*Capítulo 25*

126 6 1
                                    

Nicholas y yo llevábamos horas saludando a los invitados y comenzaba a saturarme de conocer a tanta gente tan rápido. Además, todas las conversaciones eran iguales. Primero, me felicitaban por ser la nueva reina y me halagaban de diferentes formas y luego, centraban toda su atención en Nicholas y hablaban de temas que yo no lograba comprender. La verdad, me sentía fuera de lugar. Por suerte, Nicholas se mantuvo a mi lado durante toda la fiesta.

-Voy a saludar a Dante.-le susurré a Nicholas, él asintió y siguió hablando de negocios con un señor que no había visto en mi vida. Caminé hacia Dante que se encontraba en la barra tomando una copa.

-Hola.-saludé mientras suspirando me sentaba a su lado.

-Hola, niña. ¿O ahora debería decir reina?-sonrió divertido.

-Ni se te ocurra, prefiero que me sigas llamando niña.-Él rió

-¿Qué es?-pregunté señalando su copa

-Whiskey. ¿Quieres?-asentí y tomé de un trago todo lo que quedaba en el vaso. Por lo general, no me gustaba el sabor del alcohol pero en una noche como esta lo necesitaba para calmar mis nervios. Por lo que mientras charlaba con Dante, decidí tomarme otra copa más.

-Hay demasiada gente.-comenté

-Es lo habitual, tendrás que acostumbrarte.

-No me gusta estar rodeada de vampiros, me incomodan.

-¿Yo te incomodo?-preguntó divertido.

-Ya sabes que no, yo sé que tu no tienes ganas de matarme.

-Yo no estaría tan segura, niña.-reímos los dos por su comentario y luego Dante añadió.-Mientras estés en este castillo no te pasará nada, nadie se atreverá a ponerte un dedo encima. Además, mi trabajo es mantenerte a salvo y créeme que no te he quitado los ojos de encima en toda la noche.

No sé si fue el alcohol o las palabras que había usado pero me puse algo nerviosa. Me toqué el cabello incómoda y Dante no parecía darle importancia a lo que acababa de decir. Definitivamente, había exagerado sus palabras.

-Parece que la fiesta se está acabando, deberías volver con Nicholas.-dijo tranquilo y yo asentí y busqué a Nicholas quien se encontraba en el centro de la sala despidiendo a los invitados. Me acerqué a él y le agarré de la mano. Él me miró durante un segundo.

"¿Estás cansada?" escuché su voz en mi mente.

"Si, los tacones me están matando" respondí mientras seguía sonriendo a los invitados en señal de despedida.

"¿Te he dicho ya que estás preciosa?" al escuchar sus palabras no pude evitar sonrojarme y él soltó una pequeña risa por mi reacción.

-Nicholas, gracias por la invitación. Nos veremos pronto para hablar de negocios.-dijo el próximo hombre que vino a despedirse. Lo miré con curiosidad, parecía joven en comparación con los hombres con los que Nicholas hablaba de negocios. Su pelo era muy oscuro y sus ojos eran anaranjados.

-Hasta pronto, Paul. -justo antes de que ese tal Paul se fuera posó su mirada en mi, mas concretamente en el collar que se encontraba en mi pecho.

-Es un collar precioso, le queda muy bien.-comentó el tal Paul. Parecía que no había pensado mucho lo que decía ya que hasta ahora ningún invitado me había halagado tan informalmente.

-Gracias.-contesté un poco tímida y extrañada a la vez.

Paul se fue y miré a Nicholas. Podía sentir perfectamente sus celos e incluso enfado y seguramente, él había podido notar mi vergüenza al escuchar ese halago. No estaba acostumbrada a tratar con tanta gente y mucho menos aún a que hombres apuestos me halagaran.

Secuestrada Por El AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora