Ya habían pasado varias semanas en que seguía llamando y buscando a Aisha , pero seguí sin respuesta de ninguno de los dos. Me convertí en un asechador de primera, viendo la entrada de su apartamento, el cuál no estaba vacío, ya que siempre que se mudan se avisa al portero y según él, ella no se ha mudado, también estuve llenos al club y nunca apareció. Estaba faltando a la escuela gracias a eso y llevaba unos días sin dormir, cuestionándome si habría hecho algo mal o si aún no me tenía tanta confianza para al menos decirme que se iría, no me dijo nada, ni cartas, ni mensajes, señales de humo, algún recado. ¿Tan mal estuve?
Estuve el día de hoy sentado en la acera de en frente a su departamento, no me cansaría de ir allí todos los días y volver a altas horas de la madrugada, sin importar los regaños que mis padres me den y las sentencias de impedirme salir más que la escuela y era imposible que no saliera, pasaba la mayor parte del tiempo solo en casa, era imposible que alguien intentara detenerme al salir.
Al llegar a casa encuentro a mis padres sentados en el comedor, viéndome fijamente, sabía ya el reproche que venía así que decidí esquivarlos unos escasos minutos dirigiéndome a la cocina.- J.J. Te quiero aquí ahora. - estuché la gruesa voz de mi padre, el cual hablaba con severidad, pero lo conocía tanto que sabía que no estaba enojado.
- ya sé lo que me dirán, pueden ahorrarse sus palabras. - digo mirando al suelo.
- por favor, siéntate. - miré a mi madre que fue quien hablo esta vez y veía pena en su rostro y preocupación, así que me senté donde me indicó y los miré aburrido.
- Johnny, necesito que por favor, pares de buscarla. - empieza Papá a lo que yo ruedo los ojos. - debió haber tenido algún motivo muy serio por el cual no te aviso, a lo mejor su familia tenía un gran problema y por eso no te quiso molestar.
- su padre murió, su madre se suicido, sus tías la odian, ella asesino a su tío por violador, ¿qué familia tiene? - ví como se miraron con horror.
- Cariño, a lo mejor había algo más que no te había contado. - dice mamá intentando tocar mi mano pero de inmediato la quito.
- un día más es lo que te daré, si mañana ella no vuelve, no te envía textos, ni nada... me veré obligado a tenerte aferrado a una silla y llevarte a un psicólogo... - lo interrumpo, era absurdo lo que estaba diciendo.
- Papá...
- y si te resistes, al psiquiatra. - miré a mi madre buscando una respuesta pero solo recibí una mirada muy triste.
- ¿un día? - digo resignado.
- un día. - confirman ambos.
Me levanté de allí, con pesadez y fui a mi habitación, en seguida apague las luces y me lancé a la cama, mirando aquel retrato que yo mismo había pintado en esa pared. Que idiota.
No dormí esa noche. Me pase rogando que al menos enviara un texto diciéndome que estaba bien, solo eso deseaba al menos, pero conforme iban pasando las horas, con ellas se iban apagando mis ilusiones de volver a verla o hablarle, y se sentía terrible. Cada hora, cada minuto, cada segundo era una verdadera tortura, incluso me llegué a plantear que solo era una pesadilla, una en la que aún no había despertado; muy en el fondo tenía esperanza de que así fuera, pero sé perfectamente que la realidad es muy dolorosa y en un sueño es imposible sentirte así de hueco, vacío y cansado.
Empezaba a llover y eso no haría que me moviese de aquí, era mi último día esperando por ella y no me iría de aquí hasta que culminara, pero a mi gran pesar ya había llegado la hora de dejarla atrás. Vi a mi perro boobu, acercarse a mi mientras la lluvia nos mojaba, lo acaricié y vi a unos metros a mi madre sosteniendo un paraguas cerca de la camioneta de mi padre. Cerré los ojos con fuerza y sentí a Boobu lamer mi rostro, seguido de esto me levante y caminé hasta ellos, le eché un último vistazo al edificio y me despedí de él como si estuviera yo frente a ella. "Adiós amor".
Sin importarme en lo absoluto la ropa mojada subí a la camioneta y recosté mi cabeza en la ventana. En todo el camino no se gesticuló palabra alguna o quizás yo no me percaté de escuchar alguna, estaba Yam sumido pensando en ella que ignoré incluso cuando ya estábamos en casa. Al entrar de inmediato voy al baño y entro a la tina con la ropa mojada, no tenía fuerzas siquiera para desnudarme, solo tirado allí mientras el agua fría caía sobre mi y se llenaba lentamente. Escuché que tocaban la puerta y que llamaban, pero los escuchaba muy lejanos y estaba muy cansado para hablar o siquiera hacer el esfuerzo de.
Estaba roto, y no diré que es la primera vez, pero esta vez algo dentro de mi si está roto en verdad. No sabía como demonios me sentía en verdad, había un fuerte nudo en mi garganta y una presión insoportable en mi pecho que poco era lo que dejaba que el aire circulara en mis pulmones. Mi cerebro no paraba de pensar tantas cosas al mismo tiempo, en este estado es difícil escuchar tantas voces en mi cabeza y que alguna sea clara, todo era confuso y ni siquiera entendías el todo porque mi cuerpo estaba reaccionando de esta manera. ¿Acaso así se sentía tener el corazón roto?
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GOLPÉAME
Novela JuvenilAisha estaba en la esquina, como siempre. Y yo estúpidamente mirándola de reojo. sabia que estaba consciente de que la estaba observando, pero paso algo que jamas había pasado, en todo el tiempo que llevaba en el instituto jamas había mirado a algui...