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4 años más tarde.

Estaba corriendo, otra vez me había despertado tarde. Esta rutina de dormir a las 2 y despertar a las 6 me estaba volviendo loco.

- ¿Otra vez tarde? - miré a Eithan que también llegaba tarde.

- creo que esta vez nos dejaran fuera. - y efectivamente, al llegar al salón la puerta estaba cerrada y el maestro parecía no querer dejarnos entrar.

- Esta universidad es una mierda. - dice Eithan molesto. - no pueden darnos al menos hasta más tarde para entrar, que tenemos que trabajar también para poder estudiar.

- ¿podrías bajar la voz?, ya entiendo eso yo, él no te escucha. - veo que rueda los ojos y ajusta su mochila. - vamos a la biblioteca, al menos descansaremos hasta la próxima clase.

Habíamos entrado a la misma universidad y carrera, compartíamos el mismo apartamento pero éramos tan distraídos que a veces se nos olvidaba que vivíamos juntos. En cuanto al trabajo, yo estaba en un bar y Eithan en una cafetería que igual era un bar, pero disfrazado.

Aún seguía yendo al psicólogo, pero sólo dos veces al mes, estaba bastante bien y ya no me afectaba tanto recordar Aisha, supongo que lo que necesitaba era realmente poner de mi parte, pero bueno, eso ya es cosa del pasado.

Siento que mueven un poco mi cuerpo y abro los ojos lentamente y veo a quien lo hace.

- Hola Valeria! - digo para seguido soltar un gran bostezo.

- ustedes dos son buenos para llegar tarde y dormir. - no reímos un poco. - esos son los apuntes, traten de no faltar la próxima clase, habrá examen. - deja la libreta sobre la mesa y se marcha luego de darme una cálida sonrisa.

- Esta chica está más viva que tú a las 3 pm. - lo miré sin entender a qué se refería. - olvidalo, se me pasa que a veces eres un poco idiota.

- pero no entiendo nada. - él rodó los ojos y empezó su marcha a las clases que proseguían.

Y así fue como transcurrimos el día, yendo de una clase a otra y dormidos en cada break que podíamos, éramos auténticos pandas para eso. Al llegar a casa y ver la hora, preparo un sándwich y de inmediato me lanzo al sofá a dormir, pero la voz de Eithan me trae a la realidad.

- que debes alistar tu pasaporte hombre, no quiero que mañana andes como idiota. - cierto. Nos habían dicho que iremos a Alemania, no recuerdo a qué, pero si sé que era algo sobre hoteles. Era tonto que tuviéramos que ir hasta gaya cuando podíamos practicar todo eso en hoteles del país.

- ¡necesito ayuda! - digo extendiendo mi mano para que me ayudase a levantarme.

- estarás toda una semana con Valeria pegada a ti en el bar. - dice con tono juguetón.

- y tú rodeado de extranjeros que no hablan tú idioma, a ver si Susana no se pone celosa cuando sepas que mujeres te hablarán. - me siento.

- Vamos por partes; Valeria te está tirando la honda desde siempre y tú? Andas en johnilandia pensando en dormir.

- eso no es raro. Además, tú ¿cómo crees que ella va a gustar de mi? Si soy más distraído que las palomas, seguro gusta de ti.

- como eres de idiota, si no hace falta que la chica lo diga, eso se nota. Sabe siempre donde estás, te presta los apuntes, te sonríe, te coquetea con la mirada, en las prácticas siempre está a tu lado.

- casualmente tú también estás a mi lado y no gustas de mi. - me miro con cara de "en serio" así que lo ignoré y me dispuse a preparar las valijas y buscar el pasaporte el cual sabrá Dios en qué parte de todas las gavetas habré puesto.

***

Al menos el viaje era en la tarde, lo cual me dio tiempo a dormir antes de salir. Había pedido permiso en el trabajo y el jefe lo entendía a la perfección.
Ya en el aeropuerto, Eithan y yo, nos acercamos al grupo estudiantil, éramos al menos 30 y Valeria de pronto se hace notar y se acerca a nosotros.

- Que bueno que llegaron antes, me preocupaba que llegaran tarde. - Eithan me mira y se ríe a lo cual ella lo mira desconcertada. - nos toca en la misma fila, te dejaré la ventana si gustas Johnny.

- Gracias, pero me da igual en donde vaya. - Eithan me golpea la cabeza con exageración.

- la chica está siendo amable contigo y tu eres un idiota... Valeria, el es un idiota como ya dije, se sentará junto a la ventana, tú irás a su lado y yo puedo sentarme en cualquier lugar. Discúlpate. - dice agarrando mi cabeza con fuerza.

- Lo siento. - hago una pequeña reverencia de disculpas haciendo de otro golpe llegara a mi cabeza de parte de Eithan.

- Ustedes son muy cómicos chicos. - dice Valeria sonriendo. - ya debemos entrar, vamos.

- Si. - dijimos al unísono.

No creía la idea de que Valeria estuviera enamorada o se sintiera atraída por mi, es decir, ella era muy amable con todos, a diferencia de Eithan, yo no veía la diferencia en tratarme a mi, con los demás. Era exactamente igual.

Ya en el avión, al despegar diviso a Eithan con cara de burla y luego me enfoco en Valeria que llevaba los ojos cerrados con fuerza.

- ¿Estás bien? - digo tomando su mano y ella niega con rapidez.

- me da miedo los aviones. - rio un poco antes de decirle que todo estará a bien y que me permitiera tomar su mano para tenerla más calmada.

No sé bien qué pasó después de unos minutos porque caí rendido del sueño, lo último que supe es que estábamos por aterrizar. ¿Tanto había dormido? Me fijé en que aún Valeria no soltaba mi mano y me incomodé un poco, pero después de todo no la solté, aún no habíamos aterrizado y odiaría que hubiera un pequeño escándalo o vomito justo a mi lado.

- ¿Estuvo bien? - digo.

- ah, si. - responde ella rápido. Estaba roja. - lamento mi nerviosismos, de vez en cuando apreté tu mano, pero parece que estabas muy cansado.

- si, tenía mucho sueño acumulado, pero si te tranquilizaste con eso, bien.

- en un idioma que puedas entender... - interrumpe Eithan. - que está para servirte siempre. - ruedo los ojos y vuelvo a tirar la cabeza atrás.

Después de aterrizar, lo cual estaba amaneciendo, el profesor nos dijo que nos darían este día completo para descansar y lo agradecí en el alma, nos indicaron las habitaciones y en cada uno de las camas estaban los uniformes que usaríamos mañana. Son rápidos y atentos. Y para mala suerte me toco compartir habitación con Eithan y otro compañero.

No me preocupe por desempacar, más bien en buscar comida, estaba casi muerto y si no comía pronto me temo que me desmayaría en cualquier momento.

GOLPÉAME Donde viven las historias. Descúbrelo ahora