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AMBER

Con sigilo me senté en el balcón de aquella habitación de hotel para admirar el cielo estrellado de Abu Dhabi.

Había sido un largo día en la pista, las clasificaciones habían sido tensas y llenas de suspenso.

Las cosas entre Lewis y Max cada vez estaban más cardíacas deportivamente hablando y este fin de semana todo estaba al límite de la explosión porque era el fin de la temporada.

Solo unos puntos los separaban y quien ganara en el GP próximo seguramente se llevaba el campeonato.

Además, la velocidad con la que mi vida había cambiado en tan solo unas semanas era abrumadora.

Había pasado de estar desempleada viviendo en un pequeño pueblo, a ser la confidente del probablemente próximo campeón de la máxima categoría del automovilismo a nivel mundial.

Las cosas con Max habían mejorado en un 200%.

Se podría decir que gracias a cada día que debía trabajar a su lado nos servía para conocernos y descubrir cosas nuevas el uno del otro.

Pero definitivamente aquella cena en Sochi había sido la clave.
Nos había servido para aclarar muchas cosas. Para sincerarnos.

Por primera vez lo había visto con la guardia tan baja.

Oír todos los sentimientos y emociones que tenía por mí había sido un momento muy emotivo, sobretodo por toda la mierda que habíamos tenido que pasar.

Pude conocer una nueva faceta que no era la de Max Verstappen el piloto de la Fórmula 1.
Había logrado conocer a Max Verstappen el ser humano.

Y me había encantado.

Pude hablarle sobre cómo me sentía mientras que su mirada estaba clavada sobre mí como si fuese lo más interesante que hubiera visto en años.

Compartíamos muchas cosas en común, empezando por el amor mutuo que nos teníamos.

Y se preguntarán porque no iniciamos una relación sentimental oficial...
Pues, queríamos darnos el lujo de empezar desde 0 y llevar las cosas con calma.

Él no tener la presión de la prensa, ni a terceros tratando de jodernos la vida lo estaba haciendo todo mucho más fácil y definitivamente queríamos permitirnos el hecho de disfrutar cada segundo...

- ¡Hey!

Un grito proveniente del balcón de al lado me hizo romper mis pensamientos internos asustándome al punto de que mi corazón casi se sale de mi pecho.

- Mierda, juro que te voy a matar... - suspiré con una mano sobre mi pecho tratando de calmar mi pulso con la risa de Max de fondo.

- Son las 2 de la mañana,
¿Se puede saber qué haces ahí sentada? - cuestionó mirándome mientras se apoyaba en el barandal.

Lo miré por unos segundos, su cabello estaba desordenado y solo estaba usando unos joggers de color gris.

NO FEELINGS • Max Verstappen •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora