*Capítulo 6*

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Me desperté por la luz que entraba por la ventana. Abrí lentamente mis ojos y estiré mis brazos y piernas. Había dormido realmente bien. De hecho, hacía mucho que no dormía así de bien. Me moví un poco mientras me mentalizaba para levantarme. De pronto, me di cuenta de que no me encontraba en el sofá en el cual me acosté anoche. Me erguí rápidamente con el fin de averiguar donde me encontraba.

Al principio, me relajé al darme cuenta de que estaba en la habitación del Alpha. Sin embargo, mi segunda reacción fue muy distinta ya que me percaté de que me encontraba en su cama. Por suerte, Nicholas no estaba aquí y eso me tranquilizaba. Intenté recordar como había acabado aquí y llegué a la conclusión que la única explicación era que Nicholas me había puesto aquí. Mi segunda teoría era que soy sonámbula.

Después de rodar por la cama como una niña, me dirigí a la ducha. Tras una ducha larga me vestí con la ropa que Nicholas había dejado para mí. Sin duda, a Nicholad le gustaba que todo estuviera como él lo había planeado. Era demasiado estricto y controlador. Aparte de ser idiota, claro.

Oí como alguien abría la puerta con llave. Deseaba que fuera Elina pero para mi desgracia, fue Nicholas quien entró a la habitación.

-Tenemos qur hablar.-eso no sonaba bien...

-¿De qué?-contesté intentando no sonar nuy nerviosa.

-De anoche. ¿Te dije que debías de dormir en la cama?

-Sí...

-¿Lo hiciste?

-No.

-¿Por qué?- podía notar en su tono de voz como su enfado iba creciendo. Dudé un rato en responderle o no. Tenía ganas de gritarle y de mandarle a la mierda pero sabía que eso me traería consecuencias. Sin embargo, no pude controlarme. Yo tenía muchos más motivos que él para estar enfadada y no era justo que me tratase así.

-¡Porque no quise! ¿¡Quién quiere dormir con su secuestrador?! ¡Nadie! No todo tiene que ser como tú quieres o hayas planeado. No puedes controlar todo y no dejaré que me controles a mí.-esperé nerviosa su reacción. Aunque quisiera hacerme la valiente Nicholas era mucho más fuerte que yo y podía hacerme mucho daño.

En menos de un segundo, Nicholas me había agarrado del cuello y me había arrinconado en la pared. El golpe con la firme pared fue mas doloroso de lo que esperaba.

-Estás muy equivocada, Violet. Puedo hacer contigo lo que quiera siempre y cuando sigas con vida. Puedo controlar absolutamente todo porque este es MI reino. Y lamentablemente, tú no puedes hacer nada.-pensaba que me iba a gritar pero para mi sorpresa, utilizó un tono se voz tranquilo pero a la vez lleno de ira.

La mano de Nicholas impedía que el aire llegara a mis pulmones y me estaba haciendo mucho daño. La verdad, me estaba arrepintiendo de lo que había dicho y de como lo había dicho. Como bien había dicho Nicholas, él tenía todo el poder y yo solo era una humana con ojos violetas y sangre mágica. No obstante, ya no había vuelta atrás y debía salir de esta.

-Suéltame...me estás lastimado.

-¿Cuántos días llevas aquí, Violet?

-Nueve...

-¿Sabes cuanto tarda la verbena en disolverse?-preguntó con una sonrisa mientras apartaba mi pelo hacía un lado.

-N-no lo hagas...-él rió.

-¿Por qué no? Me servirá para dos cosas. Por un lado para alimentarme y la verdad, estoy muerto de hambre. Y por otro lado, te enseñaré quien manda aquí.

-Ya lo he entendido, por favor...-me estaba poniendo muy nerviosa y mis ojos se estaban empezando a llenar de lágrimas.

-Demasiado tarde.-hundió su cabeza en mi cuello y para mi sorpresa, no repitió los pasos de la última vez. En su lugar, clavó sus colmillos con mucha brusquedad. Desgarró mi vena rápidamente y comenzó a beber mi sangre. Grité del dolor. Era lo más doloroso que había experimentado jamás. Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas e intenté moverme aunque no sirvió de nada.

No sé cuanto tiempo pasó hasta que Nicholas por fín se separó de mí.  Sus ojos estaban rojos y su respiración estaba agitada. Puse mi mano en mi cuello y me di cuenta de que Nicholas no había cerrado la herida. Todavía sangraba mucho y dolía una barbaridad.

-Espero que hayas aprendido la lección. La próxima vez no será tan doloroso si te portas bien. Sin embargo, si me vuelves a contestar en ese tono, no dudes que tu castigo será mucho peor que este. Cuando vuelva, quiero que estés dormida en la cama. ¿Entendido?

-S-Sí...-contesté entre lágrimas. Nicholas se dirigió a la puerta con intención de irse.-Espera...-se giró hacía mí. -¿N-no vas a curarme?

-No.

Dicho eso Nicholas se fue y me quedé sola en la habitación. No pude evitar volver a llorar. No sabía como curar la herida y cada vez estaba más nerviosa. Decidí ir al baño y buscar unas toallas. Cuando las encontré, presioné fuertemente con la intención de cerrarla.

Mientras estaba sentada en el baño del suelo con lágrimas todavía en mis mejillas, llegué a una conclusión: debía escapar de aquí cuanto antes. Y no pararía hasta conseguirlo.




Secuestrada Por El AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora