NO FEELINGS • Max Verstappen •

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MAX

- Max... La encontramos... - escuché a mi asistente decir en un tono suave.

Automáticamente dejé todo lo que estaba haciendo en el móvil y corrí detrás de ella hasta la oficina donde estaba el equipo de investigación instalado.

- ¿Dónde está? ¿Está bien? ¿Nadie le hizo daño? - las preguntas salieron de mi boca con desespero apenas irrumpí en aquella oficina.

- Está viviendo en un pueblo de Toronto, alejado del centro de la ciudad.
Ella está bien, Max. - el investigador que había contratado me aseguró con una sonrisa en su rostro.

Y por primera vez en mucho tiempo pude quitarme aquel enorme peso que reposaba sobre mis hombros.

Con el pasar de los días mi ansiedad y desesperación solo podían aumentar y aumentar sin control.

Berlín había sido hacía más de tres semanas y lo menos que tenía yo era señales que me confirmaran que Amber estaba bien, o al menos viva.

Daniel no sabía de ella.

Laura no sabía de ella.

Estaba desaparecida. Literalmente.

Cuando llegué a su hotel ella ya había registrado su salida.

Lo último que Laura supo fue que tomó su vuelo.
Ellas hablaron cuando llegó al aeropuerto de Canadá, prometiendo llamarse nuevamente luego de la reunión con su jefe.

Pero eso nunca sucedió.

Desde ese día nadie sabía de su paradero.

Me mortificaba pensar que estuviera en peligro, o que se hubiera lastimado.

Me mortificaba el hecho de que ni siquiera haya podido explicarle toda la mierda que estaba pasando.

Ella, más que nadie, merecía una explicación, y sobre todo, una disculpa.

Mi asistente había estado siguiendo mis órdenes para proseguir con la búsqueda.

Habíamos contratado investigadores para localizarla lo antes posible, pero no habíamos tenido resultados positivos hasta ese momento.

- Está viviendo con su madre desde hace unas semanas en este pueblo. Buscamos en el registro de su anterior trabajo y su nombre no aparece, lo cual probablemente significa que no está trabajando ahí o que está desempleada...
Recientemente salió un artículo sobre ella.
Estuvo envuelta en una polémica por relacionarse con un piloto de la Fórmula 1.
Tal vez eso explica su despido... - Jack me miró apenado.
Él sabía perfectamente nuestra historia.

Aquellas palabras terminaron de desmoralizarme.

No se tenía que ser muy inteligente para saber que la habían despedido de su empleo por mi culpa.

- ¿Quieres que enviemos personas a buscarla? ... ¿Quieres enviarle alguna nota? ... O...

- No. - dije enseguida interrumpiéndolo y pensando en un mejor plan.

Si comenzaba a enviarle mensajes sería muy probable que ella se espantara.
Ni hablar de enviar personas a secuestrarla.

Solo había un solo método efectivo.

- Amy, compra un boleto, busca hospedaje, has lo que sea necesario...
Iré hasta allá. - dije decidido para luego salir de la oficina y subir hasta mi habitación para empacar mis cosas.

Debía ir por ella.

O me recibía con los brazos abiertos, o me recibía con una patada en las pelotas.

Estaba dispuesto a arriesgarme.