*Capítulo 11*

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Todo paso muy rápido. En un segundo, Nicholas había torcido el cuello del odioso vampiro dejándolo muerto. Un grito ahogado salió de mi garganta mientras más lágrimas caían por mis mejillas.

El vampiro estaba tirado en el suelo y no se movía. ¡Nicholas lo había matado! Llevé una mano a mi boca para acallar un sollozo. Intenté alejarme lo máximo posible de aquella escena hasta que mi espalda chocó con la pared.

Nicholas me miró y no pude descifrar lo que había en su mirada. Diría que estaba preocupado a la vez que enfadado. Su mandíbula estaba muy marcada por la presión que él mismo estaba haciendo y sus manos estaban cerradas en un puño.

En estos momentos, también temía a Nicholas. Puede que estuviera enfadado conmigo por llegar tan tarde y me culpadara de lo que acababa de pasar.

-¿Estás bien?-me preguntó mientras se acercaba un poco a mí pero cuando vió que yo me alejaba dejó de caminar. Yo solo asentí no tenía voz después de lo que acababade ocurrir.

-Vamos.-dijo mientras me extendía su mano. No muy segura y con cierto miedo, la agarré y lo seguí hasta la habitación. Puede sonar extraño pero cuando Nicholas me tendió su mano me sentí mucho más tranquila. Incluso más segura.

Cuando entramos a la habitación yo me senté en la cama mientras Nicholas andaba de un lado para otro algo nervioso.

-¡Joder!-gritó nervioso y yo pegué un pequeño salto. -¿Dónde estuviste?-sabía que antes o después iba a preguntarmelo y temía su reacción.

-En la biblioteca. Sé que no debí quedarme tanto tiempo pero no me dí cuenta de la hora que era. Yo...lo siento. Es culpa mía lo que acaba de ocurrir.-miré a Nicholas atentamente mientras esperaba su respuesta con algo de nerviosismo. Él parecía sorprendido por mis palabras y en cierto modo parecía desconcertado.

-Esto no es tu culpa, Violet.-me miró fijo a los ojos y luego se sentó en la cama y sujetó su cabeza con sus manos en signo de frustración.-Es mi culpa.

-¿Qué?-pregunté atónita.

-Debí haberte presentado como futura Luna hace tiempo. Esto no hubiera ocurrido si todo el reino supiera quien eres. Nadie se hubiera atrevido a ponerte un dedo encima.-me quedé sorprendida por sus palabras. Obviamente ya sabía cuales eran sus planes desde el primer momento que llegué aquí y como era lógico, seguían sin agradarme. Sin embargo, lo que me sorprendió fue su sentimiento de culpa y responsabilidad. Pensaba que él iba a culparme a mí de lo ocurrido. No esperaba esta reacción para nada.

-No fue tu culpa. Además, tú fuiste quien me ayudó.-levantó su mirada y por unos instantes nos quedamos mirando uno al otro hasta que finalmente Nicholas volvió a hablar.

-¿Te hizo daño?-negué con la cabeza.-Déjame ver.-se acercó un poco más a mí y giró mi rostro para poder ver mi cuello. Luego hizo lo mismo con el lado izquierdo. El contacto de su piel con la mía estaba creando una sensación rara en mí que no sería capaz de explicar.

-¿Lo mataste, verdad? -pregunté en un tono casi inaudible aunque estoy segura que lo escuchó no solo por su oído super desarrollado sino también por la poca distancia que nos separaba.

-No, pero debí hacerlo.

-Pero él estaba en el suelo...y no respiraba.

-Es un vampiro, Violet. La única manera de matarlo es sacándole su corazón del pecho.-nunca había oído nada sobre eso. Quizá debería aprender más cosas como esa.

-¿Y entonces qué harás con él?

-Eso no es asunto tuyo.-esa era exactamente la respuesta que no quería obtener. Aunque aquel vampiro hubiera tratado de beber de mí y quizá hubiera intentado matarme, no quería que Nicholas  lo matara también. Sin embargo, a estas alturas, conocía a Nicholas y sabía perfectamente que con su respuesta estaba intentando evitar contarme algo que no me gustaría escuchar. Es por eso, que decidí callarme y no seguir preguntando.

Nicholas se levantó de la cama y noté como se tambaleaba un poco. Después, puso su mano en su frente.

-¿Estás bien?-pregunté mientras me levantaba y me acercaba a él.

-Si, solo necesito beber sangre.

-¿No hay sangre de sobra en el palacio?-la mayoría de los empleados eran humanos y además, estaba segura de que tenían bolsas de sangre. No creo que la falta de sangre fuera un problema y mucho menos para el Alpha.

-Ese no es el problema. Desde que probé tu sangre no puedo tomar sangre normal. Digamos que mi cuerpo se ha acostumbrado a algo mejor.-Nicholas no bebía de mi sangre desde el primer día que me mordió. Supungo que eso era demasiado tiempo para un vampiro.

Después de meditarlo durante unos segundos, decidí ofrecerle mi sangre. Al fin y al cabo, él me acaba de ayudar y ahora me tocaba ayudarlo a él. Además, valoraba el hecho de que no me hubiera obligado a darle mi sangre.

-Puedes beber de mi.

-No creo que sea buena idea. Todavía debes de estar asustada por lo que pasó.

-Lo estoy. Pero tú lo necesitas y sé que no me harás daño.

-¿Cómo estás tan segura?-preguntó con una media sonrisa.

-Llevo un tiempo aquí y ya te voy conociendo. Sé que no me harás daño porque tú mismo dijiste que no me lo harías a no ser que me portara mal.

Si no contamos la llamada....si me he portado bien

-De acuerdo.-Nicholas comenzó a acercarse y no voy a negar que no me puse nerviosa. Cuando estuvo lo suficientemente cerca me volvió a preguntar si estaba segura y yo asentí.

Apartó mi pelo del lado derecho de mi cuello. Cuando sus dedos rozaron mi piel noté un escalofrío que recorrió mi espalda. Después, se acercó a mi cuello y depositó un pequeño beso. Luego, pasó su lengua por la zona en la que me iba a morder y juro que nunca había tengido una sensación como esa.

Finalmente, clavó sus colmillos lentamente. Para mi sorpresa, casi no me dolió. De hecho, sentí placer.

Cuando empezó a beber de mi sangre, tuve que morderme el labio para acallar un jadeo. Nicholas también respiraba con dificultad.

De repente, a la velocidad de la luz, Nicholas me levantó las piernas para que las enredara en su cintura y después, se sentó en el borde de la cama conmigo encima.

Solté un pequeño grito por la sorpresa y la velocidad de sus movimientos.  Me moví un poco encima de él ya que en la postura en la que estaba mi pie dolía.

-No hagas eso.-la voz de Nicholas había cambiado totalmente. Su voz era mucho más ronca y dura.

-Lo siento.-contesté en un susurro y un poco avergonzada.

Nicholas no contestó simplemente se dispuso a curar la herida. Pasó su lengua y dejó pequeños besos hasta que la herida se cerró completamente.

En conclusión, no me importa que Nicholas me muerda si siempre lo hace así. No duele sino que es placentero y la verdad, podría acostumbrarme a esa sensación.

Secuestrada Por El AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora