La villana se enamoro del hombre viudo con dos hijos

Capítulo veintinueve (Parte 1).

Lo primero que tenía que hacer era estudiar el lugar en donde me encuentro y luego podía rehacer mi vida. Con esa idea en mente, me encontraba aparentemente calmado bajo tales circunstancias. Suena sencillo, ¿no? Pues, en realidad no lo es del todo. Tengo claro que he muerto y que este no es mi cuerpo original. En estos momentos, yo soy un alma que, sin saber cómo, se posicionó en este nuevo cuerpo. Ahora debo pasar desapercibido por si en este mundo me consideran algún tipo de demonio e inician una especie de caza de brujas como la de los años 1640. si se enteran de este hecho.

(Nota autora: 1647, para ser específicos, pero James no recordó bien por lo cual solo dice 1640 que es un aproximado)

Pero el hecho de vivir en un mundo que es parte de un juego otome y ser un personaje capturable de citas… No, no, no. Esto es demasiado…

¡¡Ya sé!! Esto debe de ser una coincidencia. Si, tal como ese meme de Vin Diesel en el que se parece a Saitama o el del hombre del bus que se parece al maestro Roshi. Es solo una coincidencia que algunas circunstancias calcen.

Además, mi nombre es distinto al de aquel personaje del juego.

—¿Cuál era el nombre de ese personaje…? El nombre del mayordomo era, era… ¿Bruce?.

Al instante, un pequeño dolor en la sien le dio a James y el recuerdo faltante de la madre del niño llamándolo por su nombre apareció, confirmando lo que él tanto deseaba negar.

—Bruce.

No, no. No puede ser verdad que de alguna forma mi alma llegó aquí, al mundo de un juego, con los recuerdos intactos de mi anterior vida y mi mundo original y, aunque suene fantástico, sucedió así. El mundo en el que estoy ahora, todo es real, no es un juego o simulación. Lo sé porque puedo sentirlo, no como antes cuando de alguna forma mi alma vagaba como una esfera de luz en la inmensa oscuridad.

—Si, debo mantener la calma. Todo esto es solo una coincidencia. Ahora debo aprender lo que más pueda de aquí, de este lugar, y vivir mi vida nuevamente. Es mi segunda oportunidad, no muchos la tienen y no debo desaprovecharla.

......

Han pasado aproximadamente 3 meses desde que llegué a este mundo. En todo este tiempo aprendí a leer y escribir, además de las costumbres más extrañas, pero comunes de este país, como aquella en la que cuando una persona fallece se debe dejar una de las pertenencias que más amaba o y dejarlas intactas sin usar o tocar para conservar de cierta forma su esencia, ya que esta podía ser adquirida si se dejaba cerca de un pariente, pero si se limpiaba o usaba, desaparecería. Era una forma para que los muertos se quedaran con nosotros, por eso el escritorio con polvo sin asear en esta habitación.

Pero eso no es más que una creencia estúpida para mí, por eso, cuando tuve tiempo revisé el escritorio, pero lo que allí había era vergonzoso; libros de pornografía muy controversiales para la época y alguna que otra carta escrita rogando por más tiempo para pagar las deudas y otras pidiendo Dalkes prestados.

(Correctora: ¿Esa era la pieza del hijo fallecido del noble? Si es así, no me sorprende que tenga ese tipo de cosas…)

(Dalkes= Nombre de la moneda de este mundo)

Mejoré también un poco mi estado físico para escapar en caso de que el trabajo que el anciano me asignó sea alguna especie de prostíbulo infantil o si es que también abusan físicamente de mí. No soportaré un trato así, por lo que me preparé para evitarlo. Aunque supuestamente el oficio que aprenderé es el de mayordomo, el cual será estable y seguro, todavía me siento en un lugar desconocido e incierto, por lo que debo estar preparado para todo tipo de cosas.

Y, por último, conocí la magia del mundo y algunas de sus reglas básicas. Entre estas, está el que al llegar a los 12 años de edad cada niño deberá medir el nivel mágico que tiene, pues esta es la edad en la que se comienza a buscar un patrocinador para aquellos que no son de grandes ingresos y así integrarse un año atrasado a la academia de magia.