Capítulo 2

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"El nuevo, el héroe"

—Cinco minutos más y te quedas encerrada en ese puto laberinto— se nota la molestia en el tono autoritario del chico de ojos rasgados

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—Cinco minutos más y te quedas encerrada en ese puto laberinto— se nota la molestia en el tono autoritario del chico de ojos rasgados. Su cabello negro y lacio, su atlética complexión, su sentido del humor, valentía y fuerza hacían a Minho una de las personas más queridas y respetadas en el área. Es por ello, que este chico es el encargado de los corredores; los corredores se encargan de recorrer el laberinto, hacer mapas, memorizarlo y buscan la salida. Es una tarea que no muchos son capaces de hacer.

—Cierra el pico Minho, estoy bien— se le notaba las pocas ganas que tenía la chica de recibir un regaño, después de aquel raro momento con el nuevo.

Minho interrumpe los pensamientos de ella, en el momento que se le planta en frente y pone las manos en su cadera en forma de reproche, algo típico en él.

—La única condición de que siguieras siendo corredora es que llegaras antes que yo— la mira con dureza —O la cocina de Sartén te esperará.

Le saca la vuelta a su amigo y toma una hoja y un lápiz del tamaño de su meñique, sin ganas de confrontar a su mejor amigo dibuja líneas semi rectas en la hoja.

—No puedes seguir aparentando que tu vida te vale una reverenda montaña de plopus, osito— tuerce los ojos al escuchar uno de los tantos apodos que su amigo le tiene, de los cuales "osito" sin duda es su favorito.

—No soy tan estúpida— suspira, sabe que el pelinegro no la dejará en paz hasta escuchar lo que quiere. Se pone de pie y levanta la palma derecha de sus mano, en señal de promesa —Te juro que no volverá a pasar.

El chico le hace un gesto interrogativo el cual le causa gracia, después de determinar que sus palabras fueron serias, finalmente la deja en paz.

La sala de mapas –que es donde se encuentran- es el lugar de los corredores, todos tienen prohibido entrar ahí, excepto ellos, claro está. Al terminar las jornadas en el laberinto, todos se dirigen hacia esa sala y trazan mapas con los recuerdos que tienen de su día. Y cuando terminan son oficialmente libres.

No pasaron más de quince minutos cuando termina de hacer sus tareas, se despide de todos y ya está en camino a las duchas. Hoy sería la fiesta del novato, fiesta que sólo se hace una vez al mes. Se supone, que los larchos se las dedican a los nuevos cuando obviamente ellos no podrían disfrutarla, solamente es una excusa para despejarse de todo el mal que les hace estar encerrados en este lugar.

Cuando llega, se asegura de trabar bien la puerta porque aunque confía en los chicos y se ha ganado el respeto y cariño de todos ellos, sabe que eso es lo que es mejor tomar precauciones.

El agua de las duchas siempre está fría, así que cuando el agua le moja la espalda y le empapa el cabello, siente una corriente electrificarle todo el cuerpo. Se mantiene unos segundos en el agua fría hasta que se adapta y llega a relajarse.

THE MAZE RUNNER  «Thomas»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora