Lo que nunca fue (Frerard)

Capítulo 9

Lo pensé seriamente, a estas alturas sólo había dos alternativas en mi patética vida: o acabar con todo de una vez, lo cual sería bastante estúpido cuando ya he soportado las peores humillaciones, o aceptar el trato de Adam, ser su puta y tener esa oportunidad de estudiar artes, de ser alguien en esta miserable vida, y sí, opté por la segunda opción, al fin y al cabo ya no tenía nada qué perder, después de esa noche Frank me demostró que no le importo, nunca le importé, que sólo quería una cogida, experimentar que se sentía follarse a Gerard Way, y nada más, nunca me quiso en serio, nunca fui digno de su cariño, lo que tanto soñé, lo que nunca fue, es algo que ya jamás será.

Ni siquiera pude conciliar el sueño después de esa noche con Frank, porque en serio nunca creí que después de haber sido suyo no me marcara, que sólo me quisiera para un rato, que fuese yo un cero a la izquierda, después de haber añorado tanto volver a verlo, después de desear con todas mis fuerzas una vida a su lado, al final nada de eso pudo ser, al final no fui digno de él, y cómo iba a serlo, un triste omega ya usado por otros alfas, era obvio que no me tomaría en serio. Ahora ¿qué me queda?.

Necesitaba ver a Adam, necesitaba decirle que aceptaba ser su puta, que me sacara ya de este pueblo, que me alejara de toda esta miseria. Esperaba que cumpliera su promesa, que a cambio de darle lo que quería, él de igual forma me diera eso que tanto deseaba.

Frank no me buscó, no esperaba que lo hiciera, aunque una parte de mí se aferraba a ese cuento de hadas, a que Frank vendría por mí a salvarme y rescatarme de toda mi miseria.

Por la noche en el bar lo vi, ahí estaba Adam Lazzara, había vuelto, por lo que no esperé más, fui hacia él y le dije de mis planes.

- Adam, acepto ser tu puta – Fue lo que le dije al estar frente a él

- ¿Hablas en serio, Gee precioso?

- Pero con una condición

- ¿Qué es lo que quieres?, ya te dije que lo que quieras a mi lado lo tendrás

- Sólo quiero estudiar

- ¿Estudiar?

- Sí, estudiar artes en Nueva York

- En Nueva York, mmm... - Sólo esperaba que no se arrepintiera – Claro, me hace falta ya cambiar de aires, estoy harto de este pueblucho

- ¿En serio? ¿Y tu omega?

- Tú no te preocupes por eso Gee – Mencionó tomándome de la cintura de forma posesiva – Tú sólo preocúpate por estudiar y por pagarme con ese lindo cuerpecito que tienes – Dijo, apretujando mis nalgas - ¿Cuándo quieres irte?

- Lo más pronto posible – Respondí

- No se diga más, pero sabes... han sido varias semanas sin verte y tengo tantas ganas de ti, mi putita

Realmente no tenía nada de ganas de estar con Adam, nunca las había tenido, ahora menos que nunca, menos después de haber sido de Frank, pero ya había aceptado ser su puta, ¿qué podía hacer? Simplemente resignarme, dejar que hiciera con mi cuerpo lo que quisiera. Adam se incorporó y me tomó del brazo, jalándome consigo al baño, donde me forzaría a tener sexo con él, aunque yo cedería, dejaría que hiciera conmigo lo que quisiera.

Ya nada importaba, nunca a nadie le importé, mi última esperanza se había apagado esa noche en que Frank simplemente me usó como los demás. Si Frank, mi amor eterno, no me quería ¿quién más me iba a querer? Ya no tenía nada, lo había perdido todo, absolutamente todo, por lo que ahora, cediendo ante Adam, esperaba al menos conseguir lograr mi sueño, ser un artista, era lo único que me quedaba, aferrarme a ese pequeño rayo de esperanza.