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Rosie

Acabo de hablar por teléfono con Claire, necesito quedarme con el equipo de carrera, pero ella me permite trabajar de forma no presencial durante el próximo mes. Para ser honesta, la idea de estar en el paddock me enferma, pero no quiero tirar mi carrera por la borda por culpa de Lando Norris. Ha intentado llamarme más de 30 veces y me ha enviado al menos la misma cantidad de mensajes, pero no quiero hablar con él y no tengo que hacerlo. No hay absolutamente nada que explicar.

Entro en la cocina para ver a Charles preparando café.

–Hola. –murmuro y él se da la vuelta para mirarme con una sonrisa en su rostro.

–Hola, ¿cómo te fue? –no puedo evitar fruncir el ceño.

–Me ha dejado trabajar el próximo mes desde casa, pero necesito estar en la próxima carrera. –se ve comprensivo.

–Así que, ¿No te dejó trabajar en la fábrica? –niego con la cabeza.

–Fue muy halagadora con mis habilidades, así que supongo no me quiere en ningún lado, excepto en la pared de boxes. –él asiente.

–Bueno, eso tiene sentido.

–Lo sé, pero simplemente no quiero estar en el paddock. –me pasa un café.

–Lo sé, puedes ir temprano y puedo pasar por ti al final del día. –propone y pienso por un segundo.

–Eso podría funcionar. –acepto. Estoy por tomar un sorbo de mi café, pero se me revuelve el estómago y me apresuro al baño. Esto ha estado sucediendo durante los últimos días y me sentí enferma antes de eso. Me estoy cansando de esto.

–¿Estás bien, mon ange? –Charles llama a través de la puerta, me levanto y la abro.

–Estoy bien. –respondo pero no parece convencido.

–¿Cuánto tiempo te has sentido enferma? –pregunta y pienso.

–Tal vez el último par de semanas, no estoy muy segura. –él mira mi estómago.

–Esta es una pregunta muy personal pero, ¿tu período se ha retrasado? –lo calculo en mi cabeza.

–No, tengo que tenerlo la semana que viene. –se ve aliviado.

–Está bien, entonces te voy a vigilar para asegurarme de que esto no sea algo más grave. –me lleva de vuelta a la cocina entregándome un vaso de agua.


Canadá.

Acabamos de aterrizar en Canadá y estoy llena de nervios, no por otra razón más que la alta probabilidad de ver a Lando. Han pasado 3 semanas desde Mónaco y no he salido de lo que ahora llamo mi nuevo hogar. George cumplió su palabra; recogió mis pertenencias y las envió a Mónaco. Me dijo que Lando seguía rogándole que me convenciera de hablar con él, pero obviamente George dijo que no.

–¿Estás bien mon ange? –miro a Charles, que es mi compañero de viaje para este fin de semana.

–Solo estoy preocupada, seré feliz una vez que esté en el garaje. –me sonríe.

–Eres la mujer más fuerte que conozco, puedes con esto. –me tranquiliza. Mientras nos lleva en dirección a su Ferrari para el fin de semana. Nunca he estado en un coche tan bonito y no puedo evitar sentirme fuera de lugar. Charles me ve mirando alrededor –De verdad necesitamos conseguirte un auto para andar en Mónaco. –me informa y yo pienso en mi golf.

–Extraño mi auto. –le digo honestamente. George lo vendió por petición mía.

[...]

My Best Mates Sister | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora