Ya había pasado algunos meses desde que Andrew y yo empezamos a estar juntos. Había pasado muchas cosas desde entonces, por ejemplo: me gradué del colegio. Ya se había terminado, no volvería a levantarme temprano para verle la cara a todas esas insoportables personas que sólo pensaban en sí mismos y lo único que causaban en tu vida era presión, presión y presión. Del instituto sólo que me quedaba con lo bueno: ciertos recuerdos, conocimientos básicos y mis amigos. Andrew siempre me decía que algún día iba a extrañar los días de la escuela, pero yo no opinaba lo mismo.
Habían llegado las vacaciones y por primera vez organicé mis planes para todo el verano. Cada semana tenía algo que hacer, conocer algún lugar, salir con Andrew, ir al cine, jugar juegos de rol con Chris, o comer con Juliet y alguna amiga de ella. Incluso había encontrado trabajo algunos viernes por la noche cuidando niños, mientras sus padres salían a divertirse.
Además, logré entrar en una universidad local, no demasiado prestigiosa, pero de buen nivel. Finalmente me decidí por periodismo.
Mi relación con Andrew marchaba de forma maravillosa, o al menos esa era la impresión que tenía, pues a pesar de que dejábamos que las cosas marcharan con calma, cada día era un proceso de conocer un poco más del otro, ya sea cuando nos sentábamos en un escalón de las escaleras a conversar acerca de nuestras vidas, o las tardes que pasábamos exclusivamente hablando de libros, asignando y recomendándonos unos cuantos el uno al otro, cuando salíamos a comer, paseando en auto, o simplemente caminando y bromeando sobre banalidades por las calles de la ciudad. Algunos dicen que hay algo positivo en no conocer realmente a las personas, pues cuando no lo haces, para ti, esa persona puede ser cualquier cosa que tú imagines, sin verdades, ni limitaciones. Pero la verdad es que, aunque esas verdades y limitaciones se hacen concretas a medida de que vas conociendo a una persona y estas moldean su carácter, su forma de pensar y de ser, e incluso puede que algunas de ellas no te agraden mucho, o puedes no compartirlas, pero con ciertas personas, conocer a alguien puede ser algo increíble y maravilloso, en algunas ocasiones puede convertirse en todo un arte, porque en ellos hay tantas cosas, tantos aspectos que difícilmente se pueden resumir en unas líneas, o en un libro entero, tantas características que parece que nunca vas a terminar de conocer o comprender, y eso es algo absolutamente espléndido. Al menos eso era lo que sentía con Andrew.
En fin, todo marchaba muy bien, incluso Harold no había vuelto a golpear a mi madre, o por lo menos eso creía.
***
Desperté de un sueño de pronto, como si sintiera que sucedía algo. Miré a mi alrededor.
No tenía idea de dónde me encontraba.
Estaba entre cuatro paredes violetas y blancas, en una cama llena de almohadas y peluches, aunque la mayoría yacían en el piso.
De pronto escucho una voz familiar que me dice: "¡Bienvenida a Summerland!" y siento algo que cae sobre mi cabeza y en un dos por tres, estaba empapada a causa de agua helada.
Me estremecí y volteo confundida, veo a Juliet con un recipiente vacío en la mano, riéndo fuertemente.
Entonces mi mente reaccionó: me encontraba en casa de Juliet, había pasado la noche viendo películas con ella.
Tomé la almohada gritando y corrí persiguiéndola para golpearla con ésta.
-¡Juliet Martin!-Exclamé con furia.
Ella estaba riendo mientras corría, huyendo del monstruo que surge en mí cada vez que me despiertan violentamente.
La iba a matar.
La desgraciada corrió hasta la sala, donde estaban esperando tranquilamente, sentados en el sofá, Andrew, Chris, Shannon y Jake. Soltaron una fuerte carcajada al verme persiguiendo a Juliet con una almohada en la mano derecha, vistiendo una pijama de conejitos (Juliet me la había prestado, ¿está bien?), mojada y con el cabello hecho un desastre. Aún así eso no me detuvo, lancé un grito de guerra y le salté encima a Juliet, tumbándola al suelo. Caí sobre ella y empecé a llenarla de almohadazos. Ella estaba muriendo de risa.
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It's a good morning Mr. Garfield
RandomLondres, 2004. Isabel desea algo más grande que ella misma y Andrew está a la expectativa del mundo, queriendo atraparlo todo entre sus dos manos. Dos personas comunes que llevan vidas diferentes. ¿Qué pasa cuando se unen? ¿Cuando se entrelazan los...