CAPÍTULO XIII: A BLANCO & NEGRO.

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Lena POV.

Terminar una relación, es fácil. Tan fácil, cómo quemarte en el infierno.

Pero saber que hay amor mutuo, y a pesar de amarnos, no tener la valentía suficiente para superar los obstáculos en el camino, era algo inimaginable. Y aún así, eso es justamente lo que estoy viviendo. En esto se convirtió mi vida. Amar a Kara Zor-El, a la distancia y beberme todo el dolor de su ausencia. Y no estoy orgullosa de cómo he estado manejando las cosas desde que me terminó, pero no hice nada para evitar llegar hasta donde estoy. Fue una salida fácil, sí, pero no fue la correcta. Tomar alcohol sirvió cómo distractor, pero no solucionó nada. También sé que con eso lastimaba mi cuerpo, pero, ¿Qué más daba? Estaba tan dolida con todo lo que pasó, y ni siquiera por el hecho de perder a la mujer que amo, sino porque entendía porque lo hacía, porque nos había destruido, y eso era mucho peor. Siempre es más fácil solucionar los problemas que están a la vista, la cuestión es que la mayoría de las veces, nos negamos a aceptar que hay un problema en primer lugar. Aunque debí sospechar que todos sus rechazos hacía mi, terminarían en algo cómo eso, pero me negué a verlo. Kara escogió alejarse para evitar un mal mayor y por todo lo que ha pasado a lo largo de su vida, es apenas lógico que lo hiciera. Pero que lo entienda, no significa que no me duela. Porque sí lo hace, y duele cómo la mierda. Y en los momentos en que llegaba a esa realización, bebía todavía más. Trataba de que mamá no me viera, pero sé que ella lo sabe. Las madres saben todo sobre sus hijos. Lex, por su parte, ha intentado hacerme ver qué ese no es el camino para salir del dolor de nuestra separación, y yo siempre le contesto que lo sé, sabía que estaba haciendo todo mal, pero es que no puedo hacer nada más, me mata recordar lo felices que estábamos juntas, y me duele pensar en que esos tiempos, ya no volverán más. Y lo que más me duele, es haberla dejado sola en su dolor. Yo tendría que estar ahí con ella, para apoyarla y ser su amiga, aunque sea, pero no sé cómo. No sabía cómo acercarme a ella en este momento de tragedia. Y ese fue otro motivo de pelea con mamá. Me reclamaba no ser buena amiga de Kara y me recordaba que antes de ser una pareja, nosotras fuimos amigas y tiene toda la razón, el problema es que no sé cómo ser amiga de la persona que amo y tampoco podría estar a su lado, sabiendo que Kara no me quiere a su lado, sino muy lejos de ella. También está el hecho de qué no quiero que Kara me vea así. Estoy absolutamente demacrada. Las noches de insomnio, beber alcohol en cantidades, sumado a mi casi inexistente apetito, le han pasado factura a mi delgado cuerpo. Sé que sí ella me llegase a ver así, se culpará y no quiero que se sienta culpable por mí, ella no se lo merece. Kara, es tan buena y tan pura, que no se merece todo lo que le ha pasado, y ojalá estuviera en mi borrar todo el dolor que ha sufrido, todo su miedo, pero sé que no es posible. Pero al menos puedo evitarle la culpa por las decisiones que he tomado a causa del dolor, esa pena es toda mía, cuándo me di cuenta que amaba a Kara, acepté también que así cómo podría disfrutar de nuestro amor, así mismo también podría sufrirlo, y me lancé de cabeza a vivirlo y a amarla por completo, porque eso significaba estar con ella y eso lo valía, lo vale y lo valdrá todo siempre.

Decidí no ir a la Universidad tampoco. Al menos no por ahora. Sé que ya no tengo nada que hacer aquí en Metrópolis, pero quiero que ella sepa que estoy sólo a unos pasos, y que no me alejé, cómo tantas veces hice en el pasado. Eso nos trajo tantos problemas, tantos malentendidos, que casi me quiero pegar en la cabeza por lo idiota que soy al solucionar esa situación hasta ahora, cuándo ella ya no me quiere cerca.

Siempre planeé con Lex, desde muy pequeños que iríamos juntos a la universidad, aún cuándo estudiáramos carreras distintas. Pero eso ya no podrá ser. Conscientemente dejé de enviar los papeles para mi inscripción y aunque sé que si mamá quisiera, podría usar la influencia de nuestro apellido para lograr una excepción conmigo, y enviarme junto a mi hermano a la universidad. Pero mamá no lo hará. Ella respeta mi decisión, porque aunque sabe que me duele alejarme de mi hermano, también sabe que se me hace imposible alejarme tanto de Kara en estos momentos. Y gracias a Dios que Lex también comprendió mi decisión. Gracias a él, también he sabido de ella, y cómo poco a poco ha ido retomando su vida. Y me alegraba mucho por ella, Kara es quién más se lo merece. Y espero que muy pronto, ella pueda sonreír tan hermosamente cómo siempre lo ha hecho, esperaba con ansias que pudiera lograrlo. Pero la comprensión de no poder estar a su lado para presenciarla cuándo lo consiguiera, me hizo caer otra vez en mi espiral de autodestrucción. Y fue lo peor que pude haber hecho. Ella estaba ahí, ella me vio mal. Ver a Kara mirarme frunciendo su ceño en mi dirección, me hizo sentir sucia ante su mirada, tan indecente para su hermosa presencia. Tanto mal me sentí porque me viera así, que sólo pude correr lejos de ella y de su decepcionada mirada. Ese día, cuándo volví a casa, prometí mejorar por ella, por el amor que le tengo, aunque ella no lo sepa, saldré de está depresión en la que caí desde nuestra ruptura. Por lo que empecé a trabajar, o al menos ayudaba a mamá con cosas de LuthorCorp desde la casa. Y me sirvió de mucho, me ayudó a distraer mi tormentosa mente. Aunque seguía firme en mi idea de no irme lejos de Metrópolis, y mucho menos de Kara. Pero, mi hermano, Lex, sí se fue un buen día a la universidad, y apenas se cerró la puerta detrás de él, enseguida me encerré en el estudio a tomar toda mi frustración. Y bebí whisky, hasta que mi garganta ardía por lo fuerte del trago y hasta que no pude sostener más mis ojos abiertos, para al menos esa noche, olvidarme de todo lo malo que estaba pasando y entregarme al dulce olvido de la inconsciencia.

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