17

1.7K 136 1
                                    

AMBER

Mis ojos se encontraron con aquel azul que, sin importar las circunstancias, seguía poniéndome la piel de gallina.

En unos meros segundos por mi mente se pasearon los recuerdos del día en que lo había conocido.

- Los dejaré solos para que hablen, muchachos... - la voz de mi madre se escuchó seguido de sus pasos escaleras arriba.

Él estaba ahí.

Apenas mi madre desapareció, él, a paso apresurado se acercó hasta mí con intenciones de abrazarme.

Mi estado de shock no me permitía decir ni una sola palabra, pero mi instinto de protección rápidamente me hizo esquivar sus brazos apartándome.

- Amber...

- ¿Qué haces aquí? - le interrumpí con un tono seco. Su rostro se tensó, claramente podía notar su mandíbula apretarse.

- Desapareciste, no supe nada de tí por mucho tiempo. Estaba preocupado... - sus palabras salieron en un tono exasperado.

- ¿Preocupado?... 
Por favor Verstappen...
¿Qué pretendías?
¿Que me quedara rogándole a los de seguridad para que no me echaran y así poder ir a despedirme de tí?
No seas idiota. - una risa sarcástica retumbó por la habitación.

- Vengo para aclarar las cosas... - su tono insistente volvió a embargarme.

- No tengo nada de qué hablar contigo. No entiendo cómo fue que me encontraste pero, lárgate de aquí y déjame en paz.

- Debo pedirte una disculpa... - su mano tomó mi muñeca cuando decidí retirarme del lugar.

- ¡CON UNA MALDITA DISCULPA NO SOLUCIONAS NADA, MAX! - grité con los nervios excesivamente alterados al sentir su tacto quemar mi piel.

- ¡NO FUE MI CULPA! - su voz se impuso por sobre la mía haciéndome sobresaltar. Enseguida cerró los ojos tratando de mantener la postura y soltó un suspiro. - No fui yo, Amber. Ni siquiera estaba enterado de lo que había pasado. Daniel fue quien me dijo...

- ¿Entonces qué, Max? - lo interrumpí sin ganas de seguir escuchando sus excusas.

- Fue Kelly. Mi padre y ella hablaron con los de seguridad, dijeron que yo lo había pedido, pero juro que no fue así...

Una vez más mi sangre se congeló.
La misma sensación que había sentido cuando la ví ese día en el GP se estaba repitiendo en mi interior.

Muchas dudas surgieron en mi cabeza.

¿Cuánto odio podía sentir para ser capaz de esto?

¿Era ella la culpable o solo era una excusa de Max?

- Amber, tienes que creerme.
Jamás te perjudicaría, de ninguna manera. Significas mucho para mí...- habló sacándome de mis pensamientos.

Una vez más nuestros ojos se encontraron.
Sus pupilas estaban dilatadas, sus mejillas habían tomado un leve sonrojo y todo ello combinado a su cabello rubio ligeramente despeinado lo hacían ver aún más irresistible.

- Como sea... - fue lo único que pude decir luego cortar el contacto visual y de analizar la situación. Su rostro se pintó con confusión. - No interesa de quién fue la idea, Max.
Ya no tengo empleo, posiblemente ya no tenga buena reputación para volver a trabajar en esto... Estoy jodida. - suspiré alejándome de él y rondando por la habitación, tratando de no caer en los estúpidos impulsos de abrazarme a él y jamás soltarlo.

- No, no lo estás... Al menos no del todo. - afirmó haciéndome voltear a verlo.

Rebuscó en el bolsillo de su jean y de ahí sacó una tarjeta que colgaba de una larga tira adornada por el logo de Red Bull.

- Hablé con Horner... Desde hace tiempo están buscando personal para que trabaje de cerca con Checo y conmigo... No tienes que darme una respuesta ahora. Aún falta un mes para que se acabe el receso de verano. Hasta entonces te pido que lo pienses...

- Max, yo no...

- Por favor Amber. Estoy tratando de remendar toda la mierda que ha estado pasándote... Me siento mal por no haber podido impedir todo esto... Solo déjame ayudarte...

Su interrupción me dejó sin palabras.

Me había dejado entre la espada y la pared.

Me había dejado en jaque.

NO FEELINGS • Max Verstappen •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora