Capítulo 11

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El aeropuerto era gigante y los cuatro caminaban en dirección a la salida, después de haber recogido sus maletas.

Alexa iba pensando en las cosas que podían pasar mientras estuviesen los dos solos en una habitación, obvio Miguel es un hombre y no va a resistir la más mínima de sus provocaciones, aunque antes ya hayan estado así y no haya pasado nada.

Ella seguía insistiendo en que era pura venganza a Lilith, para demostrarle que ella también podía jugar, pero sabía en el fondo que lo deseaba en realidad y no sabía por qué, quizás era la juventud que llevaba este tipo de comportamientos.

Lo que si estaba clara era de que estaba jugando con fuego y ya estaba quemada, que más daba agrandar el infierno.

En las afueras una guagua de turismo los esperaba, esta los llevó a ellos y a varios pasajeros más por las calles de Cancún hasta un hotel de lujo que justamente quedaba en frente del mar. Era el más apartado de todos los de la zona y también parecía ser el más caro, porque decìa dinero por donde quiera que se miraba.

Alexa estaba impresionada y por primera vez en el día ya no pensaba, sino que caminaba arrastrando su maleta, con la boca y los ojos abiertos a más no poder observando la maravilla que tenía delante.

Parecía que el lobby estaba más alumbrado con los millones de luces artificiales que tenía encendidos que como lo estaría mañana con la luz del sol.
Los adornos eran dorados, como si los hubiesen bañado todos en oro de 18 kilates ¡Y para que hablar de los encargados jóvenes del lugar!, el mozo que los condujo a sus habitaciones era un mexicano guapo como de telenovelas de su tía.

¿Qué acaso fuera de Gibara todos eran guapos?

La suite era extremadamente espaciosa, pero tenía una sola cama matrimonial y los asientos aledaños se veían coloniales e incómodos para tomar una buena siesta, así que no tendría más remedio que dormir con Miguel, salvo que quisiera dormir en la bañera que estaba en frente del balcón.

Minutos después de acomodarse, cuando ya habían quedado solos y algo incómodos, al teléfono de su habitación llegó una llamada de Melissa que Alexa no tardó en contestar.

-Cariño.

-¿Sucedió algo mamá?

-Si... verás Alexa voy a ser directa, Elías pidió traslado para una habitación en el extremo opuesto del hotel. Está todavía muy molesto con Miguel y dice que no quiere arruinar las vacaciones porque bastante caras le costaron, así que si necesitan algo llámenme al 1420, de todas formas nos vamos a ver en los recorridos. Tienes que prometerme que se van a comportar y a cuidar.

-Está bien mamá, no te preocupes. -Respondió a las preocupaciones de su madre como si a penas tuviera 15 y le estuvieran dando el permiso de su vida.

Hasta el momento el karma estaba jugando con las cosas que pasaban, todo giraba en torno a unas vacaciones a solas con Miguel, él en cambio estaba retraído y distante, pensó que quizás esto era por la pelea con su padre, o por algo que le hizo Lilith en su último viaje, a ciencia cierta no sabía, pero pensó que esto definitivamente hacía que el chico estuviera más susceptible a sus encantos.

Se estaba acercando la hora de dormir, habían llegado demasiado tarde y necesitaba descansar para recuperar fuerzas para el día de mañana.

Tomó un baño y decidió que dormiría en ropa interior, no quería forzar las cosas, sino que se dieran por si solas, pero con un pijama ella imaginaba que no se daría nada, además si él podía dormir en ropa interior en su cama cada vez que quisiera ¿Por qué ella no?

Ni siquiera pudo ver su reacción porque luego de caer en la cama el sueño la venció.

Al otro día los rayos del sol despertaron a Alexa, recién amanecía y al lado de ella, en su espacio de la cama estaba durmiendo todavía Miguel, por encima de la sábana lo primero que notó fue su erección, la cual era casi imposible de ocultar en esa posición y en casi cualquiera, un clásico de los hombres cuando ven traseros antes de dormir o cuando sueñan cosas heròticas que es casi siempre.

Sólo Déjate Llevar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora