Algo de qué huir

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"Mi madre está desaparecida", repetí.

Era mi culpa. Sí, era mi culpa. Yo sabía lo que estaba mal con Harold. Yo vivía con ellos. Yo sabía que no terminaría bien. Y no sucedió todo de pronto, no, sucedieron muchas cosas antes de esto, muchos incidentes y aún así no dije nada. No le dije a mis hermanos, ni a mi padre, ni a la policía. No lo hice.

Empecé a llorar, cada segundo más desesperada.

Ahora no podía saber donde estaba o qué había pasado con ella, ¡podía haber sido cualquier cosa! ¡cualquier cosa!

-¡¿Por qué soy tan malditamente tonta?! ¡¿Por qué?!-Me repetía a mi misma mientras me golpeaba la frente con la palma de mi mano.

A un cierto punto fuí al baño a secarme las lágrimas y lavarme la cara. No podía quedarme ahí llorando sin hacer nada, no podía seguir haciendo eso.

Salí del hospital y tomé un taxi hasta la estación de policía. Cuando llegué me hice identificar como la hija de una desaparecida y pregunté por mi madre. La información era la misma que me había dado Meredith, ni más, ni menos. Pero yo sí tenía algo que decir.

-No lo entienden, es algo de suma importancia. Ha-harold, el compañero de mi madre, é-él, Harold McClint es alcohólico, es adicto a las bebidas alcohólicas, él maltrata a mi madre, la golpea, yo he visto los golpes que le ha dejado en el rostro o en los brazos. ¡Yo los he visto! Por favor, por favor tienen que encontrarla.-Dije con desesperación.

Los dos oficiales que me estaban escuchando, se miraron el uno al otro. Era extraño, no parecían sorprendidos, tenían ese aire que tienen los policías en las películas de tener todo bajo control.

-¿Por qué no lo dijo antes? ¿Por qué no lo denunció usted? ¿Le contó a alguien más de esto?-Me preguntó el oficial más alto.

Callé, los miré sorprendida y luego, con un sollozo:

-Yo...No lo sé... ella me dijo que no lo hiciera... y yo... no pensé qué podría pasar... yo...-Dije entre lágrimas.

El oficial más bajo me ofreció un pañuelo y dijo:

-Ya lo sabíamos, lo de los problemas que Harold McClint tiene con el alcohol y el maltrato de su parte hacia tu madre fué algo que reportó ella misma por teléfono ayer a las 7:30pm. No volvió a contestar el teléfono, y su casa estaba vacía y desordenada en cuanto llegamos. Preocuparse no le será de ayuda jovencita, tranquilicese y espere calmada. Puede tomarse un té en la cafetería mientras tanto.

Asentí y les agradecí. Tomé asiento porque me sentía demasiado agotada para estar en pie.

Ahora era diferente. Ella había hecho la denuncia, había dicho la verdad. Yo hubiese podido hacerla antes o hubiese podido avisarle a mis hermanos, o a mi padre y no había hecho nada. Mi madre dijo la verdad y probablemente la oyó Harold o lo descubrió de alguna manera y quien sabe que le habría hecho, quien sabe que sería de mi madre en este momento. Se me pasaron las ideas más terrificantes por la mente y así pasó el tiempo, quizás dos horas antes de decidir que tal vez un té no sería mala idea para calmar un poco mis nervios.

Llamé al hospital para saber como estaba Andrew y me respondieron de forma positiva. Quería que estuviera conmigo en ese momento, con él siempre me sentía más segura. Pero no estaba segura acerca de nada.

Suspiré y cuando levanté los ojos ví a mi padre dirigiéndose hacia mí.

Hablamos un poco, yo le confesé que ya sabía los problemas que habían en casa de mi madre y le conté todo. No me dijo que estaba mal o bien, es mas no dijo casi nada, pero veía en sus ojos una profunda preocupación.

It's a good morning Mr. GarfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora