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- Capitulo 21 -

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{ Narradora }

ya era la mañana del día siguiente, los rayos de sol golpeaban el rostro de un dormido de un rubio que dormía tranquilamente pero estos le comenzaron a molestar, se dió vuelta para evitar que lo sigan molestando pero un fuerte dolor de cabeza le hizo imposible volver a conciliar el sueño.

- ay mi cabeza, ¿cuánto abra tomado a noche? - murmuró aether mientras colocaba una de sus manos en su frente - espero que no haya hecho algo pendejo está vez - volvió a murmurar.

También teniendo el fugaz recuerdo de la última vez que tomo en compañía del peliazul, digamos que esa noche, casi le parten la jeta por andar peleando, kaeya tuvo que pagar dos sillas y el recibió el golpe que le iban a dar al rubio, fue una noche loca y llena de trompadas.

pero dejando eso de lado, el rubio se semisento en la cama, y se estiró un poco aunque el dolor que sentía en su cabeza a penas le dejaba estar calmo, en eso miro todo a su alrededor, le parecía conocido el lugar pero a la vez queria pensar que estaba en el departamento de su amigo del parche porque su hermana obviamente no les iba a abrir en plena noche porque eso arruinaría su sueño reparador de belleza.

En palabras del rubio, el se arreglaba bien pero tampoco se iba a complicar la vida como lo hacía su hermana con tanto maquillaje, cremas y toda la cosa, el ya tenía un encanto natural y una piel suave que envidiaban todas sus amigas y su hermana y ni se diga de los tacones, en el lucían mucho mejor que en ellas, obviamente en base a su opinión.

Eso sí es tener un amor propio
Y autoestima hasta el cielo

- espero que kaeya tenga pastillas para la resaca - comento en voz baja y se levantó de la cama.

Pobrecito, si supiera que con la persona que posiblemente se encuentre no es el peliazul, sino otra persona, le va a dar algo, preparen las fantas marca paimon, esto será intenso.

De vuelta con el rubio, tomó sus tacones que estaban en el suelo, ni se molestó en acomodarse el cabello, la verdad tenerlo algo suelto como lo tenía en ese momento no le haría mal o eso pensó, total se le veía bien, aunque le gustaría recordar cómo había llegado a aquel departamento o como lo llevo el peliazul.

No recordaba nada
de la noche anterior.

Camino hacia la puerta de la habitación y la abrió, y camino por el pasillo que había que caminar para llegar a la cocina, aunque le parecía medio raro el lugar, no recordaba que el departamento de su amigo se viera de esa forma.

llegó al comedor, seguía resultandole raro el lugar y algo familiar pero decidió ignorar el hecho y caminar hasta la cocina, de tanta resaca le había entrado hambre, así que a saltaría la heladera de su "amigo" y comería algo, cuando abrió el aparato, le pareció raro que estuviera lleno de comida.

dos jotos, un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora