It's a good morning Mr. Garfield

Nosotros mismos... y alguien más

A penas me calzaba las medias para cuando llegó Andrew. Oí el timbre desde mi habitación. Aún tenía el cabello algo húmedo.

Tomé mi celular y le escribí:

Dame un minuto más, ya voy.

Me puse los zapatos y me lavé los dientes, sequé mi cabello con el secador, por tres minutos y luego me maquillé.

Iba con unos botines, medias hasta la rodilla, una falda, una blusa y un abrigo por encima. Había decidido dejar mi cabello suelto y opté por un maquillaje ligero.

Bajé corriendo por las escaleras.

Salí de la casa despidiéndome de mi padre gritándole un "chao", no se si me escuchó, sólo salí retomando mi caminata normal. Entré a su camioneta.

-Siento la tardanza, no estaba lista.-Dije apretando los dientes.

Acto seguido me acerqué para saludarlo con un beso.

-Está bien, te ves muy bien.

-Alguien que deja una rosa y una tarjeta, no dice "te ves muy bien".-Repliqué sonriendo de medio lado.

-Se ve usted maravillosa, su majestad, deslumbrante, deleita el ambiente tan sólo con su presencia.-Dijo él.

Yo reí.

-Está mejor, lo apruebo. Ahora ¡en marcha!

Andrew arrancó. Unos minutos más tarde dijo:

-Sé que probablemente la rosa te haya parecido algo cliché y tonto pero...

-Las tarjetas cliché no hablan de comer hamburguesas y las hamburguesas mandan.-Respondí yo.

Él sonrió.

-Por cierto, ¿estás segura de querer ir a comer hamburguesas? ¿No querrás más bien... sushi?

-Como sea, decide tú.-Respondí, aunque la verdad si tenía ganas de sushi.

-Lo que tú quieras, Is.

-Mm... No sé... tienes que adivinar.

-¿Empieza por s y termina por "ushi"?

-¡Sí!

Hablamos un rato antes de llegar al restaurante, Andrew en un momento, sacando el tema de la nada, dijo, levantando una ceja y sonriendo como si quisiera contener una risita:

-Así que Bobby, ¿eh?

-¿Bobby?-Pregunté confundida.

-¿No te acuerdas?

Uh, no. No recordaba ningún Bobby. Me estaba confundiendo. Él vió mi cara y rió.

-¿Aún crees que mi trasero tiene pinta de Bobby?-Preguntó notando que no comprendía.

Recordé el otro día, que me había parecido que así lucía su trasero, ¿pero cómo sabía él eso? No recordaba habérselo dicho, es decir, estando cuerda y con un poco de sentido común no se lo hubiese dicho. Aún así me sonrojé de la vergüenza y le pregunté:

-¿De.. de donde sacas eso?

Él soltó una carcajada.

-Me lo dijo un pajarito... Un pajarito algo... Ebrio.

-¡No me jodas!-Exclamé cubriendo mi rostro con mis manos mientras Andrew se reía de mi.-Recuérdame no embriagarme cuando tu sigues sobrio.

Sin embargo, ahora lo recordaba, recordaba cuando se lo había dicho antes de que saliera de mi habitación. Su trasero es un jodido Bobby, no puede tener otro nombre sino ese, eso pensé y me pareció tan natural decírselo que lo hice. ¿Qué mierda pasa conmigo? Empecé a soltar pequeñas risitas de pena, mientras mi rostro era un tomate en todas sus formas.