Al despertarme, lo primero que recordé fue lo que pasó ayer con Nicholas. Me parecía tan extraño lo que yo había hecho que ni siquiera me reconocía a mi misma. Me ofrecí a que bebiera de mí y lo disfruté. Por si eso fuera poco, me senté arriba de él . En definitiva, anoche estuve irreconocible.
Decidí apartar esos recuerdos de mi mente y me dirigí al baño para darme una ducha. Minutos después, Wendy entró a mi habitación. Me hizo mucha ilusión verla ya que desde que dormía en la habitación de Nicholas, no la había visto.
-Buenos días, señorita Violet.
-Buenos días y llámame Violet, me haces sentir vieja.-Wendy sonrió por mi comentario.
-Lo siento. El señor Nicholas quiere que baje al comedor, su hermano y su familia también se encuentran allí.
-¿Es una orden?
-Sí, me pidió que la prepara y que bajara enseguida.
-Está bien-suspiré. No me apetecía nada bajar a desayunar con todos esos vampiros pero no quería que Nicholas se enfadará conmigo y me volviera a castigar. Wendy me peinó, me maquilló ligeramente y finalmente me vestí con un pantalón negro y una blusa blanca.
Comencé a bajar las largas escaleras forradas con una alfombra roja muy acolchada y mi corazón empezó a latir con fuerza a causa de los nervios. De seguro podían escucharlo desde el comedor. Al terminar de bajar las escaleras, pude ver a Nicholas apoyado contra la pared con sus brazos cruzados.
-Llegas tarde.
-Lo siento.
-Tranquilízate o conseguirás que todos esos vampiros se abalancen a tu yugular. su comentario en vez de tranquilizarme me puso aún más nerviosa. ¿Lo había hecho queriendo? Parecía disfrutar con mi sufrimiento.
En cuanto entramos al comedor, todos los presentes se giraron para mirarme. Pude distinguir a alguno de los vampiros: al fondo de la sala se encontraba el vampiro que me traía la comida cuando estaba en la celda y justo a mi derecha estaba Aurora, la mujer que me encontré en el jardín junto al pequeño Neo. Analicé al resto de los vampiros pero no me sonaba haberlos visto. Nicholas hizo un gesto con la mano y todos volvieron a retomar sus conversaciones. Era increíble el poder que Nicholas tenía.
-Dante.-el vampiro que me alimentaba en la celda se acercó cuando Nicholas lo llamó. Era la primera vez que escuchaba su nombre y yo nunca se lo había preguntado. Él, por otro lado, se dedicaba a llamarme "niña" ya que según él era divertido.
-Está todo en orden con los lobos si es eso lo que te interesa.
-Bien. Vigila a Violet, tengo que hacer algo.-Nicholas se fue y me dejó sola en una sala llena de vampiros que seguro estarían encantados de matarme. ¡Estupendo!
-Relájate, niña. Estos vampiros no te comerán o por lo menos no ahora que acaban de beberse una copa de sangre. Quizá en una hora...-lo miré mal y él soltó una carcajada.
-¿A caso molestarme es tu entretenimiento favorito?
-No, pero está en la lista de los diez primeros.-rodé los ojos y él volvió a sonreír.-¿Tienes hambre? Hay comida para humanos en la cocina.-asentí y lo seguí hasta la cocina. Allí, encontré un trozo de pastel que no dudé en comérmelo. Dante me miraba divertido y no dejaba de sonreír.
-¿Puedes dejar de mirarme? Me incomodas.
-No, es divertido. Además, la charla que nos espera va a ser larga y aburrida así que tengo que aprovechar estos últimos momentos.
-¿Qué charla?
-¿No te lo han contado?-negué con la cabeza mientras me metía otro trozo de aquella deliciosa tarta en la boca.-Nicholas cree que es necesario explicar a su circulo más cercano lo que eres. Tampoco creo que te venga mal a ti saber más sobre ti misma. Si te soy sincero, estás un poco perdida.-volvió a sonreír divertido.
Antes de que pudiera preguntarle más cosas sobre aquella charla, una sirvienta nos llamó y tuvimos que volver al comedor.Todos nos sentamos en la gran mesa de madera. Nicholas, como era evidente, se sentó en el lugar central, a su izquierda estaba dante mientras que yo me encontraba a su derecha. Cuando todos nos acomodamos en nuestro lugar, Nicholas comenzó a hablar.
-Tengo muchas cosas que hacer por lo que iré directamente al grano. Como sabéis Violet es la última superviviente del linaje Miracle. Cuando terminó la guerra, pensamos que el linaje se había extinguido pero al parecer, una bruja que se escondía en el bosque crió a Violet. Esto quiere decir que Alexander no sabe de su existencia. Usaremos eso a nuestro favor y conseguiremos acabar con su reino de una vez por todas. Quiero dejar unas cosas muy claras: Sé que todos los que estáis aquí sois de confianza pero me veo en la obligación de advertiros que si alguien da información de la existencia de Violet, lo pagará con la muerte. Por último, Violet tiene que seguir viva a toda costa, no puede morir. ¿Alguna pregunta?
-¿Qué haremos si Alexander lo descubre? Tarde o temprano acabará enterándose.-el vampiro sentado al lado de Aurora hizo aquella pregunta. ¿Era él el supuesto hermano de Nicholas? No se parecían en nada.
-Empezará la guerra.-me atraganté al escuchar la respuesta de Nicholas. Después de la primera guerra, el país quedó totalmente destrozado. Además, no podría soportar la idea de que una guerra comenzara solo por mi existencia. ¿Tan valiosa era mi sangre? La charla se dió por finalizada y todos comenzaron a irse. Yo me quedé sentada en mi lugar pensando en todo lo que se había hablado. Comencé a tener un pequeño ataque de pánico. Me parecía todo tan irreal e imposible...
-Violet, vete a la habitación y no salgas.-no reaccioné a las palabras de Nicholas, estaba demasiado sumergida en mis pensamientos.
-Ya me encargo yo. Vamos, niña.-Dante me cogió suavemente del brazo y me dirigió por los pasillos hasta mi habitación.
-¿Crees que la guerra podría empezar si ese tal Alexander se entera de que sigo viva?-pregunté con la esperanza de que Dante me dijera que no.
-Sí, es un hijo de puta en cuanto se entere querrá secuestrarte.-dejé de andar por un momento y Dante pareció darse cuenta del efecto que estaba teniendo su sinceridad en mí.-No tienes nada por lo que preocuparte, ni Nicholas ni el resto del reino permitirá que te lleve con él.
-Nicholas no me trata especialmente bien, no creo que sea muy diferente...
-Si te parece que Nicholas te está tratando mal, estar con Alexander te parecerá el infierno.
Me quedé pensando en esas palabras cuando Dante se fue. No podía evitar sentirme culpable y responsable de lo que pudiera pasar en un futuro. Además, me aterrorizaba la idea de que Alexander me encontraba. Si las palabras de Dante eran ciertas, estar aquí es lo mejor que me podía haber pasado. No dejaba de pensar en el tema y decidí ir a hablar con Nicholas. Puede que él pudiera aclararme alguna de mis dudas.
Toqué la puerta de su despacho y esperé a que me diera permiso para entrar. Sin embargo, por mucho que esperé, no recibí respuesta. Volví a intentarlo y nadie respondió. Decidí abrir la pesada puerta de madera y en cuanto lo hice, me arrepentí de haberlo hecho.
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Secuestrada Por El Alpha
Vampire"¿Q-qué quieres?" Tenía tanto miedo que me temblaba la voz. "Te quiero a ti" Contestó el vampiro. "¿A mí? ¿Por qué?" No entendía nada. Esto debía de ser una equivocación. "¿Aun no lo sabes?" Negué y él rió . "Esto va a ser más divertido de lo que p...