-Lo s-siento...-mi voz sonó temblorosa y mis mejillas comenzaron a arder como fuego. Salí del despacho, horrorizada y tremendamente avergonzada, antes de que pudieran decirme algo.
La puerta se cerró detrás de mí y respiré con dificultad. Todavía no podía creer lo que había visto. La manera en la que aquella vampiresa besaba a Nicholas mientras las manos de él se posaban en su culo.
Al vivir toda la vida escondida en un bosque, no había experimentado mucho ese tipo de relaciones con los hombres. Mi único amigo era William y aunque él me confesó en una ocasión que yo le gustaba, nunca llegamos a tener algo. Al fin y al cabo, no nos veíamos mucho por culpa de los vampiros y eso dificultaba mucho las cosas.
Ojalá él estuviera aquí conmigo.
De repente, unas grandes ganas de llorar me invadieron. Echaba de menos mi hogar, a William, a mi tía, a mi madre y a mi abuela...había perdido a todos ellos por culpa de los vampiros. Y por si eso fuera poco, ahora estaba obligada a quedarme en este enorme castillo para luego casarme con el mayor idiota de todos los vampiros. Había perdido la poca libertad que tenía cuando vivía en el bosque junto a mi tía. Lo había perdido todo. Subí a mi habitación y lloré pensando en mi situación de mierda y en mis seres queridos.
Debía hacer algo para salir de aquí.
-¿Violet, qué mierdas hacías en mi...?-cuando Nicholas entró a la habitación, no terminó de formular su pregunta ya que me encontró llorando. Yo traté de secarme las lágrimas con la manga de la sudadera e intenté acallar mis sollozos. Nicholas no dijo nada más y la habitación quedo prácticamente en silencio salvo por mi respiración agitada. No quería que él me viera así de débil y decidí caminar hacia la puerta para poder ir a otro lugar. Sin embargo, Nicholas me agarró de la muñeca.
-¿Por qué lloras ahora?-parecía irritado con la situación y eso solo me enfadaba más aún.
-Déjame.-susurré mientras rompía su agarren en mi muñeca. Intenté por segunda vez salir de la habitación pero Nicholas fue más rápido que yo y cerró la puerta de un portazo. Tanto él como yo íbamos enfadándonos a medida que pasaban los segundos.
-No me digas lo que tengo que hacer, no eres nadie para hacerlo. Y ahora, responde a mi pregunta.-me quedé en silencio.-Violet, no me toques los huevos. Te dejo salir al jardín, te doy de comer todos los putos días, tienes una cama para dormir, ropa de lujo... ¿Y aún así decides retarme?
-¡Me importan una mierda todo tu dinero y tus cosas lujosas!¿A caso no lo entiendes? Yo no decidí estar aquí, ¡Tú me obligaste! Me has arrebatado lo poco que tenía y te ha dado igual. Y por si eso fuera poco, mientras yo estoy aquí secuestrada y alejada de mi familia y estoy preocupada por ser la causa de una posible guerra, tú te dedicas a besarte con otra.- mi corazón latía con fuerza por el enfado y alguna lágrima recorría mis mejillas. Nicholas me miraba atentamente con un brillo de diversión en sus ojos. ¿Que mierdas le pasa a este idiota?
-¿Todo este escándalo es porque estaba follando con otra?-una amplia sonrisa se dibujó en sus labios y juro que sentí un gran impulso de pegarle en esa preciosa cara.
-Eres un capullo insensible y no pienso colaborar en tu odioso plan. -al instante, me acorraló contra la puerta y me agarró de la cintura con fuerza.
-Me importa una mierda lo que pienses de mí pero no te voy a permitir que me hables así. Aquí mando yo y te guste o no, tendrás que aceptarlo y hacer lo que yo diga. Para que me hagas caso, no me queda otra que castigarte. En cuanto a tus celos, solo tienes que pedírmelo y yo estaré encantado de darte todo el placer que quieras.
-Te odio.-dije entre dientes. No daba crédito a lo que estaba escuchando. ¿De verdad pensaba que estaba celosa? ¿Tan difícil era de entender que quería volver a mi hogar?
-Eso no cambiara los planes que tengo para ti, preciosa.-apretó más su agarre en mi cintura y pasó su mano por mi mejilla para secar una de mis lágrimas y luego me agarró fuertemente de la barbilla.- Cuanto antes entiendas que me perteneces y que por lo tanto puedo hacer contigo lo que quiera, mejor será para ti.
Después de dejar claro que él tiene todo el poder y que no hay nada que yo pueda hacer, se marchó. Cerró la puerta con llave y me quedé sola una vez más. Sin embargo, esta vez, me negue a caer en la melancolía y en su lugar, intenté convencerme de que algún día saldría de aquí y que si no lo hacía, este palacio tampoco estaba tan mal.
Sin darme cuenta, me quedé dormida en la cama y cuando estaba a punto de sumergirme en un profundo sueño, una lágrima solitaria volvió a rodar por mi mejilla.
(...)
POV'S NICHOLAS:
Salí de mi habitación sintiéndome algo extraño. Por un lado, estaba enfadado. Muy enfadado. Violet había entrado a mi despacho sin permiso, me había insultado en mi propia cara y había demostrado mucho oido hacia mí.
Por otro lado, me sentía de una manera que nunca antes me había sentido. Entendía lo que Violet me reprochaba y comprendía su enfado. No me gustaba verla llorar y diría que esta es la primera vez que le veía tan enfadada.
Sin embargo, mi deber como Lord era mantener mi reino a salvo y la única manera de conseguirlo era teniendo a Violet a mi lado. Debía proteger a mi gente, para eso fui entrenado y criado. No dejaría que la inmadurez de Violet pusiera todos mis planes patas arriba y que comenzara la guerra.
No podía permitirlo.
-Nicholas.-la voz de mi sobrino me sacó de mis pensamientos de golpe.
-Hola, enano.-contesté mientras ponía mi grande mano en su pequeña cabeza y despeinaba su pelo. Saludé a Aurora con una pequeña sonrisa que creo que se pareció más a una mueca.
-¿Puedes contarme un cuento?
-Hoy no puedo, Neo.-su expresión cambió totalmente y reconozco que me hizo sentir un poco mal.-Te prometo que mañana te contaré la mejor historia de todas las historias del mundo.
-¿Me lo prometes?-era increíble lo fácil que era hacer a un niño felíz. Ojalá todo fuera así.
-Te lo prometo.
-Vamos Neo, es tarde.-dijo Aurora mientras estiraba su brazo para que Neo la cogiera de la mano. -Adrián te busca, está preocupado por ti. Todos lo estamos.
Aurora tenía la capacidad transmitir calma y dulzura. Nunca perdía la compostura en ninguna situación y sabía como lidiar con gente como yo y mi hermano. Se preocupaba por su familia y era una madre magnífica. Mi hermano había tenido mucha suerte en encontrar a una mujer como ella.
Él si tuvo la opción de casarse con quien quisiera.
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Secuestrada Por El Alpha
Vampiros"¿Q-qué quieres?" Tenía tanto miedo que me temblaba la voz. "Te quiero a ti" Contestó el vampiro. "¿A mí? ¿Por qué?" No entendía nada. Esto debía de ser una equivocación. "¿Aun no lo sabes?" Negué y él rió . "Esto va a ser más divertido de lo que p...