Kara POV.
Es curioso cómo pasa el tiempo y todo lo que puede ocurrir mientras lo hace.
Eso es en lo único que puedo pensar, mientras estoy encerrada de nuevo en mi habitación. Desde hace unos días, en la mayor parte del día, uso audífonos aislantes de sonido, o eso entendí al señor Jonathan cuándo me los entregó ese día. Supongo que la señora Martha habló con él sobre el día que me desmayé en casa de Lena y le contó todo lo que pasó. Y creo que darme unos audífonos, fue cómo una medida extra para hacerme sentir mejor, después del susto que había pasado, ya que constantemente me quejaba con ellos del ruido en mi cabeza. Mismo ruido que, a pesar de que los audífonos no lo bloquean del todo, al menos lo opacan en algo y eso es un gran alivio. Agradezco a Rao, porque parece que soy sólo yo a la que le pasan este tipo de cambios fisiológicos. Kal está tan tranquilo, cómo puede estar un bebé, y espero que continúe así por un largo tiempo.
Pero desde ese día en casa de Lena, ya ha pasado casi un mes, y por suerte no ha vuelto a sucederme algo así. Ni creo que lo haga tampoco, siempre y cuándo me mantenga alejada de esa Kryptonita. Qué hablando de está, por sugerencia de Lilian a los señores Kent, fue utilizada para ayudar a realizarme algunos exámenes a mi cuerpo. Aunque a diferencia del primer contacto con la Kryptonita, está vez no me desmayé o sufrí por su cercanía. Jonathan utilizó una cantidad muy mínima de está, provisionada por Lilian, para poder extraer algo de sangre de mi cuerpo, para así poder explicar todos los cambios que hasta ahora continúo sufriendo aquí en la Tierra. Aunque hasta el momento, él no tiene resultados definitivos, y yo la verdad sólo quiero dejar de pensar de sentirme extraña aquí en la Tierra, pero ese deseo parece que no se me va a conceder nunca.
Por otro lado estaba Lena. Ella ha estado viniendo todos estos días, a ver cómo estaba y cómo seguía después de lo que pasó. Lena es tan atenta y amable conmigo. Me gusta mucho cómo es conmigo, me hace sentir a gusto y menos extraña cuándo la tengo cerca. Incluso fuimos todos los Kent un día a la mansión Luthor, invitados personalmente por ella y su hermano Lex, a su cumpleaños número 15. Ese día, ese soleado 24 de octubre, hubo mucha deliciosa comida en la mansión Luthor, y muchos buenos deseos hacía los gemelos cumpleañeros. Yo no sabía que esto era así aquí, en Krypton no festejamos los cumpleaños de está manera, de hecho el día de un cumpleaños allí, significaba el aumento de las responsabilidades para cada persona, al convertirse en un ser más consciente y productivo para nuestra sociedad. Pero no parece suceder así en la Tierra. Inclusive les dieron algunos regalos a Lena y a Lex. Yo no sabía dónde meterme de la pena que sentía, por no haberle dado nada a ninguno de ellos y Lena se dió cuenta de mi pesar, y no sé cómo lo hizo, pero con paciencia me aseguró que con que yo estuviera ahí con ella era más que suficiente, y Lex que escuchaba de cerca, asintió confirmando las palabras de su hermana. Y no tuve más que dejarlo pasar, si ellos me lo decían, debía confiar en sus palabras.
También puedo decir lo mismo de su hermano. Lex también es muy amable y atento, sólo que él parece más encantado con mi primo, ahora mi hermano, Kal. Supongo que ninguno de los hermanos Luthor había tenido tanto contacto con un bebé, hasta ahora que llegamos a sus vidas. Ambos Luthor y otras veces en compañía de su madre, Lilian, se han convertido en visitantes habituales en la granja Kent. Aunque empiezo a creer que todo esto lo hacen por diferentes razones cada uno de ellos. Lex, por ejemplo, corre a la habitación de Kal siempre que llega a dónde esté mi hermano, ya sea con Martha o conmigo, y nos lo arrebataba enseguida para jugar con Kal, con un nuevo juguete que le traía o con los que ya tenía comprados en casa. También está Lilian, cómo me pidió que la llamara, hablando horas y horas con los señores Kent o sólo con Martha, sobre los niños y de cómo crecen tan rápido que ni te das cuenta, o también hablaban sobre algunos asuntos de trabajo de LuthorCorp, dónde la señora Martha es asesora legal externa, ya que es casualmente abogada tal cómo lo era mi madre Alura, pero trabajar de está forma le da más libertad a Martha, lo que le permite pasar más tiempo en la granja, junto a nosotros. Y por lo que he llegado a conocer de la historia de su amistad, está data desde la época universitaria de ambas. Puedo ver también, la emoción de ambas mujeres mientras charlan sobre hijos y sobre planes para el futuro, de escuela, universidad y demás. Y luego, está la inigualable, Lena. Ella es completamente un caso aparte de su familia, y ni siquiera sé por dónde empezar a describirla. Desde ese día, cuándo se despidió de mí con un beso en la mejilla, ese gesto se ha convertido en su cosa entre nosotras de su parte. Cada que está cerca de mí, me saluda con un beso en mi mejilla, que no dura más de un segundo. No puedo empezar a explicar lo que siento cuándo ella hace eso, porque simplemente no tengo las palabras para hacerlo. Hace lo mismo antes de irse, después de haber recorrido gran parte de la granja acompañándome. Tengo la delicadeza en nuestros recorridos, de detener mi andar por momentos, sólo para que ella descanse un poco. Me siento mal por ponerla en esas, pero a ella no parece importarle. - Me hará bien el ejercicio, y no puedo quejarme de la compañía.- siempre me dice, y cada vez obtiene el mismo sonrojo en mi rostro por su respuesta, y ahí queda olvidado el tema. Debo decir y aceptar, que nuestras charlas aligeran mucho todas las cosas. Podemos hablar de todo, y creo que con el tiempo ella sabrá todo sobre mí, sobre dónde vengo, sobre lo que soy, y ese pensamiento no me molesta en absoluto e inclusive me anima un poco, por no decir mucho.
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Colors
FanfictionKrypton se ha ido para siempre. Kara Zor-El, pensó que ese era el final de su historia, y de la vida cómo la conocía. Con su pequeño primo y en un planeta nuevo que descubrir, Kara entenderá que lo que les sucedió, sólo era el comienzo de la aventu...