Capítulo 9

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Llevaba casi un mes y medio desde que la demonio había dejado a Alexa sin teléfono y hasta ahora nadie lo había descubierto porque con algunos de los pagos que recibió en la discoteca, sumados al del otro negocio que ahora ayudaba a Elías a manejar había podido por fin comprarse uno igual, su padre estaba furioso cuando lo llamó mes y medio después y le dijo que la razón por la que no hablaban era porque se le había roto el móvil.

El escándalo que montó porque no le dijo nada fue colosal y explicarle que no tenía otro para escribirle porque el único por el que podía era el de su madre y no quería que ella ni nadie se enterase que ¨se le había roto el suyo¨ fue una odisea, al final de la conversación lo logró suavizar un poco así que quedó tranquila.

Esa tarde había quedado con los chicos en casa de Leo, supuestamente era su cumpleaños y la fiesta era en grande, Lore la iría a buscar.

El día antes fue el momento en que sucedió el beso con su amiga y el atentado al demonio y aunque luego lo habían aclarado todo mientras compraban el regalo para Leo y el teléfono, todavía se sentía algo de tensión porque ambas sabían que no había estado bien, aunque Lorena no le daba la importancia que Alexa. Al ser una chica de campo estaba poco acostumbrada a este tipo de cosas, aunque la verdad eran los segundos labios que la besaban y no le agradaba el hecho de que fuese una chica, no por homofóbica, sino porque así la había criado su abuela religiosa.

-¡Qué guapaaa!- Le gritó su amiga desde la reja de entrada.

Un poco tímida le murmuró un ¨gracias, igualmente¨ cuando llegó a donde estaba Lorena. Minutos después estaban en casa de Leo, resultó que realmente lo conocía del vecindario, puede que lo haya visto en alguna ocasión o dos pues el chico realmente vivía a unas casas de la de su padrastro.

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Esa noche Lorena, nada más hizo pisar el suelo de la entrada de la mansión y le vino a la cabeza un mal presentimiento, no sabía por qué, pero le había pasado en muchas ocasiones, ejemplo cuando su abuelita falleció o cuando su mamá tuvo el accidente, la morena sabía perfectamente que algo iba a pasar y no precisamente con ella. Pero las únicas personas que conocía en la fiesta eran Christian, Leo y Alexa, sería fácil vigilarlos y más si seguían juntos así que se tranquilizó. Tampoco creía que esto de los presentimientos era una ciencia exacta a la cual tenía que hacer caso el 100% de las veces, porque no siempre sucedía nada. 

La paz no duró mucho, cerca de las 10:30 vio pasar por la entrada principal a Lilith seguida de Miguel, que entraba a la fiesta como toro al matadero, detrás vio a un hombre que le erizó la piel de lo desagrádable que fue verlo, el cubano le llama a eso mala espina y es lo que sucede cuando sabes que algo no está bien, lo peor de todo es que minutos después de que se perdieran en la multitud, volvieron a salir, ella llevaba algo envuelto que no supo distinguir que era en las manos, pero esta vez salieron ellos dos solos.

No pasaron ni 30 minutos cuando después de alrededor de 10 cervezas gracias a una competencia a Alexa le entraron ganas incontrolables de ir al baño. A pesar de que estaba un poco borracha ya, Lorena pensó que acompañarla sin que ella se lo pidiera sería algo incómodo, así que decidió seguirla con la vista y contarle el tiempo.

Impaciente miró el reloj, ya habían pasado 20 minutos y hasta para la cola que debía de haber en el baño era mucho tiempo pues apenas eran las 11 y casi nadie estaba borracho.

Leo estaba como pez en el agua saludando de mujer en mujer, aunque desde que llegó, para quien tenía ojos era para Alexa, lo cual le dio algo de pena a Lore pues la chica ni lo miró, tampoco parecía haberse percatado de que su hermanastro y su novia habían estado en la misma casa que ellos y ella no tuvo agallas de arruinarle la noche.

Sólo Déjate Llevar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora