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La cueva
Steve Harrington empezó a despertar cuando sintió movimiento y oyó el ruido del motor del auto.
—¿A dónde...?–pero se quejó, empezó a captar un poco y miró el bote de gasolina que llevaba Mike sentado en la orilla–. ¿Nancy?
El chico frunció el entrecejo al oír que lo confundió con su hermana. Steve gimió de dolor, se intentó tocar la nariz pero la mano de Arya lo detuvo.
—No, no te toques–le apartó la mano, Steve la miró por unos segundos. Ella tenía la compresa aún en él, después miró a Dustin que estaba al lado de la chica.
—Hola, amigo–siseo–. Está bien. Diste buena pelea.
—Si solo dos golpes que le dió, fue gran pelea entonces–murmuró Arya intentando curar las heridas del chico.
—Esta bien. Te molió a golpes, pero diste pelea. Estás bien–le mencionó Dustin al chico que siguió quejándose de dolor.
—Debes seguir derecho por unos 800 metros–le indicó Lucas a Max–. Y giras a la izquierda en Mount Sinai.
—¿Qué sucede?–preguntó Steve en cuanto Max lo miró por unos segundos al estar conduciendo–. ¡Dios!–empezó a entrar en pánico.
—Steve, relájate. Ha conducido antes–le intentó calmar Dustin.
—En un estacionamiento–exclamó Mike.
—Eso cuenta–le dijo Lucas mirándolo.
—Querían dejarte allá, pero Arya no los dejó–le comentó Dustin pero Steve seguía en pánico.
—Dios, por favor.
—Harrington tranquilo, todo estará bien–le pidió Arya pero igual se sentía nerviosa por dejar que una niña esté conduciendo a oscuras el auto de su hermanastro.
—Esperen. ¿Qué pasa?–Max aceleró–. ¡Santo cielo! ¡No! Detengan el auto. Desacelera–habló Steve asustado.
—Les dije que se espantaría–les reclamó Mike a Arya y Dustin.
—¡Bueno que esperabas una niña de 13 conduce sin licencia!–le dijo del mismo tono la rubia.
—¡Alto!
—¡Cállense todos ya! ¡Intento concentrarme!–les gritó igual Max nerviosa.
—Oye, esta es Mount Sinai–le dijo Lucas.
—¿Qué?
—Gira a la izquierda–Max enseguida giró el volante, todos gritaron. Arya cerró los ojos asustada mientras seguía gritando, Steve se removía igual y le daba manotazos al asiento.
Por fin llegaron al lugar, cuando Mike gritó.
—Increíble–dijo el chico.
—Te lo dije. Zoomer–salieron del auto. Arya fue la última después de Steve el cual cayó quejándose. Los demás abrieron la cajuela y sacaron las cosas que ocuparían incluyendo el bate de clavos y la hacha.
