Capítulo 24- ¿Se siente bien?

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La radio sonaba mientras la brisa entraba por las ventanas abiertas del auto, golpeando sus caras que reflejaban nada más que felicidad y emoción. Los dos solos cantando a todo pulmón con ninguna intención de parar, solo disfrutando de aquel hermoso momento.

Erick estaba feliz.

El ver a Christopher conducir con las venas de su garganta siendo vistas debido a lo alto que cantaba, le era la cosa más maravillosa que existía. Erick en serio pensaba que no había otro mejor lugar donde quisiera estar.

Y el que que sus manos estuvieran entrelazadas hacía que su corazoncito latiera velozmente.

-¿Ya me dirás a donde me llevas?- hizo su pregunta cuando la canción terminó, ganando la atención del castaño.

-Ten paciencia, ya casi llegamos.

-Haz conducido por horas y me duele el trasero.

El puchero que Erick formó con sus labios hizo sonreír a Christopher.

-Te dolerá más después.

-¿Eh?

La carcajada que el castaño soltó no debió de escucharse así de fuerte pero le fue imposible no reír ante la inocencia de aquel chiquillo de ojos verdes quien tenía su entrecejo fruncido.

-¿De que te ríes, tonto?

-De lo inocente que eres.

-Que seas raro y te rías de cualquier cosa no es culpa de mi inocencia.

-Así que aceptas que eres un bonito chiquillo inocente.

-No.

-Eres tan inocente que a veces me pregunto como es que esa boquita tuya puede darme los mejores orgasm...

-¡C-Cállate!- sus mejillas estaban tan rojas como la chaqueta que Christopher llevaba puesta. -Eres un sinvergüenza, e-enfócate en la carretera.

La sonrisa en el rostro de Christopher era burlesca y Erick solo quería ahorcarlo ahí mismo pero sabía que podían tener un accidente automovilístico si lo hacía así que se aguantó las ganas y posó su mirada en la carretera.

Solo pasaron cinco minutos cuando Erick sintió la mano de Christopher en su muslo izquierdo y ese acto en serio no debió haberlo puesto nervioso, pero lo hizo.

-Muero de ganas por llegar.- confesó el ojimiel, subiendo su mano lentamente, tan lento que desesperaba al niño a su lado. -Las cosas que te haré...

La respiración de Erick se aceleró cuando aquella mano subió hasta ser puesta entre sus piernas, muy cerca del bulto bajo sus pantalones.

-C-Christopher...

-¿Si?

-Podríamos... podríamos detenernos y h-hacer... tú podrías hacer lo que d-dices.

-¿Quieres que detenga el auto para hacerte mío de nuevo, pequeño?- su voz sonó realmente profunda y cuando vió al ojiverde de reojo pudo notar lo rojo que este estaba. -¿Eso quieres, niño? ¿Quieres hacerlo en la carretera?

Y Erick en serio pensó que había perdido la cabeza cuando asintió como respuesta.

Sólo bastó aquel gesto por parte del menor para que Christopher se hiciera a un lado de la carretera y parqueara el auto en medio de la nada.

Sus respiraciones fueron las únicas que se escuchaban cuando Christopher le bajó el volumen a la radio y desabrochó su cinturón.

-Atrás. Ahora.

Erick hubiera fruncido su ceño en confusión después de la orden de Christopher pero entonces vio como este se bajaba del auto y se dirigía para los asientos traseros, entendiendo perfectamente todo.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2022 ⏰

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