Capítulo 7

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Se le estaba haciendo costumbre despertar calientita dentro de los brazos fuertes de un chico y ese día no fue la excepción, no entendía como, después de lo que pasó la tarde anterior, él seguía intentando colársele en la cama aunque sea solamente para dormir.

-Claro que Alexa tan pronto no permitiría que la situación sobrepasase los límites-

Se veía tan tranquilo, sus brazos como el 90% de su cuerpo estaban desnudos y pudo ver dos vendas en las heridas de la tarde anterior, también pequeñas venditas en distintas partes y algunos cortes de hace varios días atrás ya casi sanos.
Por alguna razón le conmovía que con ella se mostrará al natural y no escondiera los cortes que le hacía la demonio, eso solo podía significar una cosa: confianza.

Alexa pensó que las heridas superficiales en el cuerpo sanaban más rápido que las interiores mientras lo miraba, se veía destrozado, pero a la vez terriblemente guapo.

Así pasaron minutos, hasta que decidió levantarse, tomó una ducha, se vistió y bajó a desayunar, quería preguntarle a su padrastro que ropa debería de usar para el evento que se haría esa noche pues no estaba acostumbrada, pero ya este no estaba, en cambio su madre se ofreció a prestarle uno de los muchos vestidos que le había comprado Elías, y decidiéndose por uno se les fue la mañana entera.

La pelirroja no entendía como su madre podría ser tan indecisa. Para ella cualquiera que fuese negro estaba bien, en cambio terminó llevándose uno azul marino, largo y elegante a su habitación en la cual ya no estaba Miguel, en cambio una pequeña nota sobresalía de la primera página del libro en su mesita de noche donde le había escrito la vez anterior.

Gracias nuevamente por llenar mis energías, perdona por lo de ayer, para mí no eres una segunda opción, solo que no sé cómo solucionar mis problemas y no quiero que te contagies de ellos. Desde que te ví supe que ibas a ser alguien especial en mi vida y sé que todavía estamos a tiempo, solo te pido que te dejes llevar.

Pd: Te ves hermosa cuando duermes.

Nuevamente estaba confusa y con el estòmago revuelto por las mariposas, ¿Qué problemas podrían estar aquejando a alguien que lo tiene todo en la vida? ¿Además para qué necesitaría tiempo?

Hasta para ella que estaba metida en medio de todo el embrollo era difícil de entender, no sabía si Miguel solo jugaba con ella y se divertía o algo más pasaba, pero por ahora no se centraba mucho en eso, se dejaba llevar, sí, aunque sabía que no debía de hacerlo mucho porque podría salir lastimada de nuevo y era algo que no iba a soportar como la vez anterior.

Esta vez tampoco le quedaban lugares a donde escapar salvo a Estados Unidos con su padre y si no se había ido a estas alturas, en cuestiones de segundos era difícil, excepto nadando 90 millas.

Esa tarde la pasó arreglándose para ir al local a su recepción en la noche. Antes de salir, se percató de que Lilith y Miguel estaban encerrados en su habitación, y junto con ello, juraría que escuchó a una especie de látigo azotar piel de alguien, ¿Qué rayos pasaba ahí? Y por mucho que quiso investigar, estaba corta de tiempo y no se podía dar el lujo de llegar tarde.

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El bar había quedado como de películas, estaba adornado para una fiesta de quince en tonos dorados y negros, justo como la decoración básica, salvo que esta última tiene cristal también.

En el centro había un gran cake color oro y globos del tema principal a su alrededor, la homenajeada llevaba un vestido que ella juraba y era idéntico al dulce y por unos instantes se burló del tema junto a Charlie y Nico los cuales fueron sus acompañantes esa noche.

Sólo Déjate Llevar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora