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Buscando información
California
Así que Joyce y Murray le dijeron a Maggie que debían ir a Alaska a llevar un dinero y de ahí les entregarían a Hopper. Sin embargo no le dirían nada a los niños.
—Joyce yo traje ropa para California no para Alaska–agregó Maggie siguiendo a la mujer.
—Si lo se, pero en verdad te necesito igual, y no te preocupes por la ropa yo te presto–Margaret la miró de pies a cabeza, era obvio que Joyce es un poco pequeña que ella.
—¿Mamá?–oyeron el grito de Will, ya habían llegado. Murray estaba abajo cocinando y escuchando música así que ellas igual bajaron a cenar. Maggie saludó a los hijos de Joyce y a Mike ya que el chico también había llegado esta mañana. Antes de que saludara a Once la niña se había ido a su habitación rápidamente, pudo notar que su ropa estaba manchada de frente. Jonathan había traído a su amigo Argyle a cenar con ellos así que todos estaban ya cenando. Murray les contaba de cómo fue que él llegó a visitarlos ya que de Maggie sabían que la mujer iría.
—Ahí iba yo, por la I-5, de camino a ver a un cliente en Ventura. Buscaba un motel para pasar la noche y de repente ¡pum!–dió un golpe en la mesa–. Me acordé. "¿Los Byers no se mudaron aquí?"–rió el hombre.
—El mundo es un pañuelo, ¿no?–dijo Joyce sonriendo. Maggie bebió de su vaso mirando a todos, sin embargo los tres adolescentes frente a ella se veían serios.
—Entonces pensé: "¿por qué no? Puedo pasar a saludar a mis viejos amigos". Porque supe que Maggie vendría a visitarlos–agregó Murray.
—Que dulce eres–le sonrió Joyce.
—Tú, por hospedarme.
—Y, además, cocina.
—Y limpia. Toda una ama de casa–agregó Maggie. Murray asintió riendo.
—Deberías quedarte–le dijo Joyce.
—Me encantaría, Joyce, si no fuera porque tienes ese...
—Cierto, el viaje de negocios. Por eso Maggie irá conmigo–señaló a la mujer la cual sólo sonrió.
—¿Qué viaje de negocios?–le preguntó Will mientras Once también la miraba indignada.
—Cielos, casi me olvido decirles. Surgió algo en el trabajo.
—Pásame el aceite–Maggie oyó a Jonathan y a Argyle.
—Es vino–le dijo su amigo. La mujer que estaba a su lado arqueó una de sus cejas.
—Y resulta que mañana tengo que ir a una conferencia. En Alaska–terminó de decir Joyce.
—¿Alaska?/¿mañana?–preguntaron a la vez Will y Mike.
