Kara POV.
No podía creer lo que había hecho, y menos aún a quién se lo había hecho. Cuándo vi la expresión dolida de Lena, que me miraba desde el suelo asombrada por mi reacción, supe que había actuado mal. Lo comprobé cuándo ella murmuró un "Lo siento." Mientras se levantaba agitada del suelo de la sala de mi casa y se dirigía con prisa a la salida. Por más que intenté llamarla, ella no giró en mi dirección ni una sola vez. Me dolía verla así, y saber que era por mi culpa. Sus sollozos llegaban claros hasta mis oídos, haciéndome saber la profundidad del daño causado. Mi corazón se oprimía en mi pecho al escucharla así. Supe que todo era peor de lo que pensaba, cuándo sentí los latidos agitados de su corazón bajo su pecho, mientras corría por el camino a la carretera, alejándose cada vez más de la granja y sobre todo de mi. No volvió su mirada en mi dirección ni una sola vez, ni siquiera a la distancia, a pesar de que la llame no sé cuántas veces. Sabía también que si quisiera la alcanzaría, pero no quiero usar ese tipo de poderes y sé con dolor, que Lena no quería que la alcanzará tampoco.
Habíamos estado tan bien ese día, que dolía que hubiera terminado así. Nos admitimos tantas cosas, que pensé que tal vez podríamos encontrar un camino que nos uniera al final, tal cómo dijo Martha con apoyo de Jonathan. Pero no fue así en absoluto. Por supuesto que algo tenía que salir más. Rao, ayúdame por favor. No puedo creer que estos poderes arruinarán esto con Lena, sin siquiera comenzarlo. Me sorprendió mucho cuándo unió nuestros labios, y la sensación envolvente y cosquilleante que produjeron sus labios sobre los míos. Pero no sabía que hacer, era mi primer beso, aquel gesto que sólo veía hacer en mis padres, ahora en los Kent, o en los muchos programas de televisión que a veces salían por ahí. Estaba abrumada en esos instantes en que nuestros labios se acariciaron, todo lo que podía sentir era la suavidad de sus labios y lo cálidos que se sentían sobre los míos. Estaba tan distraída en todas las nuevas sensaciones, que al escuchar el fuerte llanto de Kal desde su habitación, lo perdí todo y terminé empujándola lejos de mí. Mi corazón se oprimió en mi pecho al ver su expresión dolida. Había lastimado a mi Lena, y sabía que no habría vuelta atrás después de eso.
Y es qué si tan sólo pudiera explicarle, lo haría con todo detalle. No puedo dejar que ella siga pensando que la rechacé, cuándo no es así, y no puedo dejar que ella piense eso de mí, y estoy dispuesta a esperar lo que sea por hacerlo, si tan sólo ella me dejará.
Pero el problema era mayor de lo que consideré, cómo cosa rara y lo supe en el momento en que llegué a la mansión Luthor buscándola y me recibió un Lex con sus ojos rojos, signo inequívoco de que había estado llorando. Y de hecho sí lo hizo, su gemela se había ido de casa. Y yo lloré también, porque sabía que era mi culpa. Por mi culpa, Lena se había sentido mal. Le causé eso a la persona que desde que estoy aquí en la Tierra, ha estado para mí, la chica que me hizo pensar en unirme de por vida a ella cómo una pareja. La misma chica que me dió mi primer beso. La misma que ahora no estaba aquí conmigo. No lo ha estado por todo un año completo, y sigue doliendo cómo el primer día que se fue.
Lex me pidió que no me sintiera mal, que era decisión de Lena haberse ido, pero yo sabía la verdadera razón de su marcha rápida y de su distancia de este pueblo, y más específicamente de mi. Pero no se lo diría, ni a él ni a nadie, eso era entre Lena y yo, y entre ambas tendríamos que resolverlo, cuándo sea que ella vuelva, sí es que decide volver.
Lilian también insistió en que Lena estaba bien, y que ella estaba al pendiente de cualquier cosa. En cada visita que realizaban a la granja, tanto ella cómo su hijo, me aseguraban que Lena no me odiaba por haber discutido, porque eso fue lo único que pude decirles para explicar mi desespero por encontrarla. Pero ellos me insistían en que cuándo volviera de vacaciones del internado, lo arreglaríamos y que era normal pelear entre amigas y que cómo amigas lo resolveremos. Y ahí está el otro problema, ni siquiera sé si somos amigas ahora y mucho menos sé si eso es lo que quiero que seamos, si llegamos a arreglarnos. No he podido olvidar ese beso que me dió, y la forma en que me sentí cuándo me besaba. Además las amigas no se besan, no hacen eso, ahora lo sé. Lo he aprendido con mis nuevos compañeros en la escuela de Metrópolis, a la que empecé a asistir poco después de la partida de Lena, y a la que no encuentro algo nuevo que aprender en está, ya que la mayoría de los temas que intentan enseñar los maestros allí, son cosas que en Krypton sabíamos de hace muchísimo tiempo, y que nos enseñaron desde muy pequeños a todos, y las otros temas específicos de la Tierra y su historia, era muy fácil de aprender. Pero eso no lo sabe nadie, y yo me hago la que no entiendo tampoco, para ir a la par de mis compañeros allí. Aunque fallo la mayoría del tiempo en eso, y es que no soporto ver la incomodidad que se forma en el aula de clases, ante una pregunta hecha por el maestro, así que ahí estaba yo respondiendo de inmediato para acabar con esa molesta sensación. Y fallando en ocultar mi inteligencia, fue cómo conocí a mis nuevos amigos, Cossimo Daes y Camille Poletti. Aunque a ellos los conocí en circunstancias totalmente distintas, pero ahora ellos hacían parte de mi nueva vida aquí en la Tierra y me alegraba tenerlos en ella. A Coss, cómo me gusta llamarlo, un chico de piel trigueña, con ojos del mismo color que los míos y una sonrisa amplia, me hizo confiar en él al instante. Cossimo fue el primero en acercarse a mí, después que quedé cómo la nerd de la clase en el primer minuto en que hablé, diciéndome que pensaba que se moriría sin conocer a alguien con cerebro en esa escuela, lo que me hizo reír con ganas, cómo hace días no hacía. Y Camille, bueno, ella salvó a su primo Pete, Pete Cooper. El chico de las malteadas, que me miraba embobado ese día con Lena y que la hizo enojar, ¿Quizás por celos? No sé si ella lo sintió así, pero espero que si lo fuera, porque de ser así, no todo estaría perdido entre ambas. Pero me distraje, Pete iba a ser el receptor del primer golpe que había querido dar en toda mi vida. Nada más nos vio entrar a Coss y a mi en esa heladería, empezó a molestarnos a ambos, y sugiriendo que al menos ahora estaba con alguien normal, no cómo la fenómeno de Luthor. Me quise morir en el instante en que lo oí, ¿Cómo se atrevía hablar así de Lena? Eso fue lo último que le permití, dejé rápido mi vaso de malteada de chocolate y me puse frente a él enseguida, mi puño se apretó tanto y mi cuerpo vibraba de la rabia que sentía, quería castigarlo tanto por hablar así de Lena, y estaba a punto de dirigirlo a su engreído rostro cuándo sentí una mano sobre mi puño, que me hizo apartar la mirada de Pete y dirigirla a mi nueva acompañante, una mirada café oscura y una sonrisa de disculpa me encontró, y poco a poco solté mi puño. - Disculpa a mi primo, él sólo es un idiota.- me dijo esa vez. No pude estar más de acuerdo con sus palabras. Después de ese problema que nos pasó y de mirar mal a Pete entre los tres, nos convertimos en amigos inseparables, y ellos dos se han convertido en mi pequeño grupo, por así decirlo en ese espacio escolar y fuera de este también. Pero con ninguno de ellos, he querido algo más de la amistad que tenemos, ni mucho menos he escuchado atento sus latidos a lo lejos para saber que están cerca, o que sólo el sonido de su corazón palpitante me calmé por completo, ni tampoco quiero que ellos me besen tal cómo lo hizo Lena.
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Colors
FanfictionKrypton se ha ido para siempre. Kara Zor-El, pensó que ese era el final de su historia, y de la vida cómo la conocía. Con su pequeño primo y en un planeta nuevo que descubrir, Kara entenderá que lo que les sucedió, sólo era el comienzo de la aventu...