Capítulo 14

112 10 0
                                    

Desperté y mi lindo omega estaba ahí, entre mis brazos, durmiendo plácidamente con sus mejillas con un intenso color carmín y su negro cabello hecho un remolino. Nunca me había sentido tan completo como esa mañana en que estaba ahí, junto a mí. Gerard comenzó a abrir sus ojos y al verme me dedicó una linda sonrisa, abrazándose más a mí. Realmente esa imagen de Gee despertando a mi lado me estaba poniendo demasiado mal y su olor, descubrí que ese dulce aroma que me embriagaba era mucho más intenso por las mañanas. Necesitaba desnudarlo, acariciarlo, besar todo su cuerpo, hacerlo mío, pero no quería que mi instinto me ganara, por lo que tras darle un casto beso en la frente me puse de pie para ir al baño, necesitaba una ducha con agua helada.

Hubiese deseado quedarme todo el día en la cama con Gerard, simplemente abrazados, mirando algunas películas, sin embargo sabía que sería un día largo, teníamos que ir a la delegación para que Gerard diera su declaración, posteriormente ir por sus cosas. Estaba ansioso de terminar con este caso para llevarlo conmigo a Nueva York y que pudiera superar todo el horror que pasó los últimos años en New Jersey.

Después de desayunar, salimos rumbo a la delegación, Gerard se puso algo de mi ropa, no quería hacerlo, "es tu ropa, Frankie", me dijo, pero yo no iba a dejar que usara más ese incómodo uniforme del bar donde trabajaba, el cual sabía no le agradaba en lo absoluto y además le traía tan malos recuerdos.

En todo el trayecto tomé su mano, lo noté algo nervioso, le cuestioné si quería que lo acompañara en tanto emitía su declaración, respondió que sí. Al bajar del auto Gerard insistía en irse así, caminando, pero no lo iba a dejar, estaba tan lastimado, por lo que lo cargué.

Al estar ahí, emitiendo su declaración, lo pude notar más nervioso que en el trayecto, sujetando tan fuerte mi mano en tanto contaba todo lo que había sufrido en los últimos seis años y fue así que supe todo el dolor que pasó.

Habrían pasado al menos seis meses de que trabajaba en ese bar cuando ese tipo, Adam, le pidió lo acompañara a su auto afuera del bar, Gerard no pudo negarse, temía que aquel sujeto hiciera un escándalo y su jefe se molestara. Sin embargo estando ahí ese tipo lo besó, su "primer beso", contó. Ese imbécil no se conformó con eso, le arrancó sus shorts y su ropa interior y lo arrojó a los asientos traseros del auto. Ahí abusó de él y después, como si fuese una puta, le arrojó algunos billetes y yo sentí tanta maldita rabia e impotencia sólo escuchar aquello.

Después de eso por sugerencia de una de sus amigas Gerard comenzó a tomar pastillas para no quedar embarazado, porque los abusos por parte de ese tipo continuaron. Pero no sólo fue él, hubo otros dos, Bert y Jared, que aprovecharon que Gerard fue a los sanitarios para ahí acorralarlo, desnudarlo de la cintura para abajo y aprovecharse de él.

Gerard empezó a cargar consigo un gas pimienta que usó en todos aquellos que después de eso intentaron abusar de él, sin embargo cuando lo usó con Adam, el tipo fue a quejarse con el dueño del bar e incluso lo reprendió y lo dejó una semana sin paga, por lo que Gerard tuvo que seguir cediendo ante los abusos de ese tipo. Contó que al principio se resistía, pero al final sólo se dejaba hacer, pues sabía que no importaba lo que hiciera, siempre terminaba siendo violado por ese sujeto.

La última vez que pasó, la noche anterior, Gerard contó que se encontró con él en el bar y le dijo que aceptaba su propuesta de sexo a cambio que le pagara sus estudios y yo, yo me sentí como la mierda, porque no fui yo quien desde que lo vi me ofrecí a ayudarlo, porque nunca pensé que su sueño de ser artista fuera tan grande, a tal grado de tener que aceptar ese tipo de vejaciones. El tipo aceptó, sin embargo le dijo a Gerard que debía empezar desde esa noche, Gee simplemente dijo que dejó que Adam hiciera con él lo que quisiera, pues ya estaba acostumbrado y de nada valía resistirse, por lo que se dirigió con Adam al baño, donde éste último cerró con seguro, posteriormente lo desvistió y lo penetró sin contemplación alguna. Gerard dejó que aquel tipo hiciera con él lo que quisiera, hasta que abrí la puerta de esos sucios sanitarios y lo encontré ahí con ese sujeto utilizándolo, como si fuera un objeto.

Gerard estuvo bastante tenso tras rendir su declaración.

Una vez en el auto y antes de arrancar tome su mano, Gerard me miraba con esos hermosos ojos verdes y sólo pude preguntarme cómo hice para sobrevivir todos estos años sin verlos, no podría más estar lejos de él.

- Perdóname Gee – Gerard me miraba un tanto desconcertado, tratando de descifrar por qué me disculpaba con él – Perdóname por todo Gee, por tardar tanto en volver por ti y por cómo te traté a mi regreso, no merecías que yo me portara contigo como todos esos imbéciles que abusaron de ti – Gerard dejó de mirarme, intentó hablar, por lo que lo tomé de la barbilla para que me mirará a los ojos.

- Gee, te amo y... quería buscar un momento especial para hacer esto, pero me muero porque me digas que sí – Le mencioné, sacando del bolsillo de mi pantalón la pequeña caja de terciopelo, abriéndola y dejando ver un anillo de oro blanco, fue lo mejor que pude encontrar en Jersey, pero sin duda no le hace justicia a la belleza de mi Gerard.

Gerard se quedó mirándome y noté como sus ojitos comenzaron a cristalizarse, mientras que una sonrisa se dibujaba en su linda carita.

- ¿Quieres casarte conmigo, Gee? - Gerard sólo me miró y asintió con una genuina sonrisa en su rostro, para después rodearme con sus brazos

- Sí quiero, Frankie – Me dijo al oído. Nos separamos, nos miramos, tomé su mano y le coloqué el anillo y entonces nos fundimos en un dulce beso

- Te prometo que llegando a Nueva York te conseguiré uno mejor – Mencioné, tomando su mano, donde acababa de colocar el anillo

- Qué dices Frankie. Es perfecto

Nos volvemos a besar y posteriormente encendí el carro. Lo único que puedo pensar es que quiero llevarme ya mismo a Gerard de New Jersey, quiero que empecemos una nueva vida juntos, muero porque sea mi esposo, ansío marcarlo ya y que sea mi omega, sólo mío.  

Lo que nunca fue (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora