Epilogo

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4 de enero 2022 a las 13:26

Amelia

No mentiré, fueron unos meses caóticos. Los exámenes nos aplastaron como pasas, me sentí en un hotel huyendo de un asesino serial y este no me iba a llamar "pastelito". Nuestros padres no se enteraron de lo que sucedió, bueno al menos no que nosotras habíamos ido. Por qué el chisme si había circulado entre los padres y el pueblo en general. Pasamos los exámenes con notas excelentes todas, habíamos pasado días y semanas viviendo a base de café y más café. Donde lo único que veíamos eran las hojas de estudio, nuestros rostros cansados y llenos de estrés.

Las fiestas fueron tranquilas, las pasamos todos juntos en la casa de Elise. Fue una semana pacífica, luego nos fuimos a pasar el año nuevo con los abuelos, fue lindo volver a estar con ellos aunque sea solo unos días. Y recién estábamos regresando, mi hermana había regresado para las fiestas por lo que se sentía raro tenerla en casa...pero me gustaba.

Eso sí, odiaba no tener el baño para mi en cuanto me levantaba...

La perra se acababa el agua caliente.

―¿lista para regresar a la universidad Sam? ― mi padre había parado en una gasolinera, que me resultaba bastante familiar.

―no me hables de universidad...― lloriquea mientras bajamos del auto ― me voy el próximo finde, tengo una semana para que mi única preocupación sea el comer y qué ropa usar para salir de fiesta...

―¿fiesta? ― cuestiona mi padre abriéndonos la puerta de la tienda.

―Sí, fiesta papa...― le sonríe y se pierde en los pasillos, mi padre la sigue esperando una respuesta más "¿puedo salir?" que ambos sabemos que no recibirá.

Me río yendo a la zona donde estaba la caja, para agarrar las golosinas.

―oye...te conozco ― levantó la cabeza viendo a un chico pelinegro mirándome con los ojos entrecerrados.

―¿a mi?

―No al fantasma detrás tuyo.

¿por que volteo?  

idiota

―Lo siento te confundes...

―no estoy...―abre los ojos y comienza a reírse ― ¡eres la vengadora! ¿no trajiste tu bate esta vez?

Mis ojos se abrieron con horror.

Mierda era ESA tienda.

Me lance sobre el mostrador y le tape la boca al chico quien me miró confuso: ― no quiero que digas una palabra al respecto o te juro que te haré un escándalo que no terminará bien para ti...

En mi cabeza esa amenaza daba miedo...lo juro.

Levantó las manos riendo y me aleje cuando vi a mi padre regresar con mi hermana malhumorada detrás. El chico con una sonrisa divertida le cobró a mi padre y salí de la tienda entrecerrando los ojos en su dirección, al final me señale los ojos con dos dedos y luego lo señale con estos a él, Quien levantó los brazos nuevamente. Abandonamos la gasolinera y cuando vi como mi padre y mi hermana discutían decidí sentarme atrás feliz con mis gomitas. 

Otra cosa que me alegraba mucho era que papá había podido solucionar varias cuentas, en especial había terminado de pagar el tratamiento que se había hecho mamá. Papa lloro, y sentía que cuando pagó esa deuda por fin la dejo ir. Era su forma de mantenerla en nuestras vidas, pero creo que el ver cómo nuestra economía iba en picada y cómo nos afectaba fue lo que le hizo por fin estar dispuesto a dejarla ir. Ese día fuimos a dejarle rosas a su tumba. 

¿Que Es Lo Peor Que Puede Pasar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora