. 

Nos leemos el próximo lunes, solecitos uwu besos -3-

Maldición //FARGEXBY//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora