It's a good morning Mr. Garfield

Viernes

Ya era viernes, por fin. El fin de semana. Nada de clases. Nada de oír las irritantes voces de los profesores y de las insoportables chicas del instituto. Sólo descansar... Y divertirse , ¿por qué no?

Eran las 3:30 pm y Andrew llegaría a las 7:00, de ahí iríamos a ver una pelicula en el cine.

Me acosté en mi cama y me puse a pensar, en un poco de todo. Y así, pensando, me dormí.

Me despertó un nuevo mensaje en mi celular.

No, no era un mensaje. Era el timbre.

Abro los ojos lentamente y miro hacia el techo.

Luego recuerdo. Andrew, la película.

Mierda.

Me levanté de la cama de un salto y me dí cuenta de que ya estaba oscuro afuera.

Mierda.

Eran las 7:15 pm.

Mier-da.

Me acerqué a la puerta y grité:

-¡Ya voy! ¡Un segundo!

Se me subió la adrenalina, corrí al baño y me duché lo más rápido posible. Salí del baño un una toalla cubriendo mitad de mi cuerpo para alcanzar mi ropa, me vestí rápidamente (si es que una chica se puede vestir rápidamente), estaba secando mi cabello mientras lavaba mis dientes y me arreglaba para parecer una persona decente. Sólo me maquillé un poco. Base y un leve delineador, como siempre.

-¡Ya voy!

Grité desde mi cuarto. Mientras salía de mi habitación, tropecé con el cable del secador de cabello y caí al piso. Soy muy, muy torpe.

Mientras me acercaba a la entrada, noté que había una nota sobre la mesa de la cocina.

"Claire me invitó a su casa a cenar, Harold vino conmigo. Nos vemos en la mañana, tal vez llegue tarde. -Mamá".

Eso decía. En otras palabras: No habría nadie en casa durante toda la noche.

Torpemente llego a la puerta y la abro.

Del otro lado estaba Andrew con una sonrisa en el rostro, vistiendo una polo color vinotinto, una chaqueta, jeans y Converse.

No pude evitar sonreír.

-Disculpa la demora.-Dije con la respiración acelerada.

-No hay problema, señorita Harrison.- Me dijo.

-Buenas noches, Sr. Garfield. -Respondí siguiéndole el juego.

-¿Sería usted tan amable de dejarme pasar, bella dama?

-Oh, por supuesto caballero, pase usted. Siéntase como en casa.

-Lo haré con su permiso, señorita. -Me dijo Andrew como haciendo una reverencia. Luego agregó, en un tono normal:-Oye, hay un problema. Hay un tráfico terrible, está lloviendo a cantarros y ya se nos hizo algo tarde para el cine. ¿Aún quieres ir?

Mierda, por milésima vez en el día.

Vacilé antes de responder.

-Tienes razón... Podemos hacer otra cosa entonces, no sé, ir a otra parte. O ver películas en casa, lo cual sería mucho más cómodo.

No puedo creer que me haya arriesgado a decir eso. ¿Peliculas en casa? ¿Estando solos? Eso suena a algo más que "películas en casa". Esperé que no lo hubiera interpretado de otra forma. No quería hacer eso ese día, ni en ese lugar. Simplemente ese no era el momento.