*Capítulo 8*

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Desperté al oír unos pasos en la habitacion. Abrí lentamente los ojos y me di cuenta de que era Nicholas. Estaba poniéndose una corbata mientras se miraba en el espejo. No tenía ganas de hablar con él por lo que me tumbé en la cama y fingí estar dormida.

-Violet, sé que estás despierta.-suspiré frustrada. Nicholas sabía todo, absolutamente todo, y eso me confirmaba que aunque no quisiera admitirlo, Nicholas siempre tenía todo controlado. No había manera de engañarlo en nada. Siempre iba un paso más que el resto.

-Me iré de viaje. No tardaré mucho, seguramente mañana esté de vuelta.-me informó.-No quiero que hagas ninguna estupidez. ¿Entendido?

-Sí...-susurré aunque obviamente él me había oído. Hubo un rato de silencio. Él estaba organizando algunos papeles que tenía en su escritorio y yo seguía pensando en lo que me acababa de decir.

-Nicholas.-lo llamé y él se dio la vuelta al instante. Miré su rostro y claramente algo de lo que había dicho no había sido de su agrado.

-No recuerdo haberte dicho que podías llamarme así.

-¿Y cómo quieres que te llame? ¿Alpha?-pregunté con una risa irónica.-No tiene sentido que te llame así ya que según tus planes, pronto seré la Luna del reino.-él tardó un rato en responder.

-Está bien.-creo que era la primera vez que Nicholas me daba la razón en algo. Increíble.

-Solo quería saber si en tu ausencia podré salir de la habitación.

-No. Te quedarás aquí hasta que yo vuelva. No quiero que salgas de esta habitación bajo ningún concepto.-asentí decepcionada por su respuesta ya que tenía la esperanza de que me dijera que sí.-Sé que te gusta dibujar. Mandaré que traigan lapices y pinturas.-levanté mi cabeza al escuchar sus palabras. ¿A caso Nicholas estaba siendo amable? Inconscientemente, sonreí. Él me miró y luego se fue de la habitación.

Me puse a pensar y llegué a la conclusión de que podría utilizar la ausencia de Nicholas para intentar escapar. Sin embargo, sería muy complicado ya que la mansión estaba rodeada por vampiros que vigilaban absolutamente todo. Quizás sería mejor intentar llamar por teléfono. Sí, sería mucho más fácil. ¡Podría llamar a John!  ¡Él me sacaría de aquí! 

-Señorita Violet, ¿Puedo pasar?-esa era la voz de Wendy quien se encargaba de limpiar la habitación y de traerme la comida. Se podría decir que es la única persona que me caía bien en este lugar a parte de Elina y gracias a dios, ella  era una humana. 

-¡Sí!-grité para que me oyera mientras salía rápidamente de la cama.

-Le traigo la comida, señorita Violet.

-Gracias, Wendy. ¿Pero cuántas veces te tengo que pedir que no me llames así? Me haces sentir muy mayor.-ella rió.

-Lo siento pero debo llamarla así. Pronto será la nueva Luna del reino.

No lo creo

Wendy me entregó el desayuno y justo antes de que se fuera, puse mi plan en marcha.

-Wendy.-la llamé.

-Dígame, señorita Violet.-rodé los ojos por sus palabras y ella rió. Al parecer no había nada que yo pudiera hacer para que me dejase de llamar así.

-¿Hay alguna manera para que pueda contactar con Nicholas?

-Lamento decirle que no. El Alpha está en una reunión muy importante y no podrá hablar con él hasta que regrese. ¿Ocurre algo? Quizá yo pueda ayudarla.

-No, es solo que me dijo que le llamase si me encontraba mal.

-¿Qué le pasa? ¿Le duele algo?-no me gustaba ver a Wendy tan preocupada por mí cuando todo era una mentira.

-No es nada grabe, Wendy. Ya sabes, él me mordió y como mi sangre es especial me dijo que mi cuerpo reaccionaría diferente a lo habitual. Es por eso, que me dijo que si me sentía mal le llamase.

-¿Quiere que llame al doctor?

-No es necesario. Prefiero hablar con Nicholas y esperar un rato más para ver si me recupero.

-Está bien. Le traeré un teléfono.-Wendy estaba tan preocuoada por mí que ni siquiera dudó en mi palabra. Hizo exactamente lo que pedí sin pensar que podía estar intentando escapar.

Como ella dijo, inmediatamente trajo un teléfono. Le pedí que me dejara sola ya que era una conversación privada y ella obedeció. Me sentía mal por Wendy. Lo último que quería era que Nicholas le hiciese algo por mi culpa. Para evitar que eso pasara, tenía que ser muy cuidadosa ya que los vampiros que andaban por la casa podían escuchar la conversación. Llamé a John y tras un rato, respondió.

-¿Hola?

-Hola, Nicholas.

-Perdone pero creo que se ha equivocado de...

-¿Puedes hablar?

-¿Violet? ¿Violet, eres tú?

-Sí, estoy bien. Es solo que me duele un poco la herida y pensé que querrías saberlo.

-¡Dios mío Violet! Me tenías muy preocupado. ¿Ese maldito te mordió?

-Sí, pero no te preocupes.

-¿¡Qué no me preocupe?! ¿Dónde estás? Te sacaré de allí.

-Sigo en tú habitación.

-Eso quiere decir que te tiene encerrada en su palacio. Bien, no será fácil sacarte de allí pero lo intentaré. Tienes que aguantar. ¿Me oíste? Eres una mujer fuerte, sé que podrás hacerlo.

-No tardes.-intenté reprimir mis lágrimas con todas mis fuerzas.

-No lo haré. Iré a buscarte. Lo prometo.-después de eso, colgué la llamada. Un nudo se formó en mi garganta y dejé que las lágrimas que antes reprimía cayeran. El hecho de oír la voz preocupada de John  y de no poder decirle que lo extrañaba me entristecía.

Yo solo quería volver a mi antigua vida. Con mi tía y John. Sin embargo, eso no era posible. Estaba encerrada en una habitación que se encontraba en un palacio lleno de vampiros. Y lo más preocupante de todo era Nicholas. Él era capaz de todo. Y si se enteraba de mi plan....me mataría.


¡¡Hola a todos!!!

No suelo dejar ningún comentario en la novela porque prefiero que leáis sin interrupciones. Sin embargo, en esta ocasión, me gustaría pediros que si estáis disfrutando la novela dejéis comentarios y votéis. Esta es mi primera novela y me ayudaría mucho saber si os está gustando o no.

Muchas gracias

¡Os dejo leer! 

Secuestrada Por El AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora