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Rusos malvados
El siguiente día Arya caminaba por el centro comercial. Sin embargo notó a Harrington y a Henderson detrás de unas plantas con unos binoculares. La rubia caminó hacia ellos sin hacer ruido.
—¿Se puede saber que hacen?–les preguntó, ambos dieron un pequeño brinco y chistaron hacía ella–. ¿Que? ¿Qué ocurre?
—Buscamos al ruso–dijo Dustin sin apartar los binoculares de sus ojos y miraron a todas partes.
—¿Cual ruso?–frunció el entrecejo. Steve tomó su mano e hizo que también se escondiera detrás de las plantas–. Oye se más cuidadoso la próxima–se quejó molesta.
—Objetivo a la vista–habló Dustin.
—¿Dónde?–le preguntó Steve.
—A las diez. Frente a Sam Goody's.
—Dame eso–tomó el chico los binoculares–. Mierda. Bolsa de deportes.
—Quiero ver, dámelos–ahora Arya tomó los binoculares y observó al hombre de cabello largo rubio, ropa negra y gafas oscuras–. Dios que calor hace y usa solo ropa negra–hizo una mueca de desagrado y apartó los binoculares de sus ojos.
—Ruso malvado–dijeron ambos chicos.
—Chicos no creo que sea un ruso malvado... ¿Chicos?–miró que ya no estaban, frustró y fue a seguirlos—. Cabezas huecas.
Llegó a ellos y subieron las escaleras eléctricas por donde se había ido el sujeto. Caminaban detrás de él.
—Ve más lento–le pidió Dustin.
—Lo perdemos–agregó Steve.
—Estás muy cerca–le dijo Arya viendo cómo casi lo alcanzaban. Steve chocó hombro con otro chico y éste se quejó.
—Cuidado, imbécil–le insultó. Pero Steve no se detuvo y siguieron al hombre misterioso. Sin embargo vieron que se detuvo así que los tres fingieron hacer otra cosa. Dustin tomó el teléfono que había y Steve y Arya se colocaron frente a frente, muy cerca.
—Hola. Sí. Estoy bien–fingió una llamada Dustin–. ¿Cómo estas?–decía muy nervioso. Más el hombre aún miraba hacia ellos. Arya recordó por un momento como Billy la trató últimamente, sabía que odiaba a Harrington así que tuvo una idea. Miró a todas partes para después mirar a Steve.
—Bésame–le dijo en voz baja.
—¿Qué?–le preguntó frunciendo el ceño.
—Las muestras públicas de afecto incómoda a las personas, y no podemos seguir al tipo si nos está viendo todavía–le aclaró.
—No haré eso...
Pero Arya hizo caso omiso, se puso de puntillas y tomó sus mejillas para besarlo. Steve se impresionó pero igual siguió tomándola de la cintura. Se separaron unos centímetros, la chica abrió sus ojos y rió cuando miró a él aún con los ojos cerrados esperando más. Notó que el hombre seguía su camino y Dustin estaba mirándolos casi con la boca abierta.
