Capítulo 1

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En todo el trayecto, el teléfono no paraba de sonar al igual que los días anteriores, <<parecía que tenía vida propia aquel aparato>>; eso mezclado con el ruido del vagón donde se encontraba, esa noche y las anteriores, dormir y dejar dormir a sus compañeros de asiento fue completamente una odisea.

Lo peor fue al principio cuando no podía apagarlo ni siquiera un ratito pues su madre constantemente le preguntaba por dónde iba y que hacía, ya que sabía que no estaba bien y se preocupaba, aunque al parecer ella no se acordaba que en los trenes no se hace nada y difícilmente se sabe por dónde vas ya que afuera solo se ven hierbas altas y pequeños poblados en medio de la nada.

Su única opción era aburrirse y pensar.

Por otra parte Lucas y Anna aprovecharon la situación para escribirle mensajes diciendo "Sabrá Dios que cosas" por todas las vías posibles, mensajes que ni siquiera se tomò el trabajo de leer.

Le daban asco.

No tenían para cuando parar y lo peor de todo, solo le estaban haciendo más daño a Alexa recordándole a cada segundo la imagen que había presenciado y que la había dejado en ese estado.

Es fácil cuando estás en depresión imaginarte que esa persona que te hizo daño no te deja tranquila porque quiere terminar su trabajo y dejarte lo más hundida posible.

Y así se sentía : Tocando fondo.

Cerca de las 3 am no pudo más, su compañera de asiento roncaba extremadamente fuerte y eso, junto al vibrador de su teléfono cada que entraba una notificación, hicieron que saliera de sus cabales, apagara el aparato y fuera en busca de un  asiento en otro vagón.

Para su suerte, después de haber caminado dos o tres, uno estaba casi vacío y el aire acondicionado estaba en la temperatura ideal, no tardó en conciliar el sueño que producto a dos noches sin dormir se había acumulado y sólo volvió a abrir los ojos cerca de las 7am cuando después de un frenón bastante brusco, la ferromoza se paró a su lado para anunciar que ya habían llegado.

Alexa no había dicho prácticamente ni media palabra en dos días y se sentía la garganta reseca de tanto llorar, lágrimas que ella sabía muy bien que su ex no merecía, pero que por más que quería, no podía contener ya que necesitaba sacar toda esa rabia que tenía por dentro.

Antes de levantarse, dijo <<basta>> las limpió, suspiró tomando fuerzas y se levantó de su asiento en busca de la salida.

No podía llorar tampoco para siempre...

El alba, levantaba brillante en su magnificente esplendor como todas las mañanas al estar en pleno finales de junio, también reinaba el típico calor de un país extremadamente tropical.

Tuvo que cerrar los ojos y abrirlos poco a poco para acostumbrarse al sol.

Afuera había mucho movimiento; familias se reencontraban y podías ver el emotivo abrazo entre ellos, otros intentaban pasar más desapercibidos, como lo hacía ella.

Al principio dudó que su madre la fuera a recoger, casi siempre se quedaba dormida en las mañanas y más después de lo tarde que se había acostado esa noche, así que aprovechó los minutos extras que creía tener para hacer la cola para sacar sus maletas.
Justo después de pedir el último en la pequeña fila, una delicada y conocida voz se encontraba llamándola por su nombre completo

Sólo Déjate Llevar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora