Capítulo 6

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"Los desconocidos"

Lo único que sé es que Minho podría estar herido. Veo como Aris y Newt cargan sobre sus hombros el pesado cuerpo de chico.

Thomas ágilmente me carga, pone una de sus manos sobre mi espalda y la otra sujeta ambas piernas, me aferro lo más que puedo a su cuello, pero sé que mi agarre es débil y que en cualquier momento me podría desvanecer.

Borrosamente veo como Sartén nos indica que entremos a un lugar y después hay oscuridad. Thomas me deposita en el suelo y me apunta con su linterna, examina mi cara, mis manos, todo lo que puede y al ver que estoy consciente, dirige su mirada hacia Minho.

Lo jala de la camiseta y lo zarandea, aunque veo borroso, estoy consciente de que Minho no despierta.

—¡Minho!—Los gritos de Thomas suenan como un susurro, demasiado lejano. Me esfuerzo en tratar de oírlo y mi cabeza duele al segundo en que lo hago.

—Minho— trato de susurrar, tomo su mano y le doy un leve apretón.

El miedo sacudió mis huesos, él tiene que reaccionar.

— ¡Minho! ¡Minho, responde!— le gritaban Thomas y Newt pero no había una señal de que escuchara.

Al parecer se quedaron en silencio unos segundos, parecieron horas, mientras esperábamos que respondiera, que se moviera o que hiciera algo que nos indicara que estaba bien pero nada pasaba.

Después el se quejó, tan débilmente que yo apenas lo alcancé a percibir por sus gestos.

Solté un gran suspiro de alivio, al menos hoy no moriría mi mejor amigo, pero olía a cabello quemado. Oh no.

Al parecer se quedaron en silencio unos segundos, parecieron horas, mientras esperábamos que respondiera, que se moviera o que hiciera algo que nos indicara que estaba bien pero nada pasaba.

—Minho, ¿Estás bien?—le pregunta Thomas. Nos veía a todos confundido, se veía miserable y aplastado por la vida. Este fue un golpe bajo, que ninguno de nosotros se esperaba. 

—Qué pasó — leí en sus labios.

—Creo que te cayó un rayo— alcancé a escuchar, poco a poco las vibraciones y el zumbido iban disminuyendo, pero no se quitaban. Que fastidio.

La cara de Minho, confundida y divertida aligeraba la situación.

—Ah— respondió sonriendo y los demás soltamos una leve risilla.

Sartén me miró con preocupación y señaló mi nariz —Rhos, estás sangrando.

Inmediatamente toco la zona, era cierto, veo la cara de preocupación de los demás, Thomas se acerca y examina mi cara, entrecierro los ojos cuando Aris apunta directamente con su linterna.

—Tranquilo, estoy bien— le susurro, pero no lo estaba, me sentía sumamente cansada, aturdida y desequilibrada. Espero que esto mejore, si Minho se siente bien, yo también tendré que estarlo.

—No lo creo— arruga las cejas, mi mano temblorosa toma la suya y Thomas me ayuda a incorporarme, pierdo un poco el equilibrio pero los fuertes brazos del chico me sostienen —Creo que debería cargarte, linda.

Niego con la cabeza —Puedo hacerlo.

Thomas me mira a los ojos y no separa la vista, amo su preocupación por mí. Cariñosamente limpia la sangre que salió de mi nariz con su manga, deposita su mano en mi mejilla y deja un leve masaje.

—Hey— dice Teresa. Los demás ya habían puesto de pie a Minho y tampoco lo dejaban de examinar para saber si estaba bien —Que huele tan mal.

En ese momento encendió su linterna. Dio un salto y caminó hacia atrás al ver un espantoso crank encadenado mientras rugía y trataba de alcanzarnos. Mi corazón late rápido por el susto.

THE MAZE RUNNER  «Thomas»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora