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Starcourt
Ahora qué hay un centro comercial, y las vacaciones de verano habían empezado. Arya trabaja medio turno en TheGap donde se vende ropa y accesorios. Steve Harrington igual consiguió empleo en una heladería llamada Scoops. Junto con Robin Buckley, una chica que va en la secundaria con ella.
—Arya–la rubia acababa de atender a una mujer cuando vió a Will acercarse a ella–. Olvidaste tu mochila esta mañana–se la entregó.
—Te lo agradezco, por cierto aquí tienes las golosinas que me habías pedido–le entregó.
—Rápido Will, la película comenzará pronto–le avisó Lucas saludando a Arya.
—Entonces para eso son las golosinas–sonrió Arya y los niños se alejaron para entrar al cine.
Salió para ver a Mike,Will, Lucas y Max caminando deprisa chocando con la gente. Dustin estaba en el campamento.
—¡Disculpe!–dijo Lucas al haber chocado con una mujer.
—Si, cuidado, nerd–miró a la hermana menor de éste junto con sus amigas, con un cono de helado.
—¿No es tu hora de dormir?–le preguntó Lucas cansado.
—¿No es tu hora de morir?–le devolvió ella y sus amigas rieron. Arya negó mientras que los veía sin embargo otra clienta llegó y tenía que atender.
—Aquí tienes tu compra–le entregó la bolsa. La chica sin agradecerle se fue, Arya hizo una mueca de desagrado en cuanto Stacey le dió la espalda y se alejó con sus amigas–. Idiota–murmuró.
Miró su reloj en su muñeca y salió de ahí, cuando su turno había terminado, y fue hacia donde trabaja Steve. La rubia llegó, miró a la otra rubia con el traje de marinero como el de Harrington.
—¿Donde está?–le preguntó, Robin señaló hacia atrás–. Oye Harrington, ¿los niños de nuevo entraron al cine sin pagar? –le preguntó cuando el muchacho salió aunque sabía la respuesta.
—No fue mi culpa. Y eso que importa–se encogió de hombros. Y antes de que alguien más dijera algo la luz se fue en todo Starcourt–. Eso fue raro.
—Ah, genial–habló Robin dejando de atender a las dos personas. Arya resopló mirando por todas partes, pero en todos lados se había ido. Steve se acercó al interruptor y empezó a querer prender la luz.
—No va a funcionar, Harrington–le dijo Arya igual Robin lo miró.
—Ah, ¿en serio?–y siguió varias veces. Ambas rubias blanquearon los ojos por lo que estaba haciendo Steve.
Un par de minutos después las luces volvieron y todos siguieron en sus compras y disfrutando del lugar.
