Aisha
Abrí la puerta, y ahí estaba Johnny parado con un ramo de girasoles. Se descubre la cara y me mira con una gran sonrisa.
- hummmm.
- ¿Por qué los girasoles?- digo al ver que no sabe que decir.
- ¿No te gustan? Los puedo tirar o ...
- Tranquilo - hablaba rápido y lo interrumpí - están bien, solo que no era necesario.
- ¿nos vamos? - asiento.
- Antes... Dame, las pondré en un jarrón.
- c-cierto.
•••°•••
Primero fuimos a McDonald's, luego por unos helados y ahora estamos caminando dos cuadras para llegar a una feria. En toda la noche, él es quien ha hablado más, básicamente no ha parado de hablar en toda la noche, y es raro que no me moleste. Me gusta escucharlo hablar sobre sí mismo o tonterías que ha hecho con su hermana o su mejor amigo.
- ¿Te estoy aburriendo?
- Para nada. La noche ha sido muy entretenida contigo.
- es decir, lo estoy haciendo bien. - dice sonriendo.
- muy bien - le sonrió de vuelta.
- a ver. Solo he hablado yo, así que, es el turno tuyo de hablar... Ya me cansé de oír mi propia voz.
- yo no me he cansado de escucharte.
- vamos, cuenta algo o me dirás que no has tenido buenos momentos. ¿Eh?
- los mejores momentos de mi vida fueron con mi padre. Siempre que él tenía tiempo me llevaba al planetario, al museo, o simplemente subíamos al techo de la casa a mirar las estrellas por el telescopio. - una sonrisa triste se me escapó junto con una pequeña lágrima - Cuando salíamos al médico, hacía parecer que todo era como un lugar de fantasía; los doctores eran minotauros tiernos y las enfermeras eran unicornios - carcajeamos un poco y continué - a veces decía que las vacunas eran un antivirus zombie.
- ¿Cómo murió?
- había llegado muy cansado de una gira por europa. Cuando llegó le salté enzima y me abrazó fuerte, luego dijo que le diría a mi madre que le hiciera un masaje, después de eso me fui a dormir. Ella dijo que a mitad de la noche... Y no hizo nada para ayudarlo - sin darme cuenta estaba parada en medio de una acera llorando.
- lo siento mucho - me da un abrazo y por unos instantes no dude y también lo hice. Después de una rato recuperó la compostura.
- Él me decía Princesa Ashlia.
- ¿Ashlia? - asentí.
- decía que Aisha era el nombre de su madre y prefería decirme así para que mi nombre fuese único como yo.
- y sí que eres única - me abraza de lado y seguimos caminando.
Al llegar a la feria, nos volvimos niños pequeños, quisimos montar todos los juegos posibles, comer algodón, palomitas caramelizadas, manzanas caramelizadas, paletas, todas las cosas dulces que podíamos comer.

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GOLPÉAME
Teen FictionAisha estaba en la esquina, como siempre. Y yo estúpidamente mirándola de reojo. sabia que estaba consciente de que la estaba observando, pero paso algo que jamas había pasado, en todo el tiempo que llevaba en el instituto jamas había mirado a algui...