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Johnny

Miraba como aquella chica, apodada Ráfaga, golpeaba a Aisha una y otra vez, todos a mi alrededor maldecían y lanzaban cosas, y por lo que Derek me dijo, ella nunca había estado tan botada en una pelea. Nunca había dejado que su oponente la tocara primero, es decir, había algo que la estaba distrayendo y me temía que ese algo, fuese yo.

En un momento ya no daba más, y calló de rodillas, aquella chica sonreía con triunfo y para acabarla, le dio una patada que la hizo caer, dando por terminada la pelea. Algunos gritaban, pero eran más los que estaban mirando aquello, callados y con notable asombro.

Derek me dijo que lo esperase en la recámara de Aisha, y así lo hice. Pasaron varios minutos, yo solo, esperando alguna señal de que Aisha llegara y estuviese bien, hasta que la puerta sonó y miré hacia ella. Estaba mal, de verdad mal. Su mejilla tenía un gran hematoma, sus labios partidos y su ceja igual, la había curado un poco, pero en verdad se notaba que estaba mal.

Al menos podía caminar.

Los chicos salieron algo preocupados, yo la miré y ella tenía la cara de enojo como siempre.

- Déjame ayudarte - dije viendo que intentaba ponerse las botas, ella no se negó.

- Maldita sea - dijo mientras se restregaba la cara con rabia.

- Aisha, perdón por des concentrarte, sé que en parte es mi culpa que te haya pasado eso - dije señalando sus heridas.

- no se culpe, la culpa es mía por tener la cabeza en otro lado. - y volvió a tratarme de usted.

- Déjame ver - dije intentando levantar su franela y me lleve una fea sorpresa, estaba llena de hematomas. - deberíamos ir a un hospital.

- estaré bien Romo,... siempre lo estoy.

Salimos cuando ya el local estaba casi vacío, llame un taxi y primero llegamos a mi casa, porque según ella, era responsable de lo que me pasara, antes de entrar a mi casa le dije que tenga cuidado y que intente curarse si no irá al hospital. Entré a la casa y encontré a una Evangeline y un Eithan, sentados como dos abuelos esperando por mí, en cuanto me sintieron se pararon frente a mi de brazos cruzados.

- puedo explicarles - dije, sabia que venia el gran reproche.

- yo me voy a dormir, ya es tarde - dijo Evangeline bostezando - suerte - dijo para mi antes de irse.

- ¡¿y bien?! - que le diría, no podía decirle la verdad, se lo había prometido a ella.

- la seguí hasta su casa, se molesto un chingo pero al final termino siendo amable, salimos a alguna cafetería y comimos algo, caminamos un rato y charlamos - mentí - eso es todo.

- no nací ayer Johnny, pero tu tendrás tus razones para mentir, además no me dirás que esos golpes que tienes fue de una simple conversación  - suspiró - ahora vamos, dije que tendría una pijamada de puros machos pero ya me dio sueño. A dormir que mañana hay clases. - de la que me salve.

•••°•••

Caminé hasta mi armario para sacar unas botas, no sin antes despertar de una patada a Eithan. Lo había removido antes de entrar a la ducha y aún seguía dormido.

GOLPÉAME Donde viven las historias. Descúbrelo ahora