Capítulo veintidós (Parte 2).

997 128 8
                                    


Al llegar a la cabaña le pedí a Dalva que me trajera algunos bocadillos. Creo haber oído por ahí que es beneficioso estudiar con algo dulce, puesto que ayuda a la concentración. Y, como soy consciente de que traer la tetera, las tasas, platos, piedras calentadoras de agua y demás en canasta hasta aquí es complicado —principalmente por traer todo ese peso desde lejos y sin ayuda— y Dalva ya debe de estar cansada por ayudarme a traer todos esos libros hasta aquí, decido sacar algo de mi bolsillo para facilitar su trabajo.

—Espera, Dalva, toma. —Cuando la veo acercarse a mí con curiosidad en sus ojos, le doy un anillo con el escudo de la familia Von Lattiere de Phero y le ordeno—. Muestra esto en la cafetería y pide un carrito para traer todo. —Dalva agarra el escudo de mi familia con cuidado y levanta la vista dispuesta a hacer lo que le dije, pero agrego algo más antes de que pueda siquiera girar su cuerpo para irse—. Y también ten esto. —Le doy un danke de plata pequeño sin mayor explicación.

—Señorita esto es…- —se interrumpe a sí misma, conmocionada.

—Es para el costo del médico y las medicinas para Pamela. No quiero que su resfriado empeore. —Añado desviando un poco los ojos del rostro de Dalva.

En los tiempos modernos, simplemente le diría que puede comprar alguna medicina para el resfriado y la fiebre, pero para esta época y lugar, solo es posible ir al médico y recibir un chequeo médico general, evitando el progreso de la enfermedad.

—Gracias. —Agradece inclinándose reverentemente.

—No te preocupes. Espero que Pamela se recupere pronto y vuelva sana al trabajo. —Añado como si no fuera gran cosa.

Dalva parece estar muy conmovida por mis acciones. Pero prefiero fingir que no lo noto. No hice esto por ser una dama generosa, lo digo enserio, prefiero que mi joven sirvienta vuelva pronto al trabajo y que su hermana vuelva a su puesto anterior. El ambiente al estar con Dalva es muy incómodo, es como si su espíritu detectivesco supiera cada cosa que planeo, aunque no sea así. Se siente como cuando planeas una travesura y aparece tu mamá sospechando de ti porque te conoce y lo descubrirá tarde o temprano. Con Dalva, por extraño que suene, se siente igual y sé de lo que hablo ya que tuve una madre muy estricta, en su momento, con una chancla de temer.

—De solo acordarme me dan escalofríos. —Murmura inadvertidamente Ideealaria frotándose los brazos, sin percatarse de que Dalva sigue ahí.

—Señorita ¿tiene frío? ¿Debería traerle un chaleco también? —Pregunta la sirvienta con preocupación.

—Oh, no te preocupes estoy bien. Ve tranquila.

—Si, señorita.

Apenas ella se va, tomo los libros que dejé en la mesa colocada en la parte de atrás de la cabaña. La puse allí pensando en momentos como estos, creando una terraza maravillosa; el suelo lleno de pasto, la vista al lago, los árboles frondosos con suficiente sombra y luz para estudiar. Aunque esa vez quedé cansada moviendo la mesa sola definitivamente valió la pena.

Además, esta cabaña es toda mía a excepción de una pizarra con ruedas, un estante de libros que está vacío, un lavabo simple y dos sillas que están cerca de varias mesas para experimentar.

—Bueno, supongo que tengo que agradecer este hermoso paisaje que tengo para disfrutar.

Tomo asiento admirando la encantadora vista y me pongo a estudiar. Después de analizar el primer libro, veo que llega Dalva con la carreta y unos dulces bocadillos asomándose en ella. El camino hacia aquí es pavimentado, por lo que no debió costarle tanto trabajo traer todo.

—Es mejor aprovechar el buen servicio que pronto no tendré. —Pienso intentando no sentirme culpable por hacerla trabajar de esta manera.

Es una lástima, pero creo que será un buen cambio tener al fin mi libertad.

Mientras sostengo un libro en mano, Dalva se encarga de poner mis delicias en la mesa. El azúcar me ayudará a sobrellevar el estudio, es importante estar bien concentrado y asegurar que el cerebro logre un rendimiento óptimo. Para ello, la alimentación es uno de los factores fundamentales. En época de exámenes, los estudiantes necesitan dos cosas fundamentales: mantenerse enfocados en estudio y ser capaces de retener la información aprendida. Esto se logra con energía y la energía se obtiene de la glucosa*.

*La glucosa es un tipo de azúcar. Es la principal fuente de energía del organismo.

Tuk.

El sonido llamó mi atención y miré por el rabillo del ojo. El ruido provenía de un libro que Dalva dejó caer al suelo en un descuido.

—Lo lamento, señorita, cometí un error.

—No hay problema —contesto con la elegancia acostumbrada—. Pero, ¿me podrías dar el libro? Quiero ver si sufrió daños.

—Si, señorita. —Dice mientras aún no levanta la mirada por estar sacudiendo el ejemplar que cayó al suelo y, cuando terminó lo que estaba haciendo, lo extendió hacia mí.

Al tomarlo, noté algo extraño.

Es un libro bastante antiguo, lo pude saber a simple vista. No posee título y autor, ni adornos en la cubierta, la tapa no es tan gruesos como la de otros textos, sin embargo, es de cuero, café oscuro, y está cosido a mano.

No me di cuenta cuando tomé el libro junto con los otros.

(Correctora: Ohh, esto se pone cada vez más interesante :0)

______

Autora :hola, mis queridos lectores perdón la demora. Ya he encontrado mi libreta no creo demorarme más.

Aquí les dejo un plano de cómo es la cabaña  la mesa del centro es la que movió ideealaria

 Aquí les dejo un plano de cómo es la cabaña  la mesa del centro es la que movió ideealaria

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.









La villana se enamoro del hombre viudo con dos hijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora