Capítulo 8- Meterte entre mis piernas

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-¡Erick!

Dió un respingo todavía acostado en el pasto verde cuando escuchó aquel grito, pero ni siquiera se levanto para ver de quien provenía ya que se encontraba muy ocupado viendo la luna y las estrellas.

-Es hora de irnos.- Christopher se puso en cuclillas para poder observar el rostro de Erick quien solo frunció el ceño. -Levántate y vámonos.

-¡Q-Quítate! ¿Que no ves que estoy contando las estrellas?

-Tendrás que dejarlo para después porque no pienso dejarte aquí.

Erick pensaba responder con un insulto pero se calló enseguida cuando olió el perfume tan varonil y agradable de Christopher quien lo tomó en brazos para después dirigirse hacia dentro de la casa la cual todavía seguía llena de personas.

-¿Donde...hip... donde me llevas, guapo?- sus ojitos verdes ya perdidos no dejaban de ver a Christopher.

-A casa.

-Pero yo quiero estar contigooo.

El castaño negó con una sonrisa viendo a Erick actuar como un niño. -Necesitas dormir, pequeñín.

-¡N-No soy un pequeñ...

-¡Christopher!- la voz de Yoandri se escuchó entre la multitud de personas que seguían bailando haciendo que Christopher detuviera su paso y volteara a verlo. -¿Donde crees que llevas a Erick?

-Esta muy borracho y está claro que no puede estar aquí. Lo llevo a su casa.

-No te preocupes de eso me encargo yo.- el de ojos negros se acercó con intención de agarrar a Erick como si fuera un bebé pero el castaño se lo impidió. -Yo cuidaré de él Christopher.

-¿Ah si?, ¿Justo como lo estabas haciendo hace un rato?- el mayor comenzaba a irritarse con la actitud para nada amigable de su hermano menor. -Estaba tirado en el piso casi perdiendo la conciencia mientras tu te divertías con tu fiesta y tu noviecito.

Joel quien estaba tras de Yoandri no hizo más que bajar la mirada pero sin quitar sus manos de la cadera de su novio.

-¡No sabía que estaba afuera!

-Oh por supuesto que no lo sabías.- acomodó a un Erick casi inconsciente en sus brazos quien no hacía nada más que mirarlo. -Lo llevaré a casa y no importa lo que digas, tu también estás borracho y no sabrás cómo cuidar de él.

-¿Y tú si?- se cruzó de brazos enojado. -Lo conoces de hace unas semanas y ya te preocupas más por él que como lo hiciste conmigo en toda tu vida.

-Tu solo eres un niño celoso y egoísta.- espetó ya cansado de aquella actitud. -Solo estoy cuidando de tu mejor amigo quien casi pierde la conciencia allá afuera y tu solo piensas en ti mismo como si fuera todo lo que importara.

-Oh no, ese definitivamente eres tu.- su enojo aumentaba y solo sentía como Joel apretaba más su agarre para que no hiciera nada. -Así que no vengas a querer tomar el papel de adulto responsable y maduro cuando no eres nada de eso.

-Erick es tu mejor amigo y lo quieres, ¿verdad?

Yoandri no hizo nada más que asentir con su respiración agitada debido al enojo.

-Entonces deja que cuide de él y lo lleve a casa.- el mayor le dirigió una última mirada seria al de ojos negros para luego caminar hacia la puerta de salida con Erick todavía en sus brazos.

Yoandri se quedó de pie observando aquella escena mientras dejaba que Joel lo envolviera con sus brazos para calmarlo un poco.

-Tranquilo, solo lo está cuidando.- la voz dulce de Joel logró tranquilizarlo. -Erick se veía cómodo con él, no hay nada de que preocuparse.

-Lo sé.

-¿Entonces por qué reaccionaste así?

-Porque no quiero que Erick tenga algo con él y termine encariñándose para que después también lo abandone.

◾ ◾ ◾

Christopher hizo lo que pudo para sacar las llaves de la casa de Erick del pantalón de este quien se encontraba dormido en sus brazos. Abrió la puerta y se encontró con las luces apagadas y la sala vacía por lo que supuso la mamá del ojiverde tenía turno de noche otra vez en el hospital.

Se dirigió escaleras arribas con aquel lindo cuerpecito descansando en sus brazos, teniendo la mayor precaución posible para no despertarlo. Encontró su habitación con éxito y no dudó en dejarlo cuidadosamente en la cama para empezar a retirar sus zapatos.

-¿C-Chris?

-Shh, tranquilo.- se acercó con cuidado y apartó los mechones de su adormitada pero bonita cara. -Ya estás en casa.

-¿Como... como llegue hasta aquí?

-Al pareces tienes poderes mágicos y te viniste volando.

-Tonto.- le golpeó el hombro con una sonrisa. -¿Que horas es?

-2:36am, deberías volver a dormir.

-¿Dije o hice algo estupido estando ebrio?

-Mmm no, solo me llamaste guapo 5 veces y trataste de besarme mientras conducía.

-Oh no, por favor cállate.- con las palmas de sus manos ocultó su ya sonrojado rostro de la vergüenza. -¿Como supiste que estaba en la fiesta?

-Tu me llamaste.

-Quiero morirme.

-No creo dejarte morir.

-¿Por que no?

-Porque no hemos follado.- sonrió con descaro.

-Por un momento pensé que era algo lindo pero debí suponer que solo quieres meterte entre mis piernas.

-No es lo único que quiero.

-¿Que más podrías querer, entonces?- lo miro esta vez serio.

-Me gustan las citas.

-¿Piensas tener citas conmigo para después largarte a Londres?

Christopher miro sus verdes ojos para saber si estaba bromeando pero no encontró más que seriedad por lo que solo tragó en seco.

-Bueno... si lo dices así, tal vez no sea una buena idea.- confesó buscando aquella mirada verdosa que se encontraba perdida viendo las sábanas.

-Eso pensé.

-Podríamos divertirnos, sin embargo.

-Claro, sin sentimientos de por medio.

-Sin sentimientos de por medio.- concordó.

El silencio fue un poco largo y solo se escuchaban las respiraciones por partes de ambos hasta que Erick decidió hablar.

-Empiezo a pensar que tienes una novia esperándote en Londres y la estás engañando conmigo.- soltó en un intento de broma para acabar con aquella tensión.

-No he tenido una desde hace mucho tiempo.- se movió un poco en la cama para darle la cara a Erick. -No se me dan las relaciones serias.

-Que novedad.- respondió con sarcasmo. -Lo esperaba viniendo de un tipo como tu.

-¿Ah si? ¿Como es un tipo como yo entonces?

-Narcisista y arrogante, acostumbrado a tener chicas y chicos rendidos a sus pies con solo su físico porque su personalidad puede llegar a ser un poco irritante una vez que lo conoces.

-¡Oye!- se quejó ofendido. -Tengo una muy buena personalidad, no se de que hablas.

-Le gustan las cosas de un rato solamente.- continuó describiéndolo, ignorando su comentario. -Tiene racha de ser todo un hijo de puta que juega con los sentimientos de los demás.

-Nunca haría eso.- dijo serio.

-¿Seguro, Christopher?

Un silencio inundó la habitación mientras ojos mieles y verdes se miraban fijamente.

Sumiso - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora