CAPÍTULO VII: ETÉREO.

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Lena POV.

Al fin después de tantos días, estaba en casa. No sé cuántas horas duró ese vuelo de regreso, pero estoy simplemente exhausta. Mi corazón se alivia al ver a lo lejos la mansión Luthor. Por fin, no veía la hora de volver a casa. Amo Irlanda, después de todo ahí nací, y me gusta visitar la tumba de papá para acompañarlo, pero es simplemente agotador ir hasta allá, y socializar con familiares que apenas reconozco y que veo pocos días al año, cada año. Aunque me sirvió ir, ya que cuándo estuve en la tumba de papá, Lionel, aproveché para contarle sobre Kara, y lo que creo sentir por ella. Kara me gusta. Después de tanto darle vueltas todos los días, buscando el porqué de mi actuar con ella desde que la conocí, llegué a esa conclusión. Es raro cómo no me había dado cuenta de eso, hasta ahora. Nunca me había interesado nadie de ese modo, lo que hacía más difícil darme cuenta de lo que en realidad estaba pasando conmigo, y mis constantes pensamientos y preocupaciones sobre Kara, y su bienestar. Los comentarios molestos de Lex y las sonrisas divertidas de mi madre, me ayudaron mucho a por fin darme cuenta. La cuestión ahora es, ¿Ella siente lo mismo por mi? O peor aún, ¿Cómo hago para que se sienta igual por mí?

Pero estoy muy cansada para resolver esto ahora, ya tendré tiempo para pensar bien qué haré con lo que siento por Kara. Bajo directo del carro y corro para entrar en casa. Nunca estuve tan feliz de ver a la señora Abbey, cómo en este momento o deseé tanto volver a Metrópolis cómo ahora. Y creo que cierta rubia ojiazul tiene mucho que ver con eso. ¿Me habrá extrañado cómo prometió? No puedo esperar a verla para comprobarlo, pero eso tendrá que ser mañana, estoy sin fuerzas para cualquier cosa que no sea tirarme en mi cama y dormir. Subo las escaleras muy lento, paso a paso y llego a mi cuarto al poco rato. Apenas entré en mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí, me lancé de inmediato a la cama. Aleluya por esto, era justo lo que necesitaba. Abrazo a mi suave almohada y acomodo mi cabeza sobre ella, para dormir hasta mañana.

Por supuesto, todo mi plan se tenía que arruinar. Siento el ruido que hace la puerta abrirse, y no tengo que ser un genio, para saber quién es. - Déjame en paz, Lex, quiero dormir, por favor.- pido frustrada. Abro mis ojos y lo veo recostado sobre el marco de la puerta, sonriendo ampliamente el muy idiota, no sé de dónde saca tanta energía. - ¿Puedes irte ya?- le insisto. Él niega. - Te interesa lo que tengo que decir.- dice y luego se encoge de hombros. - Lo único que me interesa ahora es dormir, así que vete.- le grito. Amo a mi hermano, pero es en estos momentos, en los cuáles me pregunto porque me tiene que andar molestándome cada dos por tres. - Cómo quieras, le diré a Kara que no la recibirás.- dice en su tono burlón. Nunca me había levantado tan rápido de la cama, incluso me dio vueltas la cabeza, por la prisa con la que lo hice. Adiós al sueño y cansancio que tenía, saber que Kara estaba aquí para verme, me alegraba demasiado cómo para pensar en cualquier cosa que no fuera ella. Salgo de mi habitación, y escucho la risa de Lex a mis espaldas. Ríete hermanito, algún día estarás así por alguien y veremos quién se reirá después.

Lo primero que noto al bajar las escaleras y encontrarla en el recibidor, con su mirada clavada en el techo, sus dorados cabellos, contorneando su delicado rostro, mientras la luz de la entrada recae sobre ella, iluminando su lindo vestido color azul cielo con lindas flores blancas cómo decoración, dándome una vista adorable. Kara es tan hermosa, no existen palabras para definir todo lo hermosa que ella es, pero puedo empezar por decir que se ve perfecta así, justo ahora frente a mi.

- Kara.- le susurro, haciéndome notar. La veo como baja su mirada, para encontrarse con la mía, y sus labios forman una sonrisa, misma que no puedo evitar devolverle. - Lena volviste, así cómo prometiste.- saluda alegre. - Siempre cumpliré mis promesas, sobre todo si las hago a ti.- digo mirando fijamente sus hermosos ojos azules, en tono muy serio. Y es que el reconocimiento de mi gusto por ella, me hace querer todo y más con Kara. La veo agachar su mirada, apartándose de la mía, y sonreírme algo apenada. Genial, Lena, simplemente genial. Ella no dice nada más, y tengo que llenar este silencio aterrador entre ambas, no puede ser que después de casi dos meses sin vernos, no podamos ni conversar un poco. - Lo siento.- digo suave, disculpándome. Kara enseguida levanta su mirada y me mira curiosa. - ¿Qué es lo que sientes?- me pregunta dudosa. - Supongo que oíste lo de hace un rato, creo que pude haber sido algo grosera en mis palabras, y bueno, por tú audición seguro escuchaste la pequeña pelea con Lex. De nuevo lo siento.- le digo intentando buscar un tema del que podamos hablar, sin que termine incómoda, cómo hace un rato. Kara sonríe al escucharme. ¿Qué significa eso? - También me disculpo si te incomodé cuándo mencioné lo de cumplirte mis promesas, tendré más cuidado con mis palabras.- le digo y siento mi corazón latir a mil por hora dentro de mi pecho y lo hace peor, saber que ella puede escucharlo con claridad. - No me incomoda, me gusta, es sólo que no sé cómo reaccionar la mayor parte del tiempo.- me aclara, y suspiro aliviada. - Y sobre lo que dijiste de tú pelea con Lex, ni siquiera la oí o le presté atención, estaba concentrada en otra cosa, en realidad.- dice suavemente, mientras el azul de su mirada, brilla hermosamente en mi dirección. ¿En que podría estar concentrada? Basta Lena, sabes muchas cosas, pero la adivinanza no es una de ellas. - Pero te disculpo, si es que eso te hace sentir mejor.- bromea, y luego guiña un ojo en mi dirección, y no sé cómo tomarme eso. Ese gesto, tiende a ser algo coqueto, por lo que he visto o leído, pero dudo que Kara siquiera sepa eso o que incluso lo haría a propósito sabiendo lo que implicaba, menos dirigirlo a mi, por lo que dejo el tema, no pienso atormentarla con eso, sabiendo lo abrumador que le resultan todas las cosas nuevas que tiene que ver y aprender cada día. Entonces, asiento suave a ella y la veo sonreír y sé que hice bien. - Lo hace, Kara, gracias.- digo continuando nuestro tema. - No fue nada.- dice sin más.

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