Secuestrada Por El Alpha

*Capítulo 2*

-¿Q-qué quieres?-tenía tanto miedo que me temblaba la voz.

-Te quiero a ti- contestó el vampiro.

-¿A mí? ¿P-por qué?-no entendía nada. Esto debía de ser una equivocación.

-¿Aun no lo sabes?-negué y él rió.-Esto va a ser más divertido de lo que pensaba...

-Tiene que ser un error, yo...-no me dejó terminar la frase. Se acercó dos pasos hacía a mí y yo pegué mi cuerpo a la pared.

-No es ningún error. Eres la última superviviente de la familia Miracle. Los hombres lobo mataron a tu madre y a tu abuela en la guerra. ¿Nunca te preguntaste por qué lo hicieron?-no era capaz de articular ninguna palabra. ¿Cómo sabía este vampiro tanto sobre mi apellido y mi familia?-Lo hicieron porque su sangre fortalecía a los vampiros de sangre pura y sabían que seríamos más fuertes si las encontrábamos. Sin embargo, todo se torció cuando las mataron. Lo que no sabíamos era que tú seguías viva. Al parecer, una bruja te rescató y te escondió de nosotros hasta ahora.

-Eso no es verdad. A mí no me rescató ninguna bruja. Escapé con mi tía.

-Has vivido engañada toda tu vida, preciosa. Pero tu pasado no importa. Lo importante es el futuro. Ahora que por fín te he encontrado te quedarás conmigo para toda la eternidad.-se acercó un paso más.-Por ahora, beberé de tu sangre hasta alcanzar el máximo poder. Después, te casarás conmigo para que pueda alimentarme de tu deliciosa sangre toda la eternidad y finalmente, te covertiré.

-¿Q-qué? ¡No puedes hacer eso!

-En realidad, sí que puedo. Y de hecho, lo voy a hacer.-se acercó otro paso más a mí y quedamos totalmente pegados. Su piel era fría y sus ojos habían dejado de ser azules. Ahora eran rojos, rojos intensos. Mis piernas flaqueaban del miedo.-Noto tu miedo. Tu corazón late demasiado rápido y eso hace que la sangre bombee con más fuerza por tu cuerpo. ¿Y sabes? Eso hace que tenga más ganas de probar tu deliciosa sangre.-apartó mi pelo dejando al descubierto la parte derecha de mi cuello. Cuando sus dedos rozaron mi piel todo mi cuerpo se estremeció.

-No, por favor....-susurré mientras lágrimas comenzaban a rodar por mis mejillas. Él sonrió una vez más y hundió su cabeza en mi cuello. Cerré mis ojos fuertemente. No podía creer lo que estaba pasando. Nunca ningún vampiro me había mordido y no sabía como se sentiría. Por lo que yo sabía, una mordida de vampiro causaba un mayor efecto que el del orgasmo en el vampiro y en el humano. Sin embargo, eso no era siempre así. Todo dependía de la delicadeza con la que el vampiro mordiera a su presa. Si era muy brusco, la mordida de un vampiro se convertía en un dolor insoportable. Sea cual sea la intención de este vampiro, no tenía ninguna gana de conocerla.

Intenté moverme con todas mis fuerzas pero como era de esperar, aquel odioso vampiro era muchísimo más fuerte que yo y me tenía completamente inmóvilizada.

Cuando su cabeza se posicionó en el perfecto ángulo para morderme, cerré los ojos y apreté los labios con fuerza. Lo siguiente que noté fueron sus colmillos rozando mi piel y eso hizo que un escalofrío recorriera toda mi espalda. Después, pasó su lengua por mi cuello y todo mi cuerpo se erizó. Supongo que sería un método para preparar la piel de la presa para la mordida pero era una sensación bastante placentera. A continuación, sentí como sus afilados colmillos se clavaban lentamente en mi piel. Grité de dolor pero a él no le importó. Noté como desgarró una de mis venas y como mi sangre abandonaba mi cuerpo. De repente, pasó algo muy inesperado.

El vampiro se separó de mí rápidamente y comenzó a gritar del dolor. ¿Qué mierdas estaba pasando?

-¿Quién te dio verbena?-preguntó cuando se recuperó del dolor. La verdad, no tardó mucho en recuperarse ya que los vampiros al ser inmortales tenían una gran capacidad para curarse.

-N-no sé de que me estás hablando...-susurré. No tenía ni idea de lo queeste monstruo estaba diciendo. A la velocidad de la luz, el vampiro se posicionó en frente de mí y me agarró fiertemente del cuello con una de sus manos.

-No te hagas la tonta conmigo. ¡Quién te dio la puta verbena!-su gritó y su expresión de enfado me estaban asustando mucho. Además, estaba teniendo dificultades para respirar y para contestarle.

-Y-yo...no...lo...sé...-sentía que me iba a morir. Cada vez menos aire llegaba a mis pulmones y me sentía más débil. El vampiro me miró con odio por última vez y luego me dejó caer en el frío suelo. Se fue rápidamente y cerró la puerta de golpe.

Repiré fuertemente un par de veces hasta que conseguí tener una respiración normal. Luego, puse mis manos al rededor de mi cuello. Estaba segura de que por culpa de ese maldito,mi cuello estaría rojo. Me tumbé en el suelo y comencé a llorar. Habían pasado tantas cosas en menos de una hora.... esto era demasiado para mí. Cuando ya no me quedaban mas lágrimas por derramar caí rendida en el suelo y me dormí.