Capítulo 8

16 7 2
                                    

Ya había pasado casi la mitad del segundo mes de vacaciones y para Alex las cosas habían mejorado, ahora era la mejor amiga de Lorena, andaba para todos lados con ella, e incluso, de vez en cuando dormían juntas a modo pijamada.

Los chicos estaban invitados, pero solo a las fiestas, Leo estaba demostrando demasiado interés en ella y no quería que durmiera a tres pasos, no quería repetir lo de Miguel con otra persona ahora que se había decidido a olvidarlo pero no con otro clavo, cosa que le resultaba bastante difìcil teniendo que convivir con èl y celàndolo cada vez que lo veìa con Lilith.

La nueva diversión de las chicas estos días era como Alexa siempre quiso, montar patineta, cosa que estaba acaparando la mayor parte de su dìa a parte del trabajo y de las noches en fiestas y sentada en frente al mar con su amiga, literalmente era la primera vez que la vida comenzaba a sonreírle de verdad.

Con Miguel había tenido roce en un par de ocasiones más, pero había decidido que no quería que nadie más la hiciera dejar de creer en el amor y esa noche hace una semana, Alexa dejó de lado  todo lo que tenía que dejar y comenzó su plan para alejarse a más de tres metros del amor.

                       °°°°∆°°°°

-¿Qué haces de nuevo aquí Miguel?

El chico la observó molesta y murmuró ¨dormir¨.

-¿Quieres salir de mi cuarto antes de que alguien se dé cuenta? Por favor

-Nadie se va a dar cuenta de que duermo aquí Ale, déjame quedarme ¿Sí?- La miró suplicante, pero Alexa estaba decidida, si no lo hacía así, las mariposas nunca se irían de su estómago y las cosas no serían como deben de ser, Miguel seguía teniendo novia y ella no era segunda opción para nadie.

-Bueno, quédate tú en mi cama, yo me voy al cuarto de huéspedes.

-Espera, ¿por qué no quieres? ¿No podrías solamente dejarte llevar? -Repitió la frase como había hecho muchas veces antes esa semana, pero esta vez iba cargada de dolor y tristeza, Alexa lo notó, pero se hizo la fuerte, no debía flaquear, puso los ojos en blanco y se dispuso a responderle lo más borde que pudo.

-Si lo que quieres es acostarte conmigo no te compliques tanto, vamos a hacerlo ahora a ver si me dejas en paz de una vez por todas. -Mientras se quitaba la blusa e iba a quitarse el shorts.

El rápido se levantó y la paró-¿Eso piensas de mí?- Se le veìa bastante afectado por sus palabras, pero aùn asì la chica no titubeò.

-¿Qué más tendría que pensar del ¨déjate llevar¨? -Le miró y le hizo comillas con la mano contraria a la que aguantaba su ropa.

-Es que no lo entiendes...

-Tampoco quiero que me lo expliques, ya te dije, mientras sigas con ella a mi no te acerques, no me gusta que jueguen conmigo, ¿Entiendes?

-Pero yo te quiero Ale, en serio.

A la pelirroja el suelo bajo sus pies le tembló, su mente estaba inestable y el corazón palpitaba como si no hubiese un mañana, ¿acaso estaba jugando o era verdad?

En otra ocasión estuviera derretida por el chico y su confesión pero esta vez no, su amor personal estaba por encima de cualquier mariposa estúpida que revoloteara en su estómago, la chica suavizó su voz, pero la idea central de su discusión se mantuvo. -No puedes quererme Miguel, a penas me conoces, ¡No sabes quién soy! Solo estás confundido o jugando conmigo. Y no quiero arriesgarme a ver qué pasará si me dejo llevar.

Después de decir esto, tomó sus cosas y se fue a la habitación de huéspedes, cuando regresó en la mañana ya no estaba, pero por alguna razón sintió que con su presencia se había llevado una parte de ella.

Sólo Déjate Llevar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora