CAPÍTULO IX: GALORE.

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Lena POV.

¿Haberme ido fue un error? Tal vez. ¿Era necesario? Me quiero convencer de que sí, pero no lo sé ahora. Aunque ya no puedo devolver el tiempo ni deshacer lo que hice. Pero en mi defensa, irme era lo único en lo que podía pensar después de ese error que cometí con Kara. Le falté el respeto, me pasé en ese momento, no medí lo que hacía, y todo estalló en mi rostro cuándo ella me empujó lejos de su cuerpo. No hubo un día en todo este año que estuve lejos, en el cuál no pensará qué todo podía haber sido distinto. Qué nuestro beso pudo darse en un mejor momento, uno en el que ambas quisiéramos, y no sólo fuera yo en un impulso. Debía esperar que fuera especial, cómo ella lo es, pero tenía que dañarlo todo ese día, cómo siempre hacía cuándo algo era realmente importante para mí, y simplemente me bloqueé. Cada día que pasaba me carcomía más y más la idea de haberlo jodido todo con ella. Lamento admitir que sentí alivio cuándo Lex mencionó que Kara me había ido a buscar a la mansión. Tal vez, pensé dándome esperanzas, que no todo estaba perdido, que sólo nos debíamos un tiempo para que se calmarán nuestros pensamientos, y sobre todo, nuestros sentimientos. Mismos que ahora cómo aquel día en que me fuí, confirmé. Kara me gusta. Ella me gusta mucho, toda su persona. Y no sólo cómo amiga, no. Ella es diferente a todos y a todas las personas que he conocido en mi corta vida, y no pude pensar en otra cosa en el internado, que no fuera en ella, Kara Zor-El Kent. Por más tiempo que pasaba con cualquier compañera de internado, confirmaba lo que ya sabía desde un principio. Ninguna de ellas me hacía querer buscar más, no me hacían desear más que eso que teníamos. Éramos compañeras, quizás amistosas en algún momento, pero no pasaba de eso, de una simple camaradería. Y no quería que pasará de eso tampoco, porque mi pensamiento de algo más, ya tenía un hermoso nombre, una expresión adorable en su rostro, una sonrisa encantadora, y una mirada soñadora que enamora. En cambio, pensaba que si alguna de ellas fuese Kara, habría empujado por más, una y otra vez.

Pero ahora que he vuelto a Metrópolis, así sea de vacaciones, tendré la oportunidad de ver si valió la pena la distancia que puse entre nosotras, sabría si toda la angustia del final de lo que no había iniciado entre nosotras, quizás tendría un buen final ahora.

Lex me dijo apenas entré en la mansión, que podría verla en el festejo del cumpleaños de la ciudad. Mi corazón latió emocionado en mi pecho ante la posibilidad de por fin verla, no más imaginar cómo estaría ella, porque podría verla con mis propios ojos. Por supuesto le agradecí por la información antes de estrecharlo en mis brazos, nunca nos habíamos separado por tanto tiempo y fue extraño. Pero ¿Qué se le hace? En algún punto eso tendría que cambiar, y me alegro de que podamos compartir la misma confianza y hermandad, a pesar de no estar siempre pegados a la cadera del otro. Mamá también se unió a nuestro abrazo y por fin los Luthor estuvimos juntos otra vez.

Al llegar a mi habitación después de ese cálido momento familiar, ni siquiera desempaqué. Lo único que quería era dormir, después del largo viaje de regreso a casa, además del hecho que tendría que despertar temprano, si es que quería ir a la plaza de la ciudad para el festejo y poder ver por fin a Kara. Aún podría sentir la suave caricia que sus labios dejaron sobre los míos, en ese maravilloso instante en que nuestras bocas se besaron. Pero el recuerdo de su rechazo, ocupa rápidamente mis pensamientos. ¿Qué pensará al verme? ¿Será qué si quiere hacerlo? No puedo evitar ponerme nerviosa por lo que sucederá mañana, pero la noche no pasaba lo suficientemente rápido para averiguarlo.

Cuándo por fin amaneció y vamos camino a la plaza, ataco a Lex con preguntas sobre ella, mientras mamá nos miraba divertida por el espejo retrovisor del coche. Sé que me paso de evidente con mis sentimientos, pero ¿Quién puede culparme? No sabía que alguien podría interesarme así y menos en tan poco tiempo, cómo lo hizo Kara.

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